Feng Shui: Cuadros y amor

 Por Patricia Traversa, especial para Diario de Cultura.

Una pauta fundamental para realizar un Feng Shui es no quedarnos sólo con lo que nuestros ojos ven, sino conectarnos con lo que sentimos, modificar energías internas y lograr armonía personal y con quienes nos rodean.

Una obra de arte, cuadro o mural puede mejorar o empobrecer la belleza de un espacio en modo muy especial. Una buena pintura atrae luz hacia su casa, da profundidad, llena de optimismo y fuerza una habitación, atrae los mejores pensamientos e inspiración al espacio.

Imagine que compra una obra imponente de un pintor celebre y el motivo es una guerra sangrienta, un personaje triste o sombrío, un lugar oscuro y sin vida, vera que esa sensación inunda el espacio con ese sentimiento.

En la mayoría de estudios que se realizan las pinturas hablan de motivos psicológicos que las personas tienen y por afinidad eligen colores y representaciones de sus estados internos.

El simbolismo puede encontrarse por zonas, un dormitorio de matrimonio con la mayoría de cuadros femeninos puede indicar que la mujer no se relaciona con su marido, se siente sola o también tiene demasiado protagonismo.

Un cuadro en que aparecen tres personas en el area del amor del dormitorio de matrimonio puede potenciar o indicar alguna infidelidad, si se repiten además esta simbología en otros objetos debería observar bien la situación. La corrección será  quitar los cuadros de ese tipo y poner una información con motivos de pareja.

Algo importante en cualquier pintura a parte del simbolismo es la calidad de los colores y trazos. No se recomiendan abundancia de tonos oscuros ni trazos desordenados y caóticos o pinturas abstractas que no tienen pies y cabeza producen estados mentales y emocionales confusos.

Si tiene cuadros observe bien sus colores y lo que representan y si están mal sáquelos. Busque siempre luz y belleza en las pinturas, valores de sentimientos nobles, cuadros que le inspiren alegría y vitalidad.

La cuestión de cómo colgarlos deja ya de ser tan personal, aunque por supuesto será nuestro propio gusto el que nos indique cuál es la mejor manera. En general existen algunas reglas básicas, como colocarlos a la altura de la vista, para poder observarlos en todo su esplendor tanto de pie como sentados, así como ser prudente y no abusar de colgar demasiados en un mismo espacio y hacerlo a las distancias que precisen, pues sino podrían quitarse el protagonismo entre ellos y crear un lugar demasiado sobrecargado.

Aunque lo tradicional es colocar los cuadros horizontal o verticalmente en lugares como sobre el sofá, la cama, los pasillos o algunos muebles de baja altura, hoy en día se permite ser más innovador.

Debe tener en cuenta, en primer lugar, el espacio del que dispones y el estilo de tu casa, para posteriormente elegir el cuadro y saber dónde y cómo colgarlo.

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