Los pongo en contexto.
“Fariña” está basada en el libro de Nacho Carretero y ya de movida –antes del estreno- tuvo el empuje publicitario que le dio una resolución de la justicia española que ordenó en marzo el secuestro del libro como medida cautelar por la demanda presentada por el exalcalde de O Grove José Alfredo Bea Gondar por injurias y calumnias.
En el libro, Carretero explica que Bea Gondar, a finales de los 80, formó parte de una operación de descarga de cocaína. Unos hechos probados por la Audiencia Nacional, aunque finalmente resultara absuelto por el Tribunal Supremo por un defecto de forma. Posteriormente Bea, un habitual de las crónicas del narco que también aparece en las memorias de Baltasar Garzón, fue condenado por un delito de blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico.
El libro fue liberado y la serie estrenada.
Fariña cuenta el ingreso de la droga y los carteles colombianos a Galicia entre los años 80 y 90 y el desarrollo de la Operación Nécora. El 12 de junio de 1990 el juez central de instrucción de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y el fiscal antidroga Javier Zaragoza iniciaron el primer gran golpe contra las bandas del narcotráfico arosanos que operaban en las rías gallegas. Un contingente de centenares de policías desplazados desde Madrid para la ocasión arrestaron en sus casas a grandes contrabandistas de tabaco, reconvertidos en narcotraficantes.
La productora Bambú se sale con Fariña de la zona de confort que le ha deparado éxitos con “las Chicas del Cable”, “Velvet”, “Gran Hotel” y “Tiempos de Guerra” y el resultado es una ficción soberbia incluso para el público foráneo que desconoce a los personajes y las historias reales que allí se cuentan. Fariña es entonces una ficción muy local pero con ambición global justificada.
“Fariña” nos da sobrados motivos para encarar los 10 capítulos de 70 minutos que conforman la primera temporada. Posee una excelente ambientación ya sea en la espectacular playa de As Furnas, en la conservera o en esos bares tan de pueblo donde los capos juegan al dominó.
Tiene la personalidad que nace de la utilización de los modismos gallegos alejándose del acento neutro hablado en zonas que no lo tienen. Grandes actuaciones tanto en los protagónicos como en los secundarios, los personajes que parecen sacados de la ficción y de hecho, algunos están molestos con la imagen que se da de ellos. Que si las escenas de sexo en la serie le han producido a Laureano Oubiña un «daño moral«, que si Manuel Charlín dice que no daba tantos correctivos a sus hijos. Las mujeres que rodean a estos “mafiosos” no se quedan atrás, no se amedrentan y toman el control del negocio cuando sus maridos/padres/amantes no pueden hacerlo.
https://youtu.be/PSZHWRjnOMI
De esta manera se construyen el tipo de personajes que sólo las historias de la mafia pueden producir, con ese aura “robihoodesca” que logra generar una empatía con los delincuentes. Por último, la banda sonora. Iván Ferreiro, Los Cafres, Heredeiros da Cruz, Os Resentidos, Kokoshca, Korosi Dansas o Siniestro Total acompañan y enmarcan la historia a la perfección con una banda sonora muy rockera y muy de Galicia. Grupos y temas no demasiado conocidos para nosotros pero que le dan un atractivo más a una serie que no deja casi ningún resquicio para la crítica.
En resumen: “Fariña”, serie española. Una temporada. 10 capítulos de 70 minutos aproximadamente. Completa en Netflix.
° Hernán Pablo Méndez es periodista y columnista de “Bravo Punto Continental”, en Radio Continental.