Capítulo 3. Si no aprendes, repites. Por: Alma Guérison*

En la película “El día de la marmota” (1993), Bill Murray, en la piel de Phill Connors, es un meteorólogo de TV, petulante y altanero, que siente que la vida no le da oportunidades, ya que –año tras año- debe viajar a un pequeño pueblo de Pennsylvania, para cubrir cuando –en una fiesta local- una marmota anuncia el final del invierno.

Pero esta vez será diferente. Al finalizar “el día de la marmota”, Connors, entra en un “bucle temporal”: A la mañana siguiente, suena el despertador con la misma música del día anterior («I Got You Babe» de Sonny & Cher) y, a medida que va transcurriendo el día, se va dando cuenta de que está viviendo de nuevo el día de la marmota. Y así, una y otra vez, siempre el mismo día, siempre los mismos acontecimientos, atrapado en el mismo día, sin poder corregirlo.

¿Te suena? ¿Alguna vez haz sentido esa sensación de estar “atrapado” en situaciones sin salida, repitiendo errores una y otra vez, topándote con el mismo tipo de gente, atravesando por el mismo tipo de circunstancias una y otra vez?

Nuestro amigo Connors, empieza a desesperar y, al no encontrar la solución, intenta suicidarse. Roba un coche y se lanza a un acantilado, se arroja desde lo alto de un edificio, se mete a la bañera con un tostador y así, sucesivamente, despertando siempre, una y otra vez, en el día de la marmota.

Como diría Juan Carlos Baglietto, “No te pares, no te mates, solo es una forma más de demorarse”. Si quieres esquivar el problema, repites, una y otra vez. En las muchas vidas que vivirá tu alma, (osea, tú -porque tú eres tu alma) en los muchos cuerpos que habitará, volverá a cometer los mismos errores, pasará por idénticas situaciones.

¿Cuál será la clave entonces?

Phill desea conquistar a Rita, su productora (Andie Mac Dowell) y, en cada repetición, lo intenta y fracasa una y otra vez. Obsesionado por lograr su amor, se esmera en ser mejor persona. Así, cultiva su espíritu y se empeña en ayudar a los otros.

Entonces, ¿será que la respuesta es el amor?

Connors salva la vida de un atragantado, ataja a un niño antes de que caiga de un árbol; se desanima al no ser capaz de salvar la vida de un anciano sin hogar, a pesar de llevarlo a un hospital para que lo atiendan y es que «ya era su momento».

Finalmente, nuestro meteorólogo desarrolla y mejora enormemente sus habilidades, hasta el punto de aprender a tocar el piano como un virtuoso, esculpir en hielo, hablar en francés y memorizar la vida de los habitantes del pueblo. Y a la vez que mejora sus habilidades físicas, también realza su comportamiento, haciendo que sea apreciado por todos los pobladores.

El amor por Rita lo convierte en una persona nueva. En lugar de estar en la posición de la soberbia, creyéndose merecedor de algo que la vida no le da y desplegando su arrogancia por doquier, se convierte él en el hacedor de su propio destino. Ya no le importa nada sobre sí mismo, porque está atrapado y no tiene futuro. Entonces, se dedica a ayudar a los demás, a ser mejor persona. Se dedica a “dar”, sin esperar nada a cambio, puesto que, al vivir siempre en el mismo día, no hay futuro posible para él.

Es recién entonces cuando, finalmente, se produce el desencantamiento: Andie lo acepta y, al día siguiente, el día de la marmota terminó. Solo obtienes la felicidad cuando dejas de buscarla.

Si tan solo aprendieras que la vida no tiene sentido si no haces lo que haz venido a hacer… Si tan solo comprendieras que lo único realmente importante en la vida es el amor y que todo lo que tienes que hacer es poner el foco en el otro y descubrir que la razón de tu presencia en este plano es la de dar desmedidamente sin pensar en la retribución… Si tan solo dejaras de reclamarle a la vida o al destino o a la suerte lo que no eres capaz de lograr por tí mismo… Si tan solo abandonaras la soberbia de creerte merecedor de “algo mejor”… si tan solo dejaras de estar mirando tu propio ombligo y renunciaras a la tentación de quejarte, todo el tiempo de lo mal que te va y miraras un poquito a tu alrededor, descubrirías que todo ese gran problema que es tu vida se reduce a nada. Tu ego desparecería y aparecería «el otro», la alteridad. Entonces, habrás aprendido y dejás de repetir.

*Alma Guérison es Coach en Desarrollo Personal y Terapeuta Holística.