Feng Shui: Por qué usar mandalas en la casa

Por Patricia Traversa, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Dentro del Feng Shui, los mandalas exceden el valor decorativo que pueden brindar a un lugar. Su aporte al ambiente y a los habitantes es muy útil desde el punto de vista energético. Su belleza y fuerza levantan la energía deprimida de inmediato.

Al estar diseñados con formas geométricas concéntricas (círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos) poseen un Chi estable y armónico y por lo general contienen la   representación de todos los elementos de la naturaleza. En Oriente hay gran cantidad de   templos realizados en forma de mándala, ya   que son considerados símbolos sagrados cuya   configuración energética representa al   macrocosmos (el universo, la naturaleza, el   mundo espiritual) y también al microcosmos (la naturaleza humana, el individuo). El mándala puede ser una guía para ubicarnos en nuestro centro más profundo ya sí integrar los diferentes aspectos de nuestra vida. Puede ayudarnos también a superar la sensación de desintegración que tan frecuentemente se experimenta hoy en día. Según el diseño y los colores que contengan, estas imágenes son muy propicias para lograr relajación, favorecer la concentración, activar aspiraciones vitales, purificar un ambiente, equilibrar el Yin-Yang de un lugar, etc. En los dormitorios de los  niños colocar mándalas siempre es favorable porque armonizan su gran vitalidad. Para los varones en tonos celestes, lavanda o amarillo claro y para las niñas tonos rosado, lila y beige. En las recepciones los mándalas   generan un tipo de energía de bienvenida favorable. En la sala de estar podemos usarlos según sus colores y formas para activar los   cinco elementos y sus aspiraciones   correspondientes.

La elección recomendada para cada orientación es la siguiente: Suroeste: personas benefactoras y viajes. Para activar esta aspiración vital se debe incluir la energía metal y la energía tierra en el Suroeste del living. Es decir, los mándalas favorables deberán tener colores amarillo, marrón, ocre, mostaza, blanco, gris perla o metalizado y formas circulares y cuadradas. Noroeste: amor y relaciones, este sector de la sala se activa con las energías tierra y fuego que propician el Qi del amor y las relaciones. Los mándalas en tonos ocre, beige, terracota, rojo, rosado, bordó, así como las formas triangulares y cuadradas, son los indicados.

Noreste: finanzas y prosperidad, los mándalas con energía madera y agua, en colores verde, celeste, azul, negro, formas onduladas y rectangulares, incentivan en el Noreste la economía del hogar. Oeste: hijos y creatividad, esta aspiración se activa con la energía del metal y de la tierra. Las imágenes deben tener colores amarillo, marrón, ocre,   mostaza, blanco, gris perla o metalizado. Las formas circulares y cuadradas son perfectas e incentivan todo lo relacionado con trascender   (comunicación con el inconsciente, inspiración, descendencia).

Sur: carrera y trabajo Colocar aquí mándalas con energía agua y metal (colores blanco, azul, celeste) así como con formas onduladas y circulares. Este sector bien activado ayuda a definir la vocación, a orientar y concretar  con claridad las decisiones relativas a   las metas laborales.

Sureste: conocimiento y sabiduría. La tierra y el fuego (rojo, amarillo, beige, formas cuadradas y triangulares) activan positivamente este sector con su aspiración de espiritualidad, ayudando a equilibrar la mente, a ampliar la percepción y compresión de los fenómenos.

Norte: reconocimiento social, los mándalas en tonos rojo y verde, o con formas triangulares y rectangulares, son los adecuados en el Norte del living. El fuego y la madera en este sector elevan la autoestima y nuestro poder de influencia en los demás.

Este: salud y familia, bien activada esta   orientación brinda equilibrio físico mental espiritual y armoniza las relaciones familiares.  Ubicar aquí mándalas con energía madera yagua, con colores verde, celeste, negro, azul, formas cuadradas y onduladas.

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