Crucigrama: El Fuego Olímpico

120 años de los Juegos Modernos – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

El 6 de abril de 1896 el rey Jorge I de Grecia inauguró los primeros Juegos Olímpicos Modernos en Atenas. Catorce naciones participaron de esos juegos de la Primera Olimpíada de la Era Moderna que surgieron de la idea del barón francés Pierre de Coubertin, impulsor de la creación del Comité Olímpico Internacional, que tuvo al griego Demetrios Bikelas como primer presidente.

La Antorcha, que meses antes se enciende en Olimpia, para reflejar antiguos ritos griegos y con una mujer que actúa como sacerdotisa, recorre el mundo hasta arribar, en este caso, a Brasil donde ya se encuentra y encenderá el Pebetero que “custodiará” el encuentro multidisciplinario. El momento de la apertura de los Juegos de la trigésimo primera Olimpíada en Río de Janeiro, acorde a los reglamentos, es una ceremonia presidida por la máxima autoridad del país organizador del acontecimiento, en el que más de diez mil atletas, de 200 naciones, competirán en 36 deportes.

No es la idea hacer en esta crónica un resumen de la historia olímpica, solo mencionar algunos elementos importantes extendidos a lo largo de los últimos 120 años.

En primer lugar una distinción. Olimpiada es el tiempo de cuatro años que transcurre entre un juego y otro. Juegos Olímpicos, que son la “Gran Fiesta”, marcan el cierre del período y a su finalización se inicia el siguiente. Aunque alguna disciplina pueda disputarse fuera de ella, una ciudad, y no una nación, es la anfitriona.

Los símbolos consagrados en la Carta Olímpica son los anillos (entrelazados de cinco colores distintos representando a los cinco continentes) que desde 1920 (Los juegos de Amberes en Bélgica) dieron lugar sobre un fondo blanco a la bandera. La antorcha, mencionada antes, se incorporó como símbolo en Ámsterdam (1928) y el recorrido de la misma en Berlín (1936). La mascota extraoficialmente apareció en México (1968), fue oficializada en Múnich (1972) y obtuvo popularidad desde Moscú (1980).

La clausura de los Juegos se produce al finalizar todas las competencias. Los abanderados, entonces, ingresan en el estadio seguidos por todos los atletas sin distinción de nacionalidades. Se izan tres banderas y se escuchan los himnos del país sede, de Grecia y del siguiente organizador. El presidente del Comité Olímpico declara el cierre y convoca al alcalde/intendente del lugar de la próxima cita, que dispone del espacio final para adelantar aspectos culturales, a través de la vía artística, de ese venidero encuentro.

En 1924, en Chamonix (Francia) se inició la disputa de los Juegos Olímpicos de Invierno y desde 2010, en Singapur, se realizan los de la Juventud, que llegarán a Buenos Aires en 2018. Bastión del amateurismo durante casi un siglo, desde Seúl (1988) se admite, bajo determinadas regulaciones, a algunos profesionales.

Hay más para escribir… pero solo será la segura última frase el 21 de agosto en Río: ¡Hasta Tokio 2020!

Norberto Tallón
@betotallon