Hay quienes, en confianza, casi lo murmuran…
No importa hora ni día, tampoco exactamente cómo, solo que aseguran que es así.
Que alguien lo contó por afirmaciones de tal o cual, pero los que van más allá o más acá, repiten los dichos y ya en primera persona juran que ellos mismos estuvieron allí cuando ocurrió o, mejor dicho, cuando dicen que así fue…
Unas u otras versiones parecen válidas, por los detalles, la fuerza dramática de la narración y la creencia total en el momento que lo transmiten.
Empleados del supermercado que oyeron en uno de los depósitos, en distintas oportunidades, una discusión en un idioma que no se acabó de entender pero que no era latino. Una gran pelea que impresionaba de tener un mal final.
Habitualmente en invierno y con mucho frío, transeúntes, sobre el filo de la medianoche, veían cruzar la avenida en el aire y a velocidad inverosímil a figuras encendidas en fuego que giraban alrededor del parque, se apagaban luego al tocar el asfalto e ingresar por un respiradero del subte, en medio de la escaso tránsito de la hora.
Concurrentes de la parroquia percibìan, de pronto, en mitad de la tarde, una brisa intensa que salía de los edificios y traía el intenso olor de aromas de un bosque inexistente.
Más de una madrugada, parroquianos observaron sentado a una de las mesas de la calle del bar de la esquina, en cualquier fecha del año, al mismísimo antiguo vecino “Chamico”.
El militar que los vecinos vieron perseguido por el malón y sus indios pidiendo venganzas.
¿Fantasmas en Buenos Aires, al borde de una de las vías de circulación más importantes y transitadas?
¿Por qué no creerlo?
¿O por qué sí?
El dónde también es una cuestión.
Un extraño mapa con muchas historias antiguas en solo dos manzanas, más o menos…
Entonces surgen preguntas, hay quizás respuestas…
Pero… ¿Fantasmas casi en el centro geográfico de la gran ciudad?.
https://www.youtube.com/watch?v=TERfRLtmWZc
Norberto Tallón
@betotallon