Como lo veo yo

Martín Leopoldo Díaz se lució con su coro en la Parroquia de Guadalupe. Por: Adriana Muscillo.

 

El pianista y director musical oriundo de Pehuajó y sus calificados coreutas, los padres del Instituto Divino Corazón, ofrecieron un magnífico recital coral como parte del Ciclo de Conciertos Gratuitos dirigido por Guillermo Candelaria, en la tradicional iglesia de Palermo, en Buenos Aires.

Domingo de primavera, día de solaz y esparcimiento. Cae la noche y comienzan a encenderse las luces de la ciudad. La gente regresa de sus paseos al sol, algo cansada pero de buen humor, con deseos de relajarse y disfrutar de ese “final de fiesta” que supone la noche del domingo.

El barrio de Palermo comienza a poblarse de vecinos y aledaños que, mezclados con turistas propios y ajenos, le van dando una fisonomía particular.

Enclavada en el centro de un coqueto boulevard, en el cruce de las calles Mansilla y Medrano, se erige la Basílica del Espíritu Santo, templo de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Esta emblemática iglesia católica argentina fue construida en 1890 e inaugurada en 1907. Está situada en terreno alto, enmarcada por el trazado irregular de las calles y presentada por la plaza Güemes, con dos imponentes torres que se alzan hasta una altura de 54 metros.

Y de allí, emanan voces dulces pero potentes, delicadas pero vigorosas. Voces como llamadores de ángeles que invitan a entrar. Poco a poco, los paseantes, atraídos por esos cantos casi hipnóticos, se van acercando al Templo y, a medida que lo hacen, las voces se vuelven más y más atrayentes.

Se abren, por fin, las puertas del majestuoso templo: al primero que se ve es a Martín, el pianista y director apasionado que hace vibrar el teclado y agita sus brazos, alternadamente, mientras gesticula, sonríe y sostiene la mirada de cada uno de sus cantantes; les infunde confianza, les marca las entradas, las intensidades, al tiempo que los anima a cantar con más amor, con mayor entrega. Lo primero que se oye es Zenzeniná, una melodía africana que tiene una fuerza arrolladora. Es una canción de protesta y se canta tradicionalmente en los funerales. Era importante durante el movimiento antiapartheid en África del Sur. Zenzeniná significa «¿Qué hicimos?» con la implicación de «¿qué hicimos para merecer esto?». Poderosa su música y su letra.

Luego le sigue Rincón de López, una canción de nuestro folklore nacional que tiene un ritmo vertiginoso y es muy difícil de cantar, sobre todo en un coro polifónico, donde es importante la perfecta sincronización de los distintos registros de voces. Sin embargo, el Coro de Padres del Instituto Divino Corazón, con la batuta de Martín Leopoldo Díaz, mereció el caluroso aplauso de quienes, a esa altura, ya éramos legión.

“En Santiago, la chacarera tiene la gracia que en el mar tiene el pez pero escuchen esta que traigo del fondo del norte cordobés”. Así comienza la tercera canción de la noche que fue animando los corazones y los espíritus en el recinto palermitano de acústica perfecta.  Y seguimos deleitándonos con estos regalos al alma. Ahora, con “Bienvenidos al tren”, canción de fogón, si las hay. Los lectores de 40 a 50 años sabrán de qué les hablo: Nuestro inigualable Charly García junto a Nito Mestre, bajo la agrupación Sui Generis, lanzó Confesiones de Invierno en 1973, cambiando para siempre la historia del rock nacional. “Recoge tus cosas y largo de aquí, en nombre de Cristo, no quieras seguir”. Solo faltaron los encendedores meciéndose en nuestras manos en alto.

Pero los que conocemos a Martín, el apasionado pianista y director, sabemos de su eclecticismo a prueba de todo. Por eso, no nos asombramos, cuando pasamos de Charly a Mozart en lo que dura un acorde. Ave Verum Corpus y los ángeles, envidiosos, bajaron a escuchar.

Mucho más grande fue mi emoción cuando estas voces, generosas y sonoras, nos convidaron con la suprema creación del legendario Maestro, destacado por su participación en música para cine, Ennio Morricone y la bella canción River, que fue marco del inolvidable film británico La Misión, estrenado en 1986, protagonizado por Robert de Niro y Jeremy Irons.

Luego, fue el turno de “The Lion sleeps tonight”, una versión del éxito de la música popular africana Mbube (que, en zulú, significa león) del año 1939.

“Malena canta el tango como ninguna y, en cada verso, pone su corazón”. Para el final, Martín eligió este famoso tango argentino cuya letra fue escrita por Homero Manzi y la música, por Lucio Demare en 1941 y todo el auditorio aplaudió de pie, con fervor y con amor. Porque todos disfrutamos y amamos ese maravilloso momento de música y encuentro.

¿Cómo podría alguien dudar jamás ante la opción de pasar una agradabilísima velada en un marco apacible, escuchando estas maravillosas canciones a cargo de melodiosas voces afinadas y aunadas especialmente para nuestros oídos?

La música –y el arte, en general- es alimento para el espíritu. No nos privemos de ella nunca. Aprovechemos cada segundo en que podamos disfrutarla. Acerquémonos a ella porque es salud para nuestras almas. La música es amistad, es encuentro, regocijo y, como ya se dijo muchas veces pero no por eso es menos cierto, la música –junto con todas las expresiones artísticas- es el lenguaje universal.

Adriana Muscillo es cofundadora (2009) y Directora de Contenidos en Diario de Cultura. [email protected]

Más sobre Martín Leopoldo Díaz.

Comenzó sus estudios con la pianista Susana Bonora, diplomándose en el Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo”, participó en clases magistrales  con Bruno Gelber, Luis Ascot, Edith Fischer, Ramón Coll, etc. Y fue ganador del Concurso del Conservatorio Nacional de Música en el año 1998 para realizar actuaciones en el Teatro Colón de Buenos Aires.

Desde el año 2007, se desempeña como Director de Actividades Musicales de la compañía Eurostars Hotels, con sede en el Clarige Hotel de Buenos Aires, ampliándose su gestión hacia Europa. Recientemente, ofreció recitales en el Círculo del Liceo de Barcelona,  y en New York, en donde se presentó como finalista del Concurso Internacional de Tangos en el Auditorio “Astor Piazzolla” del Consulado Argentino, ofreció recitales poéticos musicales  junto a la actriz Elena Tasisto y cerró el Ciclo “Pianistas Notables” organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Dirige el Coro de Niños, Adolescentes y Adultos del Instituto Divino Corazón, en la ciudad de Buenos Aires y la Agrupación Vocal Pehuajó, en su ciudad natal.

Es, además, catalogador y relevador del archivo histórico de audio del Teatro Colón, columnista cultural en Radio Continental de Argentina, Diario de Cultura y AM 1110 Radio de la Ciudad de Buenos Aires.

Coro de padres del Instituto Divino Corazón.

Nació en el mes de marzo de 2012 bajo la gestión de la Rectora general del Colegio, la Señora Rosanna Guglielmo, con el fin de brindar a los padres y ex miembros del Colegio una actividad artística. Desde su fundación, estuvo dirigido por el pianista Martín Leopoldo Díaz. El Coro participa activamente en las celebraciones y eventos del Instituto y fuera de él.

Con repertorio popular y clásico, han realizado actuaciones en el Museo de Bellas Artes, Ciclo Cultural del Claridge Hotel, Automóvil Club Argentino, Iglesia Santa Elena, Basílica Nuestra Señora de Guadalupe y festividades del Instituto Divino Corazón.