Crucigrama: Creer o no creer

Casi como el Shakesperiano “Ser o no ser” – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Como se desprende del título hay quienes creen y quienes no.

Estos últimos van por la vida sin más, como si esto fuera poco, con las preocupaciones de, precisamente, la vida.

Ahora, los que creen están vinculados con muchísimas cosas.

Se habla de creer o no creer en la suerte, y por extensión en la “mala suerte”.

La suerte, en general, puede definirse de acuerdo con el nunca bien ponderado diccionario, como “Un encadenamiento de sucesos que es considerado como casual o fortuito”.

Y agrega en algunas de sus siguientes acepciones, casi, la “declaración” por oposición de la “mala”: “Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede” o “Aquello que ocurre o puede ocurrir para bien o para mal de personas o cosas” y hasta “Casualidad a que se fía la resolución de algo”

Los que creen en su influencia afirman que las condiciones de vida pueden depender del destino, evitan a ciertas personas o palabras y utilizan amuletos. En el Lunfardo es posible encontrar denominaciones o sinónimos tales como “yettatore”, “mufa”, “piedra”, “fúlmine”, etc.

A éstos cuando les ocurre algo negativo lo atribuyen rápidamente a su “mala suerte”, aunque tal vez no se detengan a pensar que lo más probable es que se haya hecho algo mal y, en consecuencia, suceda algo no deseado.

Ese ferviente convencimiento de que existe “la maligna posibilidad” se extiende al amor, el trabajo, los amigos… en definitiva, a prácticamente cada movimiento o alternativa.

Los ejemplos se ven en el propio comportamiento, en el de la gente cercana, en la calle al observar cómo alguien actúa de determinada manera (¿se acuerdan de Jack Nicholson y la vereda en la película “Mejor… imposible (As Good as It Gets)”?), en la televisión, en actividades deportivas…. Con distintas acciones que suelen incluir hasta el pedido religioso que corresponda, para contrarrestar “posibles efectos”.

Por estos lugares, también se popularizó sobre todo en músicos, gente del espectáculo, periodistas, escritores (¡Vale!, diría un español, ¡en casi todos!) el respeto y agradecimiento por “San Pugliese” y “San Soriano”, casualmente los dos con Osvaldo como nombre.

Tanto es así que León Gieco en su canción “Los Salieris de Charly” repite constantemente una frase que, sin duda, lo explica cabalmente: «¡Siempre mencionamos a Pugliese!», como un elemento mágico y protector.

Pero, si quieren, existe un verdadero inventario de posibilidades, con solo clickear el video dos renglones más abajo, al encontrar al “Nano” Joan Manuel Serrat explicando, en principio y solo en principio, el por qué de “Toca madera”.

https://www.youtube.com/watch?v=bZBWVaB9QAo

Norberto Tallón
@betotallon