Llega la serie más elogiada de 2018

MIRÁ EL TRÁILER. Killing Eve está centrada en un delicioso juego del gato y el ratón entre una megalómana asesina a sueldo y la gris agente del MI6 decidida a atraparla, la comedia negra llega pasado mañana a nuestro país

Nacido en la época del cine mudo y perfeccionado por Alfred Hitchcock, el subgénero policial de «el gato y el ratón» es casi tan viejo como el cine mismo. En esta era de maratones televisivas, está en alta demanda: entre sus exponentes más conocidos pueden citarse Fargo, Mindhunter y Narcos. A esa lista debe sumarse Killing Eve, la serie sensación de 2018, producida por BBC America y que Paramount estrenará en la Argentina pasado mañana, a las 23 (a partir del lunes, los ocho capítulos de su primera temporada estarán disponibles en Flow). La segunda temporada se estrenará el 7 de abril en los Estados Unidos.

Basada en una serie de novelas de Luke Jennings, Killing Eve sigue los pasos de Eva Polastri, una opaca agente de inteligencia británica (Sandra Oh, quien se llevó el Globo de Oro y el SAG por este rol, su regreso a la pantalla tras Grey’s Anatomy). Eve persigue por toda Europa a una joven y glamorosa asesina a sueldo conocida como Villanelle (Jodie Comer, de Doctora Foster). En los thrillers de espías, casi nunca hay mujeres que interpreten los roles de perseguidor y perseguido, y esta serie, además, también exhibe una infrecuente presencia de mujeres detrás de cámara: su creadora, Phoebe Waller-Bridge, responsable de Fleabag.

Waller-Bridge se dio cuenta desde un principio de que Eve y Villanelle eran mucho más que una heroína y su némesis: son dos mujeres deshechas, entrelazadas por sus defectos en un tortuoso pas de deux. «La obsesión de las mujeres por otras mujeres es algo muy común -explica Waller-Bridge-. Personalmente, he estado obsesionada con una gran cantidad de mujeres; de hecho, con muchas más mujeres que hombres».

Como lo cuentan sus protagonistas, el proceso de realización de Killing Eve se parece bastante a una historia de amor. Primero, Waller-Bridge se enamoró de Eve y de Villanelle; después, Oh, Comer y Waller-Bridge se enamoraron la una de la otra. Telefónicamente y por separado, las tres hablan de esos vínculos y de cómo fue el rodaje de la escena más intensa del programa.

-Killing Eve gira en torno a un tema infrecuente: dos mujeres fuertes y torturadas ¿Qué las atrajo de ellas?

Phoebe Waller-Bridge: -Sentí afinidad con Eve. En cuanto a Villanelle, sabía que era un desafío, pero no pude resistir la tentación de escribir un personaje absolutamente imperdonable. Para mí, todos tienen una personalidad pública, pero también un lado oscuro que ocultan. De eso habla realmente Luke Jennings. Esas dos mujeres aparentemente están en las antípodas, pero son la sombra de la otra.

Jodie Comer: -Acepté el proyecto no bien me enteré de que Phoebe sería la guionista. Cuando me di cuenta de que mi personaje era una asesina, inmediatamente imaginé a una mujer enfundada en cuero negro y pensé que tal vez no era para mí. Pero el guion no se parece a nada. Villanelle no es un estereotipo. Es un personaje lleno de humor y humanidad.

Sandra Oh: -Aceptar un proyecto televisivo implica un compromiso por varios años. Al firmar un contrato, uno se compromete con una idea y con un equipo de trabajo. La idea me encantaba, pero también quería comprobar si Phoebe y yo podíamos enamorarnos. La primera vez que hablamos fue por Skype y ambas estábamos vestidas de rojo. Cuando nos vimos por primera vez en persona, teníamos puestos los mismos pantalones. Tal vez no diga mucho, pero cuando uno se está enamorando de alguien, son detalles que se vuelven mágicos.

-Es una rareza que en un thriller de espionaje tanto el héroe como el villano sean mujeres. ¿Hasta qué punto creen que el género da forma a la relación entre Eve y Villanelle?

Waller-Bridge: -Amé la idea de que esas dos mujeres ni siquiera tuvieran que verse para sentir la presencia de la otra. Se conectan de modos mucho más complejos que en una relación romántica. Hay algo sexual, algo intelectual y algo «aspiracional». Me encantaba la idea de experimentar con la forma en que dos mujeres se provocan entre sí, como cuando Villanelle le manda ropa a Eve. No le manda un dedo cortado: le manda un vestido que le queda mejor que todo lo que se ha puesto en su vida.

-Mientras ellas mujeres se persiguen por el mundo dejando un tendal de cadáveres, los hombres interpretan roles tradicionalmente femeninos. Eve tiene que salvar a su exjefe Frank cual damisela en apuros. Y el que se queda en casa preocupado por su esposa es el marido de Eve.

Waller-Bridge: -Soy consciente de la inversión de géneros, pero no fue deliberado. Mi única preocupación es que los personajes se vean auténticos, pero también que sorprendan. Y lo increíble es que los personajes masculinos (incluso los buenos) no terminan de entender a Villanelle o la subestiman. A esos hombres nunca se les pasa por la cabeza que ella pueda ser una verdadera amenaza. Todas las mujeres del mundo saben que el hombre con el que están por salir a tomar una copa o con quien se acaban de cruzar en un pasillo puede ser una amenaza. Son cálculos que todas las mujeres hacemos y que los hombres no hacen. Esa es la cortina de humo detrás de la cual se oculta Villanelle.

Crédito: Paramount-Esa fascinación mutua entre Eve y Villanelle tiene un componente de atracción física, por más que apenas compartan un par de escenas.

Waller-Bridge: -Desde el principio se siente la incomodidad de ambas. En los libros de Jennings, se encuentran mucho más tarde, pero estaba convencida de que en el inicio de la serie tenían que cruzarse, porque en ese primer encuentro pasa algo muy visceral entre ellas.

Jodie Comer: -Cuando se entera de que la agente que la persigue es una mujer, el ego de Villanelle se dispara hasta el techo. Eve tiene un trabajo, un hogar y está felizmente casada, y Villanelle desea y envidia todo eso. El comportamiento humano la fascina, y quiere ser parte de esa vida doméstica, pero se le hace imposible.

-¿Sandra y Jodie estuvieron presentes durante el rodaje de las escenas de la otras en las que no participaban?

Waller-Bridge: -No, en absoluto. Solo comparten el set cuando tienen que actuar juntas. Y viene bien, por el suspenso que genera saber que la otra mitad de la serie depende de tu antagonista y que nunca tendrás acceso a su mundo. Tanto Sandra como Jodie se metieron tan a fondo en sus personajes que cuando finalmente se encuentran por primera vez cara a cara, en la escena de la cocina del quinto episodio, su química ya está en ebullición.

Oh: -Esa fue la escena que tuvo que preparar Jodie para su audición. Yo sabía que ella era una partenaire fantástica y esperaba que me sorprendiera. Y lo hizo. Después de eso, no nos vimos durante tres meses.

-En esa escena se produce el primer encuentro en el que saben quién es la otra, ¿fue el rodaje tan intenso como el resultado que se ve en pantalla?

Comer: -Bastante intenso. Villanelle intenta engañar a Eve, y cuando no lo logra, más ganas le tiene.

Oh: -El superpoder de Eve a la hora de enfrentar a Villanelle es su franqueza. Lo más maravilloso de esa escena, que para mí es la que define la serie, es que sabíamos cómo sería con meses de anticipación. Se fue decantando naturalmente y cuando hubo que ensayarla, Jodie y yo ya sabíamos dónde estábamos paradas. Directamente la filmamos.

Comer: -Como no ensayamos, nos pudimos sorprender mutuamente.

-¿Qué sienten ante tanto entusiasmo de la gente?

Comer: -Es maravilloso tanto amor. Aunque Villanelle es la villana, la gente está de su lado, y ese es un costado travieso que me encanta.

Jodie Comer

Thirteen (2016)

En esta miniserie de la BBC, Comer debutó como protagonista interpretando a una joven secuestrada que logra escapar de su captor.

Doctora Foster (2015)

Uno de los personajes más odiados de los últimos años, aquí tenía la difícil tarea de ser «la otra mujer» (Netflix).

The White Princess (2017)

Basada en la serie de novelas sobre la Guerra de las Rosas británica de Philippa Gregory y secuela de The White Queen, este ciclo la puso en el mapa de la TV globalizada (Fox Play).

Sandra Oh

Bajo el sol de Toscana (2003)

Después de muchos pequeños papeles, Oh demostró su habilidad para robar escenas interpretando a la mejor amiga de la protagonista de esta comedia romántica, Diane Lane.

Entre copas (2004)

En la película sobre la crisis de mediana edad de dos amigos, se destacaba como Stephanie, la mujer que no estaba dispuesta a ser parte de la debacle masculina.

Grey’s Anatomy (2005)

Con su Christina Yang, la actriz ganó el Emmy y demostró que estaba lista para ser la protagonista de la historia.

Traducción Jaime Arrambide

Fuente: La Nación,  Judy Berman