Como lo veo yo

Iñaki Urlezaga: Danza por la inclusión. Por: Adriana Muscillo

Concluyó la segunda temporada de este proyecto que encabeza el notable bailarín argentino, junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Teatro Coliseo de Buenos Aires, nada menos que con una nueva performance de la célebre pieza de Piotr Ilich Tchaikovsky, El lago de los Cisnes.

Iñaki es un orgullo nacional. Comenzó sus estudios de danza desde muy pequeño, ya en las “ligas mayores”, en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón que, como muchos saben, es “la Meca” latinoamericana, por excelencia para todo aspirante a bailarín que se precie de tal. Por su brillante promedio, ganó una beca en The School of American Ballet y, en 1991, inició su carrera profesional en el Teatro Argentino de La Plata. Dos años más tarde, ingresó al Teatro Colón como Primer Bailarín.

El innegable talento de este joven artista de familia vasca fue, rápidamente, reconocido en el extranjero y, en 1995, fue invitado al Royal Ballet de Londres donde se convirtió en Primer Bailarín durante diez años. Bailó en los mejores escenarios del mundo: Covent Garden Royal Opera House, Metropolitan Opera House de New York, Teatro Bolshoi de Moscú, la Scala de Milán, entre otros.

En octubre del año 2005, invitado por Ted Brandsen, se unió como Principal Guest Dancer  al Dutch National Ballet (Holanda). Su debut oficial fue el 4 de abril del 2006, con El lago de los Cisnes. Desde esa fecha y hasta la actualidad, se presenta en las temporadas que la compañía realiza en el Het Muziektheater Opera House.

En el año 2012, inició en Argentina el programa “Danza por la inclusión”,  junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, focalizando toda su experiencia en la danza como herramienta de Inclusión social y cultural. A partir de esa labor, surgió la posibilidad de fundar el Cuerpo de Baile para lo que se hicieron 32 audiciones federales en todo el territorio del país, quedando seleccionados 60 bailarines que conformaron la compañía que arrancó su labor en enero de 2014 y debutó oficialmente el 28 de marzo de ese mismo año.

Esta temporada 2015, comenzó con la presentación de La Traviata, de Giuseppe Verdi, del 27 de junio al 5 de julio; continuó con Giselle, basada en la obra De l’Allemagne de Heinrich Heine, del 31 de agosto al 8 de septiembre y culminó con El Lago de los cisnes, del 24 al 29 de noviembre. Las tres performances se pudieron ver en funciones gratuitas, en el Coliseo, cumpliendo con la consigna de ofrecer espectáculos de alta calidad, de forma realmente inclusiva.

En este último ciclo, la compañía nacional “Danza por la inclusión”, dirigida por Iñaki Urlezaga, estuvo acompañada por la Orquesta Sinfónica de San Juan bajo la dirección del Maestro Gustavo Plis Stemberg. El elenco protagónico estuvo a cargo de Iñaki Urlezaga​, ​Gabriela Alberti​, Eliana Figueroa, Ana Claudia De Paula Magagnin​.

El lago de los cisnes es un cuento de hadas-ballet estructurado en cuatro actos, que fue encargado por el Teatro Bolshoi en 1875 y se estrenó en 1877.

La música, como es sabido, ​fue compuesta por el genial compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky. En la producción original, la coreografía fue creada por Julius Reisinger. El libreto se cree que fue escrito por Vladímir Petróvich Béguichev y Vasily Geltser, basándose en el cuento alemán Der geraubte Schleier (El velo robado) de Johann Karl August Musäus. La primera representación tuvo lugar el 4 de marzo de 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú. Sin embargo, el 15 de enero de 1895 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo esta misma obra logra su primer gran éxito con una nueva coreografía a cargo de Marius Petipa y Lev Ivanov.

Desde entonces, numerosas revisiones y puestas en escena mantuvieron fresca esta subestimada obra de modo que, para mediados de los años 40 del siglo XX, empezó a ser ampliamente reconocida como paradigma del ballet.

El lago de los cisnes bailado con la música de Tchaikovsky  es, actualmente, uno de los más reputados títulos del ballet mundial. ​Bailarines tan geniales como Anna Pávlova y Rudolf Nuréyev han dejado su huella en esta duradera obra maestra.

Argumento

El lago de los cisnes suele representarse en cuatro actos y cuatro escenas  o bien en tres actos y cuatro escenas.

Prólogo

Un bosque oscuro.

Sólo se incluye en algunas versiones, esta escena, acompañada por la Obertura muestra la transformación real por la que la princesa Odette es convertida por primera vez en un cisne.

Acto I

Un magnífico parque ante un palacio.

El príncipe Sigfrido celebra su vigésimo primer cumpleaños con su tutor, amigos y campesinos en uno de los jardines de palacio. Las diversiones son interrumpidas por la reina madre de Sigfrido y sus damas de honor, que se preocupa por el estilo de vida despreocupado de su hijo. La reina recuerda a su hijo que la noche siguiente deberá escoger una esposa durante el baile real de celebración oficial de su cumpleaños. A la fiesta estarán invitadas jóvenes muchachas, entre las más hermosas de la comarca, y el príncipe deberá elegir a una de ellas como futura esposa. Esto causa una gran melancolía en Sigfrido ya que no puede casarse por amor.

Su amigo Benno y el tutor tratan de levantar su estado de ánimo con problemas. Al caer la noche, Benno ve una bandada de cisnes volando por encima y sugiere una partida de caza. Sigfrido y sus amigos toman sus ballestas y parten en busca de los cisnes.

Acto II

Un claro junto al lago en un bosque junto a las ruinas de una capilla. Una noche iluminada por la luna.

Sigfrido se ha separado de sus amigos. Llega al claro junto al lago, mientras que una bandada de cisnes se posa cerca. Él apunta con su ballesta a los cisnes, pero se queda helado cuando uno de ellos se transforma en una hermosa doncella y princesa llamada Odette. Al principio ella está aterrorizada de Sigfrido, pero él promete no hacerle daño. Entonces ella le cuenta que es la reina cisne Odette, que ella y sus compañeras son víctimas de un terrible hechizo lanzado por Rothbart, el malvado brujo con forma de búho. Durante el día se convierten en cisnes y sólo vuelven a su forma humana por la noche a la orilla del lago encantado creado a partir de las lágrimas de la madre de Odette. El conjuro sólo puede romperse si alguien que nunca ha amado antes jura amar a Odette siempre. Aparece Rothbart y Sigfrido amenaza con matarlo, pero Odette intercede ya que si Rothbart muere antes de que se rompa el hechizo, nunca se podrá deshacer. Rothbart hace que las jóvenes vuelvan a convertirse en cisnes para evitar que el príncipe rompa el hechizo. Odette se aleja convertida en cisne.

Al desaparecer Rothbart, las doncellas cisne llenan el claro. Benno y sus compañeros también llegan y apuntan con sus ballestas a las doncellas. Sigfrido les detiene justo a tiempo y los despide. Ahora, a solas con Odette y las doncellas cisnes Sigfrido se dispone a ganar la confianza de Odette. Se enamoran mutuamente, pero a medida que llega el amanecer el hechizo arrastra a Odette y a sus compañeras de regreso al lago y hace que se transformen en cisnes de nuevo.

Acto III

Una sala opulenta en el palacio.

Se celebra la fiesta en el castillo donde Sigfrido deberá elegir esposa. Entra la reina madre junto a Sigfrido y el maestro de ceremonias da comienzo al festejo. Se presentan las jóvenes casaderas y la reina le pide a Sigfrido que baile con seis princesas y que elija una como una prometida. Sigfrido se queja de que él no ama a ninguna de ellas. Él piensa en Odette, se niega a escoger esposa y su madre se enfada con él. En ese momento el maestro de ceremonias anuncia la llegada de un noble desconocido y su hija. Es el barón y el malvado brujo Rothbart que llega disfrazado a la fiesta con su hija, la malvada bruja Odile, convertida en Odette. El malvado brujo Rothbart ha transformado a su hija Odile en Odette, para que para Sigfrido sea casi idéntica a Odette en todos los aspectos, excepto que viste de negro en lugar de blanco. El príncipe, hechizado por el brujo, cree ver a Odette en Odile, convertida en Odette. Odette, transformada en un cisne blanco, aparece como una visión y en vano trata de advertir a Sigfrido de que está siendo engañado. Pero Sigfrido permanece ajeno y proclama ante el tribunal que tiene la intención de hacer su esposa a Odile, convertida en Odette. La reina madre acepta y Sigfrido le jura a Odile amor eterno. Rothbart se descubre y muestra a Sigfrido una visión mágica de Odette, transformada en un cisne blanco, a lo lejos. Odile entonces deja de tener el aspecto de Odette y se transforma y recupera su verdadero rostro de Odile, contenta con haber engañado a Sigfrido habiéndole hecho creer que Odile cuando estaba transformada en Odette, era su amada, querida y adorada Odette. Sigfrido se da cuenta de su terrible error y, abatido por el dolor, corre desesperado hacia el lago.

Acto IV

En la orilla del lago.

A las orillas del lago las jóvenes-cisnes esperan tristemente la llegada de Odette. Ella llega llorando desesperada por la traición de Sigfrido y les cuenta los tristes acontecimientos de la fiesta en el palacio. Las doncellas cisnes tratan de consolarla, pero ella se resigna a la muerte. Aparece Sigfrido implorando su perdón. Ella lo perdona y la pareja reafirma su amor. Rothbart aparece e insiste en que Sigfrido cumpla su promesa de casarse con Odile, después de lo cual Odette se transformará en un cisne para siempre. Sigfrido y Odette luchan contra él, pero todo es en vano, pues el maleficio no puede ser deshecho. Sigfrido elige morir junto a Odette, así que los dos enamorados se suicidan lanzándose al lago. Ese sacrificio de amor rompe el hechizo de Rothbart sobre las doncellas cisnes, haciéndole perder su poder sobre ellas y morir. Al amanecer se ve aparecer sobre el lago los espíritus de Odette y Sigfrido ya juntos para siempre subiendo al cielo celestial.

Adriana Muscillo es cofundadora (2009) y Directora de Contenidos de Diario de Cultura.

Fuentes: www.desarrollosocial.gob.ar y www.teatrocoliseo.org.ar