Una cierta mirada al cine nacional

El festín de Freud. Reseña sobre «El corral», de Sebastián Caulier, por Osvaldo Béker*, especial para Diario de Cultura.

Más allá de las evocaciones obligadas a las criaturas de, a modo de ejemplificación caprichosa pero pertinente, Charles Bukowski o de, en nuestras letras, Silvina Ocampo, esta película argentina se mete con cuestiones tan espinosas como la perversión, la psicopatía, el desacertado comportamiento en un grupo, el sadismo, el masoquismo o la manipulación, como sobradas ilustraciones de un muestrario harto evidente. Todos estos fenómenos patológicos se enfatizan en el momento en que los sujetos representados son adolescentes, en este caso, en la ciudad de Formosa, y hacia comienzos de los años noventa, todo aderezado con el “déjame que te toque la piel” de Vilma Palma e Vampiros que suena aquí y allí a lo largo de esta interesante diégesis (pues se trata en este caso de un film de género, ciento por ciento, que apuesta por contar una historia contundente, alejada de ese estilo minimalista, intimista y fragmentario que tanto circula en las dos últimas décadas). Un muchachito rebelde traba relación con otro que está arrasado por la timidez en el marco de una escuela secundaria de provincia bien provincia (hay riachos, hay calles de tierra, hay vegetación frondosa por todos lados), lugar de donde proviene el realizador de la cinta. La energía contenida en el segundo, el nerd, el débil, el objeto de bullying, es aprovechada por el primero, el guapo-soberbio-aburrido-cruel, como para dar la nota (se zarpan, eso sí) y para ir en contra del rebaño de ovejas dentro del corral que es la misma institución educativa, o la sociedad, el sistema. El debilucho, además de poeta, parece ser un masoquista empedernido que no se defiende de la agresión de todos sus compañeros de clase o de incluso sus profesores. Su némesis, un langa indómito y despeinado, capitaliza esa flaqueza para canalizar sus deseos demoníacos. “Sembrar el caos”, propone Gastón, el irreverente, en una expresión de dudosa factura, más proclive a aparecer en labios de un personaje estereotipado de película de clase b: esa es su intención en el establecimiento escolar, uno de los espacios, siguiendo a Althusser, reproductores del engranaje contemporáneo. “El corral” es un thriller, pero bastante tiene de crónica policial, mucho de retrato de provincia, algo de clima romántico y muchísimo de escenas con las que cualquier afecto a la disciplina psicoanalítica se verá en circunstancias familiares, cercanas, próximas, todo focalizado en una adolescencia abúlica y peligrosa.

* Osvaldo Béker es Profesor y Licenciado en Letras (UBA). Profesor y Licenciado en Comunicación (UBA). Master en Análisis del Discurso (UBA). Cursa actualmente el Doctorado en Ciencias Sociales en la UBA. Profesor de grado e Investigador en la UBA, la UCES, la UFLO y el Instituto Superior en Letras Eduardo Mallea. Profesor de Posgrado en la Maestría DICOM, en FADU, UBA. Profesor Adjunto en el Seminario Optativo “Aproximaciones discursivas a la Crónica Urbana en su variedad significante: la letra, la imagen”. Docente Ayudante en la materia Taller de Expresión I (Taller de Escritura) en la carrera de Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Director de Investigación en Proyectos de Reconocimiento Institucional, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Autor de los libros “A segundos del 2000” (EMA), “Narrar-se: el Taller de Escritura y la Autobiografía” (Proyecto), “Escribir la Ciudad: el Taller de Escritura y la Crónica Urbana” (Zeit), “La Escritura Breve: el Taller de Escritura y los Microrrelatos” (Zeit), “La Escritura en sus Detalles: Recomendaciones puntuales para la Redacción” (Zeit), y la novela “Tandil” (Zeit). Periodista sobre Cine en el portal Diario de Cultura y en la FM 92.3. Autor de artículos-ponencias en Jornadas y Congresos nacionales e internacionales.