Personajes en Letra, Imagen y Sonido

Carmen (Parte 1) Por: Estela Telerman, especial para Diario de Cultura.

Quienes visiten Sevilla  y dirijan sus pasos  al Paseo de Colón frente a la Plaza de Toros de la Real Maestranza   verán una escultura  en bronce  de Carmen  la Cigarrera(*), de cuerpo entero , altiva, desafiante,  obra  de  Sebastián Santos Rojas(1895-1977)(*) que domina el parque  desde 1973 .

Caminando por la ciudad podrán asimismo escuchar  los sonidos de alguna banda de cornetas y tambores  ejecutando la popular marcha ´Carmen La Cigarrera´ (   http://www.youtube.com/watch?v=7DFwK2iwtqU    ) del compositor sevillano Pedro Manuel Pacheco Palomo (*).

Carmen, fascinante mujer fatal andaluza, devastadora, sincera, instintiva, casi animal,   es una de las más famosas figuras femeninas surgidas de la imaginación de un creador que,  curiosamente no  era español.  El poeta Théophile Gautier  (1811-1872) (*), en su obra ‘Esmaltes y Camafeos’ (1852)(*), así la describía: ‘Carmen es delgada / de  nobles rasgos./ Un rasgo sepia / tienen sus ojos de gitana./ Sus cabellos son de un negro siniestro. /Su piel la curtió un demonio’.

Por otra parte,  el año pasado, la  presencia  casi simultánea  de este personaje  en  los escenarios del Teatro Colón de Buenos Aires, el Auditorio Libertador de  la ciudad de Córdoba y el Auditorio de San Juan nos ha llevado a  desear recorrer  nuestro camino en compañía de este  símbolo andaluz que  ha tomado carta de ciudadanía en el mundo,  creado por el escritor y arqueólogo francés Prosper Merimée (1803-1870) (*) y plasmado en Carmen(*),  novela corta  que publicó en el año 1847. Su protagonista estaría destinada a pasar a la posteridad  gracias  a una ópera compuesta cinco años después de la muerte del escritor.

Merimée se habría inspirado en el  poema narrativo Los gitanos (1824) (*) de Aleksander Pushkin(1799-1827) (*). El escritor  había leído el poema en ruso  y lo tradujo al francés.  Asimismo, a  través de una carta que dirigió a María Manuela Kirkpatrick, condesa de Montijo (madre de la emperatriz  Eugenia de Montijo por su matrimonio con Napoleón III), nos enteramos de que el autor  se inspiró en una historia que le había relatado la propia condesa durante una visita del escritor a España en 1830. En esta carta, escribe Mérimée: “Trata sobre aquel valentón de Málaga que había matado a su amada….. Como yo, durante un tiempo había estudiado a los gitanos, he convertido a mi heroína en gitana”. []

La novela está dividida en tres partes. En la primera el narrador (precisamente, un arqueólogo francés)  cuenta cómo conoció a don José. En la segunda, don José relata  su historia y en la tercera el narrador presenta un ensayo sobre la cultura y el lenguaje de los gitanos.  Durante un viaje por el Sur de España el narrador conoció a Don José Lizarrabengoa, ex militar de origen navarro que le narró la historia de  sus amores con Carmen, una gitana sensual que se cruzó por su camino, lo apartó del Ejército y lo convirtió en un bandido. Carmen estaba  casada con un bandolero llamado «El Tuerto», a cuya banda Don José se unió y con quien colaboró en emboscadas y crímenes hasta que, en un rapto de celosa furia, lo mató en una pelea de cuchillos.   Luego, Carmen se unió a un torero llamado Lucas y Don José, incapaz de soportar su  indiferencia, la acuchilló y  sepultó su cadáver. Más tarde, arrepentido, se entregó y fue condenado a muerte.

Esta novela inspiró a Georges Bizet (1838-1875)  (*) para la composición de Carmen (*)  una “opéra comique” (*) (género lírico que alterna música y diálogos) con libreto de  Ludovic Halévy (1834-1908)(*) y Henri Meilhac(1831-1897)(*). El libreto  modifica el argumento de la novela con el agregado  del personaje de Micaela (la novia de Don José) y  la referencia a la madre del protagonista, otorgando además  mayor importancia al personaje del torero.

La ópera se estrenó en un teatro parisino de segundo nivel. Los primeros fragmentos  habrían sido recibidos con entusiasmo, en especial por sus melodías pegadizas y por el tema ambientado en Sevilla, ciudad  exótica y atrayente para el público francés. Sin embargo, a medida que avanzaba la representación, la actitud atrevida de Carmen, el tono lúgubre del argumento y la descripción de una realidad social a la cual los  franceses  no estaban acostumbrados,  provocaron  rechazo. El estreno resultó ser un fracaso, lo cual sumió al compositor en una gran angustia. Tres meses después Bizet fallecía a causa  de un ataque cardíaco, sin llegar a  imaginar siquiera  que su obra habría de sentar precedentes a un movimiento que  ganaría  tanto celebridad como notoriedad, primero en Italia y luego en el resto del mundo: el  verismo.

Otro detalle paradójico  lo proporciona  Operabase, el más completo archivo de datos relacionados con la ópera.   En el “Top Ten” de las óperas más representadas a nivel mundial entre los años 2007/08 y 2011/12, Carmen ocupa el tercer lugar.

En nuestra próxima entrega nos centraremos en las transformaciones de nuestro personaje  a través de las diversas artes.

 

(*) Los autores y manifestaciones artísticas en negrita señaladas por un asterisco pueden encontrarse en buscadores de internet.   __________________________________________________

ESTELA TELERMAN  pianista,  docente, difusora de la música argentina, es columnista en Diario de Cultura.   [email protected]