Muy breve historia del colectivo en Buenos Aires – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Hace 89 años, en septiembre de 1928, comenzó a funcionar la primera línea de taxis-colectivos en la Ciudad de Buenos Aires. Un grupo de taxistas realizó un recorrido fijo, desde Rivadavia y Carrasco, en el barrio de Floresta, hasta la Plaza Primera Junta con parada en Flores. Algún memorioso afirma que el primer chofer fue Antonio Gutiérrez.

Se cuenta que por entonces, en el Café La Montaña ubicado en la esquina de partida, se reunían en tertulia algunos conductores de taxis. Entre los más entusiastas se cita a Desiderio Rodríguez, Manuel Pazos y Lorenzo Forte. Así surgió la idea de poner en “marcha” el “auto-colectivo”.

Ese emprendimiento pionero llegó a tener 40 vehículos que trasladaban hasta 5 pasajeros que pagaban al final del viaje. En esa época por temor a sufrir multas escribían el itinerario con tizas, en las carrocerías.

Al poco tiempo, hubo que carrozar los coches para permitir más pasajeros y llegaron a la capacidad de 11 personas. En abril de 1931, entre Parque Chacabuco y el Correo Central, circuló la “26” con coches expresamente construidos para la tarea.

A fines de 1932 la Municipalidad reglamentó el servicio y habilitó los recorridos. En julio del 34 se implementó el uso de “banderitas” (una por cada pasajero).

En los 30 también apareció el boleto expendido por el conductor que tendría una larga vida, hasta la llegada de las máquinas expendedoras, hace pocos años. Ahora, el acceso es a través de la tarjeta “Sube” y fue final definitivo del pasaje “capicúa”.

El variado color de las unidades porteñas es distintivo de otras ciudades del mundo y facilita su identificación. En su momento tuvieron detalles de fileteado, frases o dibujos que representaban al chofer, pero  luego fueron prohibidos.

En su interior proliferaron objetos luminosos, especialmente bochas de la palanca de cambio y otros motivos decorativos como medallas, fotos o estampitas en el parabrisas.

Hoy el área metropolitana tiene cerca de 200 líneas; es el transporte público más utilizado y, según empresas y horarios, funcionan las 24 horas. En 1998 fueron contratadas las primeras mujeres para manejarlos.

El término lunfardo bondi, para designarlo, es una adaptación al castellano de la palabra portugués-brasileña “bonde”, que significa tranvía y, a su vez, proviene de inglés “bond”. En principio mencionaba precisamente a ese medio y luego tuvo su extensión al colectivo.

Una historia muy rápida que pretende tener un final con mucho humor. En Cosquín 2005 Les Luthiers interpretaron un clásico de sus primeras épocas: “La Candonga de los Colectiveros”.

Me bajó en la que viene…

Norberto Tallón
@betotallon