Decir Ferrari… Por sus logros deportivos, el entusiasmo de sus tifosi a lo largo de mundo, los pilotos que la han conducido y, básicamente, por su permanencia es decir… Fórmula 1.
La planicie inglesa, el condado de Northamptonshire, originalmente habitado por pueblos pre-celtas y celtas, ya en el siglo XX un aeródromo inactivo tras la Segunda Guerra Mundial, limitado por Northampton y Milton Keynes, se convirtió en el Circuito de Silverstone, desde 1950, salvo un período de alternancia con el de Brand Hatch, escenario fundamental del automovilismo británico e internacional desde 1947, una de las “catedrales” del mundo motor.
La tarde del 14 de julio de 1951 en esa campiña, como la de este fin de semana, se corre por segunda vez como prueba del naciente Campeonato Mundial de Fórmula 1 el RAC British Grand Prix (El Gran Premio Británico organizado por el Real Automóvil Club).
Es la quinta carrera de la temporada. Las máquinas giran 90 vueltas al original trazado de 4.648 metros de extensión (con los años tendrá cambios en su “dibujo”) los pioneros de la categoría.
El “Cabezón”, “El Toro de las Pampas”, José Froilán González al comando de una Ferrari 375 V12 se alza con el primer puesto, que además se convierte en el primer triunfo y pole position de la Scuderia italiana, aquella fábrica de don Enzo Ferrari que terminará siendo “Il Comendattore” y la empresa una importante factoría.
Detrás de “Pepe” para compartir el podio, llegan en segundo lugar el “Chueco” Juan Manuel Fangio en un Alfa Romeo (La histórica “Alfeta” y en el tercero otra máquina de “Il Cavallino Rampante” con Luigi “Gigi” Villoresi.
Froilán nació en la ciudad de Arrecifes, Provincia de Buenos Aires, y murió en la ciudad de Buenos Aires a los 90 años, por una insuficiencia respiratoria, transformado en empresario del mundo automotriz. Y hasta sus últimos dias, personaje habitual y referente insoslayable del “ambiente fierrero” nacional.
En los últimos años de los 40 debutó en Turismo Carretera, luego, en el plano mundial compitió en 26 Grandes Premios en 9 temporadas, con dos victorias (ambas en Silverstone), 7 segundos puestos, 4 terceros, 3 poles y seis vueltas rápidas. Ganó la «Coppa Acerbo» y las 24 Horas de Le Mans en 1954, subcampeón de la Fórmula 1, detrás de su amigo y rival Juan Manuel Fangio, un inédito 1-2 para la Argentina en la “Máxima”.
Tras su paso internacional, en 1958 y 59 volvió a las pistas en nuestro país y ganó los campeonatos de Fuerza Libre, conduciendo un Chevrolet. Tras el retiro, se transformó en preparador de automóviles de competición.
Silverstone es, siempre, un muy buen punto de largada para recordarlo.
Norberto Tallón
(Twitter) @betotallon