«¿De dónde sacaron ese diálogo? Yo no soy así y jamás voy a ser así», dijo enojada Claudia Villafañe luego de que se filtrara un supuesto fragmento del guión de Sueño Bendito, la serie sobre la vida de Diego Maradona, en el que ella supuestamente hablaba con Guillermo Coppola sobre la herencia del Diez y sus hijos no reconocidos.

La biografía producida por Amazon apenas comenzó a grabarse y ya generó ruido y polémica. Tanto la mamá de Dalma y Gianinna como el ex representante del ídolo futbolístico aseguraron que nunca fueron consultados por la historia del personaje en cuestión, a pesar de que estuvieron años a su lado y que sin dudas conocen los detalles más íntimos de la historia.

Polémicas, guiños o licencias

No es la primera vez que la realización de una ficción biográfica genera opiniones encontradas. El año pasado Beatriz Olave aseguró que la película El Potro, lo mejor del amor, sobre la vida de su hijo Rodrigo Bueno no reflejaba su historia familiar, sino que mostraba a una mujer resentida (por Patricia Pacheco). Al respecto, Lorena Muñoz, la directora del filme, había dicho: «Es una historia inspirada más que basada en hechos reales. Me interesa el hecho cinematográfico antes que respetar a rajatabla cómo sucedieron las cosas».

Algo similar había pasado en el 2016 cuando la directora hizo Gilda, no me arrepiento de este amor y el ex mannager de la cantante fallecida en 1996, José «Cholo» Olaya dijo que en el film protagonizado por Natalia Oreiro a él lo hacían quedar como un «mafioso». Axel Kuschevatzky, productor, dijo que los únicos personajes que representaban a gente real eran los que habían dado su autorización y que el resto eran «creaciones de ficción»: «Dice ‘inspirada en hechos reales’. No es un documental».

Sandro de América, la serie inspirada en la vida de Roberto Sánchez, tampoco quedó fuera de las críticas y de las acusaciones por tomarse ciertas licencias. Por ejemplo, la hija de Julia Visciani una de las parejas del Gitano dijo que su madre había sido representada de manera errónea «como una persona alcohólica, violenta, promiscua, tóxica». Para evitar problemas y ya que no habían tenido autorización, desde la producción habían decidido cambiar el nombre del personaje interpretado por Isabel Macedo, al que bautizaron «Daniela», por lo que…. cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Pero los comentarios negativos llegaron también a detalles mínimos que en nada interferían en el argumento, como el hecho de que el personaje de Susana hecho por la China Suárez decía «¡me muero!» como dice hoy la diva. Seguramente el director, Adrián Caetano, era consciente de que la expresión la diva la adquirió en los últimos años, pero haya optado por introducirla igual en el guión como un buen guiño al televidente, un detalle lejos de restar agrega frescura y color.

La ficción sobre Luis Miguel también fue criticada sobre todo por los fanáticos por contener lo que ellos llamaron «errores», como mostrar a un pequeño Luismi interpretado por Izán Llunas que toma el micrófono con la mano izquierda siendo el verdadero cantante diestro o contar que Luis Rey pasó sus últimos días en Madrid, y no en Barcelona.

Si bien los mencionados detalles pueden molestar a los fanáticos de los ídolos retratados en estas biopics, no deja de tratarse de ficciones, por lo cual, aunque estén basadas en la realidad, siempre los directores y los guionistas se toman ciertas licencias con el fin de hacer el producto más atractivo para el público y más simple para poder resumirlo en unos pocos capítulos o 120 minutos de film.

Cuando se trata de bios de músicos, suele pasar muchas veces que tal vez el momento que se relata es anterior a la canción que lo ilustra o que el personaje canta sobre el escenario. ¿Error en la cronología de los hechos o un recurso/permiso que se toman los guionistas para poder musicalizar con los hits?

¿Pueden las biopics subir o bajar a una figura?

Ídolo: Persona o cosa amada o admirada con exaltación (RAE).