Hace unos días, volví a ver la aleccionadora película “El Pianista”, basada en la vida del talentoso músico polaco de origen judío Wladyslaw Szpilman, dirigida por Roman Polanski ( 2002).
El argumento narra la vida de ese joven músico que trabajaba en la radio de Varsovia cuando los nazis invadieron Polonia el 1º de septiembre de 1939 y 16 días más tarde, hicieron lo propio los rusos, quienes fueron aliados de los nazis al principio.
He tenido la posibilidad de viajar a Polonia y he podido constatar la profundidad de las heridas que aún, perviven en la población polaca a pesar de haber transcurrido tantos años.
- Polonia 1939 – La invasión que desencadenó la II Guerra Mundial
Polonia, un país de profunda fe católica, que ha dado un papa de la talla de san Juan Pablo II, tuvo que luchar sola contra estas dos potencias y pudo salir airosa tras largos años de cautiverio y de penurias.
- San Juan Pablo II
Lo que rescato como corolario de la película, ya que fue lo que más me dolió, es comprobar que los nazis pudieron ejercer tal grado de violencia y de atropello contra la población judía, debido a la indiferencia del pueblo alemán. Hay que rescatar honrosas excepciones, porque hubo muchos alemanes y de otras confesiones religiosas que se opusieron a los nazis y terminaron cautivos en los campos de concentración.
Tal fue el caso del sacerdote católico polaco, Maximiliano Kolbe, quien no dudó en ofrecerse como mártir para salvar la vida de un hombre judío casado, con hijos y debido a esto, fue asesinado en Auschwitz el 14 de agosto de 1941.
- Maximiliano Kolbe
- Campo de concentración de Auschwitz
Ellos ofrendaron sus vidas para salvar las vidas de los otros. También, cito como ejemplo, el caso del pastor bautista norteamericano Maritn Luther King , nacido en Georgia, Atlanta ( 15/1/1929), líder del movimiento de la defensa de los derechos civiles de los afro-estadounidenses; abocó su corta vida a esta lucha y ello le valió que lo asesinaran el 4 de abril de 1968.
El título de este artículo se refiere al discurso que pronunció en Washington.D.C. en 1963 frente a un público masivo. Extracto un fragmento de su extenso texto, el cual me parece medular, ya que representa su lucha y su pensamiento. ( En este fragmento, se refiere a la Carta Magna de su país):
“Este documento es la promesa de que a todos los hombres les sean garantizados los inalienables derechos a la vida, a la libertad, y a la búsqueda de la felicidad”.
Me he referido tanto a la película citada como al discurso de Luther King porque considero que para que una sociedad sea justa, equitativa, civilizada y evite transformarse en una jungla, donde sólo sobreviva el más fuerte, debe respetar los derechos de todos, especialmente de los más débiles, de los que no pueden defenderse por sí mismos , llámense niños por nacer, ancianos, enfermos , discapacitados, etc.
Todos tenemos los mismos derechos y nadie puede arrogarse la potestad de que para defender los propios, se considere con el poder de no respetarles los derechos a los demás, empezando por el primordial, el derecho a la vida ¡Vaya incoherencia!
¡Luchemos por una sociedad justa, donde haya cabida para todos!
Como dijo el papa Paulo VI durante la celebración de la X jornada de la Paz el 1º de enero de 1977:
“Si quieres la Paz, defiende la Vida”
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Patricia Giuffré es Profesora y Licenciada en Letras. Ya editó varios libros, y conduce un programa en el canal Santa María llamado “Protagonistas por Siempre” que destaca los valores de distintas personalidades de la literatura, la historia, la religión y otras disciplinas.
El programa hace 9 años que se emite por la señal 424 de la televisión abierta, y se retransmite por telecentro, telered y el Canal de Ciudad.
El objetivo de esta nueva columna “Crisol” es volver a la fuente de los valores éticos, eternos y universales que nos mejoran como seres humanos y como sociedad.
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