¿Cómo digo lo que digo? Modo y tono: Fórmula poderosa

Por Dionisia Fontán, especial para DiariodeCultura.com.ar.

¿En vez de enojarte porque no te escuchan, qué tal si prestás atención a tu modo de decir?

El Modo y el Tono componen una dupla influyente, porque anticipa y acompaña lo que decimos.

Hay personas que utilizan modos agresivos, pedantes, y ni se les ocurre hacerse  cargo de su conducta. Carecen de autocrítica y de empatía. Sin embargo, cuando la devolución les disgusta, colocan el problema afuera (es más fácil) y se victimizan.

El Tono de voz anticipa, seduce, calma, irrita… Es nuestra música incidental. Por lo tanto, resulta fácil darse cuenta si lo que se aproxima suena a reto, a pedido interesado o a saludo cariñoso.

Aunque practiquemos un lenguaje académico, si lo expresamos de un modo burlón o soberbio, las palabras caerán en saco roto. Precisamente porque lo que anticipa el Modo representa una notoria falta de respeto. Entonces, en legítima defensa, el interlocutor/a opta por perder su capacidad de escucha.

Ocurre, muchas veces, que la agresión es sutil y las palabras no suenan tan desafortunadas como el Modo y el Tono que se emplea. Este dúo funciona inseparable: a un modo enojado se suma un tono enojado. De un modo amable fluye un tono similar.

¿Cómo Digo lo que Digo?

*¿Con dureza?

*¿Con firmeza?

*¿Con simpatía?

*¿Con prepotencia?

*¿Con humildad?

*************

*¿Y qué Tonos empleo?

*¿Autoritario?

*¿Gritón?

*¿Amenazante?

*¿Suave?

*¿Quejoso?

Nos toca atravesar una época de fanatismo, de opiniones extremas y de una violencia que –por momentos- inspira miedo y avergüenza. Es en estas circunstancias, justamente, es cuando conviene apelar a la sensatez. Si alguien busca pelea, si provoca, si pretende que nos enganchemos con su hostilidad, conviene hacer todo lo contrario. Para quienes esgrimen la provocación, de cualquier tipo, no existe nada peor que la indiferencia. Lo más atinado es Ignorar su juego y no igualar, jamás, su conducta nefasta.

¡Sí, sí, escribirlo es fácil!, pensará más de un lector. Respondo: en la vida nada es fácil; el asunto es poner en marcha un ejercicio interno que requiere entrenamiento. Si de veras aspiramos a reducir el monto de violencia que nos rodea, lo más prudente es no sumar la nuestra. Algo así como un granito de arena que puede multiplicarse hasta el infinito.

================================================================

Dionisia Fontán, periodista y coach en comunicación

Mail: [email protected]

Facebook: dionisiafontancomunicacion

Propongo encuentros grupales e individuales (aptos para todo público) a quienes desean mejorar su capacidad de comunicarse de un modo efectivo y no violento.

Comparto recursos para hacer foco en conductas básicas: respeto, mensaje breve y claro, escucha activa, palabra responsable, que facilitan la convivencia laboral, personal y social.