Como lo veo yo

Elena Roger: versátil, plástica y cautivadora en LoveMusik. Por: Adriana Muscillo.

En una pieza de teatro musical conceptual contemporáneo, la gran estrella argentina del género hechiza al público con su voz y su ductilidad actoral en una puesta desprovista pero bien cumplida donde la iluminación cobra preponderancia. Esteban Meloni es un buen partenaire.

El musical permite un lucimiento especial. Sobre todo para una actriz y cantante acostumbrada al éxito pero también para quienes aún deben ganarse un lugar en las altas marquesinas.

No se trata, sin embargo, de una comedia musical pasatista sino de una obra dramática, contundente que atraviesa parte de la historia de la Alemania de la primera mitad del siglo XX y que transcurre en Berlín, París, Hollywood y New York.

Elena Roger interpreta a Lotte Lenya, una sirvienta aspirante a actriz que traba relación con el compositor alemán Kurt Weill (Esteban Meloni) e inician una relación basada en la sinceridad, en la que establecen sus propios códigos. Ella no ofrece fidelidad. Es una mujer que ha tenido una vida dura, vivió en la calle desde muy joven, con carencias de todo tipo y debió prostituirse, también. Él es un joven educado, limpio y prolijo. Se enamoran. Mantienen una relación despareja: más allá de sus diferencias de cuna, Lenya tiene un manejo de lo emocional que supera al joven Weill.

Se conocen en un viaje que emprende el compositor alemán hacia las afueras de Berlín. La sirvienta austríaca es enviada a recibirlo. Viajan en una embarcación imaginaria, representada por dos sillas enfrentadas, accionando unos remos también imaginarios sobre una piscina con agua que hace las veces de río. Se atraen, se enamoran, se casan.  Comienzan a crecer artísticamente, conocen a Bertold Brecht (Diego Mariani) y componen juntos piezas como La Ópera de los Tres Centavos y  Magahony, con lo cual se convierten en un trío exitoso: con letra de Brecht, música de Weill y la prodigiosa voz de Lenya. También, la pareja canta bellamente hermosas canciones como  “Mack the Knife”, «Alabama Song,» «September Song,» «Speak Low,» “Je ne t´aime pas”, entre muchas otras en las que Roger hace gala –una vez más- de su probada versatilidad y facilidad para los idiomas, cantando en un alemán perfecto.

La relación entre el prolijo y correcto Weill y el petulante y soberbio Brecht es difícil. El poeta es representado como un hombre tosco y egocéntrico, de dudosa higiene y pésimos modales que desestima la obra del músico. El auge del Nazismo empuja al compositor a exiliarse a Nueva York, donde se dedica a componer musicales para Broadway y bandas sonoras para películas en Hollywood, mientras Lenya intenta hacerse un lugar en el reducido circuito artístico neoyorkino.

Aunque el vínculo entre ellos es fluctuante (se casan, se divorcian, se vuelven a casar) esa modalidad basada en sinceridad y códigos compartidos los mantiene unidos hasta el final. Weill muere en 1950 y ella, destrozada, decide rendirle homenaje sobre las tablas.

Elena Roger se mueve en escena como por casa; dueña de una sólida plasticidad corporal y segura de sus cualidades vocales, recorre el drama argumental con destreza. Sus partenaires masculinos, Meloni y Mariani, no se quedan atrás. Si bien tienen aún mucho camino por transitar, portan ambos gruesos currículums en su haber y demuestran estar a la altura de las circunstancias.

La escenografía de Jorge Ferrari, cuidadosamente minimalista, deja espacio para el lucimiento del juego de luces, a cargo de Gonzalo Córdova, que marca la diferencia de los distintos climas dramáticos a lo largo de la obra.

Dice su director, Jonathan Butterell sobre LoveMusik: “La música puede transportarnos a un tiempo y un lugar. Puede evocar alegrías y tristezas, risas y llantos. Puede recordarnos eventos recientes y otros perdidos en el tiempo. Lovemusik es la historia de dos artistas y amantes. Ella, Lotte Lenya, una mujer de la calle; él, Kurt Weill, un músico y hombre refinado. Dos seres que no siempre pudieron comprenderse entre sí, pero que encontraron su más profunda conexión a través de su trabajo. La música. La música era esencial en sus vidas. Para Kurt, la música estaba primero; para Lenya expresaba su más profundo ser. Estaremos por siempre agradecidos por el regalo que nos han dejado y que hoy podemos compartir con ustedes. Para mí, poder contar esta historia en Buenos Aires a través de este maravilloso elenco encabezado por Elena Roger, es un honor y un privilegio. Elegimos contar esta historia como un recuerdo. Recuerdos que pueden ser complejos, no siempre alegres, pero que confirman que estos dos artistas, han vivido sus vidas al extremo. Estoy seguro que estas maravillosas melodías servirán para que ustedes también evoquen algún momento especial de sus vidas y deseo que este espectáculo se sume al arcón de los recuerdos más preciados”.

Completan el elenco Luciano Bassi; Ana Fontan, Rosana Laudani, Belen Pasqualini, Mariano Taccagni y Nestor Sanchez. Con dirección de Jonathan Butterell, sobre versión de Ricardo Hornos y Pablo Kompel del libro de Alfred Uhry y dirección musical de Gerardo Gardelín, LoveMusik se puede ver en el Paseo La Plaza de Avenida Corrientes 1660, en Buenos Aires.

Adriana Muscillo es cofundadora (2009) y Directora de Contenidos de Diario de Cultura (Buenos Aires).