Feng Shui: El Color en tu vida

Por Patricia Traversa, especial para DiariodeCultura.com.ar.

La energía cromática puede equilibrar tu hogar y tu Chi personal

El color es una de las curas que tiene el Feng Shui para sanar la energía de un lugar y de sus habitantes, otras son el sonido, el movimiento, las formas, la luz, las piedras, los aromas, etc. Los colores son fáciles de aplicar y su vibración energética es muy efectiva. En lo que se refiere al Chi personal, se recurre al color en la vestimenta, pero también en ambientes como el dormitorio y el espacio de trabajo. La elección de los colores adecuados puede ayudar rápidamente a las personas a compensar falencias o mitigar excesos de carácter.

Un criterio para aplicar estas curas cromáticas consiste en recurrir a la Teoría de los Cinco Elementos. Madera, Agua, Tierra, Metal y Fuego son energías universales que brindan cualidades emocionales y energéticas y una de sus formas de manifestarse en el entorno son los colores.

En busca del color perdido

Cada individuo tiene una constitución energética de base, en la que puede predominar alguna tendencia. Hay personas con energía dispersa a las que les cuesta concretar objetivos; otras con energía que tiende a atascarse en la garganta y tienen dificultades para comunicarse de manera eficiente; algunas personas son iracundas, su Chi es incisivo, agresivo. Hay cantidad de casos, y la mayoría de las veces es el ambiente en el que se desenvuelve el individuo el que profundiza o equilibra la tendencia.

Por ejemplo, alguien cuyo Chi es hostil, que vive a la defensiva, puede volverse muy violento si se rodea de color rojo que es energía Fuego. Por el contrario, quienes sufren de apatía ante la vida, pueden necesitar una cura de este color, y de verdes intensos (energía madera), para activar la iniciativa y la alegría en su cotidianeidad.

El negro, el color del Agua, ayuda a moderar un temperamento muy encendido, también propicia el pensamiento inteligente, siendo ideal para personas a las que les cuesta escuchar a los demás y se vuelven inflexibles. Si bien no es conveniente pintar un dormitorio todo de negro, porque generaríamos un exceso nocivo de energía Yin, se pueden incluir detalles en la decoración y combinarlo con el blanco (elemento Metal) y los colores Tierra (ocre, naranja, beige). El Metal es la energía que nutre al Agua, y a su vez es nutrida por la Tierra que brinda sensatez y sosiego.

El verde agua, es una buena opción para el dormitorio de una persona cuyo desafío es ser más empática y benevolente. Combinado con el blanco que lo nutre, logrará un Chi más humanitario, tolerante y justo.

Los colores en tonos de beige, anaranjado, marrón, amarillo y ocre, representan la energía de la Tierra que ayudará a centrarse en su eje a las personas que cambian fácilmente de opinión o de estado de ánimo y no encuentran su misión en la vida. El Chi disperso y volátil de estas personas podría corregirse si acostumbraran a vestirse con prendas terrosas combinadas con algunos detalles rojos y rosados.

Colores en movimiento

Así como el camaleón vira sus colores, así como las hojas del árbol cambian sus tonos según la estación del año, así también nuestra dinámica cromática debe adaptarse a las condiciones y circunstancias personales. Los colores nos permiten jugar y combinar según nuestro estado de ánimo, según las metas del momento, la etapa de la vida o las condiciones de salud. Es importante revisar periódicamente cuál es nuestra paleta de colores predominante en el armario, en las paredes, en los muebles. A veces ocurre que nos acostumbrarnos a colores que ya no nos sirven, o que ya están deteriorados y deslucidos por el paso del tiempo y del uso. La misma rutina nos lleva a olvidar la existencia de otros colores que llegamos a omitir por completo de nuestra vida, algo que resulta nocivo para completar el círculo creativo de las energías. Por ejemplo, podríamos animarnos a incluir los colores metalizados en nuestro vestuario. A veces la creencia que un color agranda, otro achica u otro es muy llamativo nos hace evitarlos, cuando en realidad el secreto está en el cómo lo introducimos en nuestro ambiente y en nuestro atuendo.

Una forma de utilizar los colores como curas del Chi desequilibrado es meditar visualizando ciertas luces que brindan cualidades que nos armonizan: el azul para mejorar nuestra comunicación, el verde para activar la creatividad, el rojo para propiciar la pasión, o el tostado para apaciguar la mente inquieta.

El cambio de fundas de almohadones, de cortinas, de marcos de portarretratos, pintar una puerta, o un mueble viejo, colgar un cuadro a o un mandala, son estrategias sencillas a través de las cuales podemos introducir curas cromáticas que mejorarán notablemente la calidad de nuestro Chi.

Patricia Traversa es experta en Feng Shui, formada en Arquitectura, Domobiótica y Permacultura. Es Directora de www.fengshuiprofesional.com.