Hector Savinien Cyrano de Bergerac (*), que vivió entre 1619 y 1655, fue un poeta, dramaturgo y pensador francés. Como intelectual, se lo consideró un libertino por su actitud irrespetuosa hacia las instituciones religiosas y seculares. Asimismo fue uno de los precursores de la ciencia ficción . Su obra ocupa un puesto en la historia de la literatura de su país pero, por otra parte, su azarosa vida, así como la prominencia de su nariz inspiraron múltiples creaciones de escritores, pintores dramaturgos y cineastas a través de los siglos.
Cyrano se dedicó a la carrera militar hasta que una herida sufrida en el sitio de Arrás (1641) le obligó a renunciar a ella. Regresó a París, donde llevó una vida disipada a la que no siempre podía hacer frente económicamente, y acabó buscando la protección del duque de Arpajon, quien le retiró su confianza tras el estreno de su primera pieza teatral, ‘La muerte de Agripina’ (1653) (*), motivo de escándalo por su intención antirreligiosa. Su obra más reconocida y ambiciosa es ‘Historia cómica de los estados e imperios de la Luna’ (1657) (*), seguida en 1662 por ‘Historia cómica de los estados e imperios del Sol’ (*), una especie de utopía fantástica donde expuso sus concepciones filosóficas, astronómicas y físicas. Ambos libros podrían ser considerados como antecesores de ‘Los Viajes de Gulliver’ (1726) (*) del irlandés Jonathan Swift (1667-1745) (*)y de algunos cuentos satíricos de Voltaire (1694-1778) (*).
Podemos conocer el aspecto físico de Hector Savinien Cyrano de Bergerac a través de grabados de la época, algunos realizados Zacharie Heince (1611-1699) (*) y otros aparecidos en diversas ediciones impresas de la obra teatral. De la misma manera lo muestra un escultor contemporáneo, Dan-Robert (1946) (*), en la que vemos a un caballero con una nariz prominente, imagen muy alejada del aspecto caricaturesco con que el personaje fuera representado en versiones teatrales y cinematográficas de la obra que, mostrando solamente una época de la vida de nuestro personaje, fue estrenada en el famoso Teatro de la Porte Saint-Martin de Paris en 1897. Se trata de “Cyrano de Bergerac” (*) del poeta, dramaturgo y ensayista francés Edmond Rostand (1868-1918) (*). La pieza teatral adquirió fama internacional y, desde su estreno en París, ha sido traducida y llevada a escena en muchos países, inspirando un gran número de películas.
La primera aparición en cine de nuestro personaje se produjo en 1900, en el film de Clément Maurice(1853-1933)(*) que lleva su nombre. Con una innovación técnica de la época denominada Phono-Cinèma Théâtre, esta película es sonora y en colores. Con una duración de dos minutos, la película toma la escena del duelo que en la obra teatral sigue al monólogo de la nariz. Interpretado por Benoît-Constant Coquelin (1841-1909) (*), que había creado el rol en las tablas, se presentó en la Exposición Universal de París de ese año. Podemos ver a Cyrano en este link: https://www.youtube.com/watch?v=n4zbZzqc5sQ
En 1909 apareció por segunda vez en un breve film mudo realizado por Jean Durand (1882-1946) (*)
En 1920 ya contaba con cinco adaptaciones cinematográficas, hasta que en 1923, Augusto Genina (1892-1957) (*) filmó una coproducción ítalo-francesa llamada ‘Cirano di Bergerac’ . Angelo Ferrari(1897-1954) (*), Pierre Magnier (1869-1959) (*) y Linda Moglia (1896 – ?) (*) integraban el reparto. Luego de un intensísimo trabajo técnico de coloración, la película fue lanzada recién en 1925.
En 1950 se estrenó una versión dirigida por Michael Gordon (1909 – 1993) (*) , que contó con los actores José Ferrer(1912-1992) (*) como Cyrano de Bergerac, Mala Powers (1931-2007) (*) como su amada Roxanne, y William Prince (1913-1996) (*) como Christian de Neuvillette. Por su interpretación en este film, José Ferrer ganó el Oscar al mejor actor. Cyrano aparece como un brillante poeta y hábil espadachín que expresa su amor por la bella Roxanne a través de Christian, el apuesto soldado a quien ella ama. Cyrano es jactancioso y fanfarrón, de genio vivo pero a la vez ingenioso e irónico, noble y orgulloso. Pero esconde una herida secreta que lo atormenta: su sentido del ridículo y su fealdad le han impedido ser amado por Roxanne. Sin embargo, ya que su amada ama al apuesto Christian, él ayudará a su rival escribiendo en su nombre apasionadas cartas de amor. El film se puede ver en en: https://www.youtube.com/watch?v=yimiitbfKHs
En 1990, Jean-Paul Rappeneau (1932) (*) dirigió otra película basada en la obra de Rostand. Este film multipremiado tuvo un éxito avasallante en todo el mundo. Nuestro personaje estaba encarnado por Gérard Depardieu (1948) (*) que plasmó en esta película una de sus más brillantes creaciones. Su amada Roxanne fue interpretada por Anne Brochet (1966) (*), mientras que Vincent Pérez (1964) (*) se desempeñó en el rol del apuesto Christian.
En nuestra próxima entrega continuaremos mostrando a nuestro curioso personaje en sus diversas manifestaciones a través del cine, la televisión y la ópera.
(*) Los autores y manifestaciones artísticas en negrita señaladas por un asterisco pueden encontrarse en buscadores de internet.
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ESTELA TELERMAN pianista, docente, difusora de la música argentina, es columnista en Diario de Cultura.