El Feng Shui respeta tus gustos

Por Patricia Traversa, especial para Diario de Cultura.

Existe un malentendido popular que asocia el Feng Shui a un estilo de decoración minimalista u oriental.

El Feng Shui indefectiblemente está vinculado con la ambientación de un lugar pero no tiene como objetivo decorar. Lo que busca es armonizar las energías ambientales para generar hábitats sanos, prósperos y que ayuden a activar de manera positiva las aspiraciones vitales de las personas.

Por lo tanto, no existe un estilo Feng Shui, cualquiera sea el tipo de decoración elegida, rústica, clásica o moderna, siempre podemos aplicar los criterios de armonización energética.

La más esmerada decoración, con telas preciadas y muebles costosos, puede provocar un mal Feng Shui y generar conflictos en el hogar sin que sospechemos que ella es la causa. El problema no está en los estilos en sí, sino en el uso incorrecto de ellos que genera estancamientos energéticos, excesos, desequilibrios Yin-Yang, etc.

A la hora de decorar nuestro hogar, sin embargo, debemos saber que dependiendo del estilo adoptado, algunos -por sus propias características- son más vulnerables a hacernos cometer ciertas fallas de Feng Shui. Por ejemplo, en un ambiente campestre, hay que controlar el exceso de energía madera; el estilo minimalista, mal aplicado, podría generar un Qi débil.

En tanto un estilo francés debe priorizar que la energía no se estanque en las telas y los muebles de dimensiones importantes. Estilos tradicionales como el Luis XV, Luis XVI o Art Decó, son conservadores, tienen detalles elegantes con diseños simétricos, líneas curvas talladas, colores apacibles, maderas oscuras y brillantes, y una tapicería con brocados y sedas. Pero será importante considerar que este estilo requiere un mantenimiento más asiduo que otros estilos más austeros.

El uso de telas pesadas, tapizados, alfombras, cristalería, la presencia de molduras, implican una limpieza más cuidadosa de las super1cies para que no acumulen polvillo y no se estanque en ellas la energía del ambiente. El volumen de los muebles, cuadros y lámparas suele ser importante, por lo que si el espacio no es muy amplio es mejor utilizar solo lo imprescindible para que la energía fluya con facilidad, sin bloqueos.

Se trata de un estilo estimulante, cálido y acogedor, que bien manejado irradia también elegancia y sensación de abundancia.

En cambio, el estilo minimalista, tan actual, se establece a partir de líneas puras en el diseño de los muebles, figuras geométricas básicas y colores neutros. Busca crear ambientes serenos y despojados de objetos no funcionales ni necesarios, donde la preponderancia es el vacío que transmite paz.

La calidez se logra mediante iluminación muy cuidada y algunos contrastes cromáticos. El riesgo de este estilo es generar espacios excesivamente fríos (Yin) con aceleramientos del flujo de la energía por el vacío imperante. La sugerencia es activar la energía Yang con detalles repetidos en colores vibrantes y cálidos (rojo, naranja, verde manzana).

Además, hay que evitar que los espacios entre puertas y ventanas no permanezcan totalmente vacíos, incluyendo un mueble, luz o planta que ayude a modular el recorrido de la energía.

Como siempre digo, el mejor Feng Shui es aquel que no se hace notar y el que además de seguir pautas de decoración, respeta las necesidades y los gustos de los habitantes para lograr resultados armoniosos, estéticos y funcionales.

www.fengshuiprofesional.com