Historias de Buenos Aires

CALLES CON NOMBRES DE MUJERES (9): Macacha Güemes, una mujer prudente y armónica que dejó huellas en la historia argentina – Por María Lorena Belotti, exclusivo para DiariodeCultura.com.ar.

Puerto Madero es el barrio por excelencia poblado de calles que responden a nombres de mujeres talentosas, comprometidas y luchadoras que enorgullecen al género. La mujer se abrió camino en Buenos Aires en este rincón bellisímo de nuestra urbe.

Hoy es el turno de contar la historia de Macacha Güemes. Nació en Salta en 1787. Era hija de María Magdalena Goyechea de la Corte y de Gabriel Güemes Montero, tesorero de la Real Hacienda y hermana de quien sería el caudillo del norte argentino, Martín Miguel de Güemes, a quien apoyó en las luchas por la Independencia de nuestra Patria.

«Arrogante y hermosa», como la describían en su época, durante el gobierno difícil de la guerra, habría de llevar la armonía a las pasiones, la prudencia y el acierto en los consejos, la luz en los momentos más delicados de peligro y una sagacidad e inteligencia nobles y generosas en la diplomacia, acompañado todo ello por la seducción y el encanto que genera la mujer inteligente y culta, además de hermosa.

Magdalena, casada a los 16 años, en 1803, llevaría desde entonces el apellido de su marido, Tejada, aunque era conocida popular y simplemente como “Macacha” Güemes. Poco después de la Revolución de Mayo, convirtió su casa en Taller para confeccionar los uniformes de los soldados patriotas, comandados por su hermano, ocupados en la vigilancia de las incipientes fronteras del norte argentino.

Fue una entusiasta colaboradora en las acciones que desarrolló su hermano y éste supo sacar partido de su inteligencia, de su habilidad política y de su disposición para enfrentar objetivos de riesgo, especialmente cuando los ejércitos realistas ocuparon la ciudad de Salta. Por medio de sus gestiones se llegó a la paz de los Cerrillos, luego de las tensiones entre Güemes y las fuerzas de Buenos Aires al mando del general José Rondeau.

Estaba en la Quebrada de la Horqueta junto a su hermano, cuando una partida realista consiguió herirlo de muerte, el 17 de junio de 1821. Ella sobrevivió largos años y falleció en su provincia natal, casi octogenaria, el 7 de junio de 1866.