Un argentino en Brasil

LA MEZQUITA MUSULMANA EN EN FOZ DO IGUAÇU – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Uno de los paseos no tradicionales, más interesantes y sorprendentes de la visita a las Cataratas del Iguaçu del lado brasileño, es un recorrido por el corazón mismo de la cultura islámica: la Mezquita Musulmana.

Se constituye en algo inusitado, ya que nadie espera encontrar un centro religioso incluido en un tour por la ciudad de Foz do Iguaçu, pero debemos aber que es la segunda mayor comunidad de El Líbano en Brasil y muestra la importancia de la presencia mahometana en la región.

La extraordinaria belleza de esta construcción deslumbra no solo por su tamaño y por el cuidado esmerado que recibe, sino también por el refinamiento y perfección de su interior. Allí se demuestra la pulcritud que esta religión imprime en sus templos.

Los turistas pueden conocer lo particular del salón oval, para lo cual deben dejar los zapatos en la puerta. Las mujeres deben cubrir su cabello con un velo que es ofrecido con delicadeza por los funcionarios del local. En caso de que estén utilizando bermudas, se les ofrece una falda para cubrir sus piernas.

La Mezquita constituye una señal de acatamiento de los preceptos de la religión; lo destacan y lo hacen saber. El templo es un local sagrado destinado a la oración y al vínculo con Dios y se tiene sumo cuidado en conservar la pureza para una relación tan importante como esa.

Tanta atención se hace notoria y cautivante para los visitantes. Y no solo porque el salón es amplio, bien acicalado y confortable. También por el silencio introspectivo, por el amor de un pueblo que dedica su fe y su cariño a su creencia religiosa.

En los mínimos detalles, desde el bello resplandor del salón, hasta los bordados delicados de los velos que envuelven los cabellos de las visitantes, todo es debidamente controlado en la mezquita.

Todo allí es una invitación a la oración, más allá de que mucha gente va al lugar simplemente por conocer algo más.

De todas maneras, fuera de la devoción que profese el visitante, la paz existente producto de la espiritualidad del templo, nos hace preguntar el porqué de la no convivencia pacífica de los pueblos con diferentes credos.

Foz do Iguazú es una ciudad multicultural, plasmada en las construcciones que realizaron las diferentes comunidades. Entre ellas, la islámica que se empeñó en construir este centro religioso, cuya piedra fundamental fue emplazada en 1981.

Luego de dos años de labores, la mezquita fue inaugurada oficialmente el 23 de marzo de 1983 y lleva el nombre de uno de los hombres más íntegros y piadosos de la historia musulmana: el iluminado Omar Ibn Al-Khatab (Umar ibn al-Jattāb o simplemente, Omar). Fue el segundo de los llamados “califas ortodoxos”, la primera serie de gobernantes que tuvo el imperio islámico, tras la muerte de Mahoma y antes del establecimiento del Califato Omeya).

Con un área construida de 600 metros cuadrados, la mezquita posee una sala oval, con una superficie aproximada de 400 metros cuadrados. Su orientación está dada por el Mihrab, hecho en la pared posterior de la mezquita, que indica la dirección a la “Ciudad Santa de La Meca”, hacia donde dirige su cara todo musulmán en oración.

Esta obra se apoya en el arte abstracto y el diseño de carácter religioso en su mayor parte.

Llaman la atención sus minaretes, que la circundan. Poseen un aspecto sutil, no obstante cumplir la función de ser el lugar más alto desde el cual sonaba cinco veces al día el llamado a oración del Muecín. Las torres cumplen, además, la función de actuar como una señal luminosa, a modo de faros.

El templo está ubicado muy cerca del centro de la ciudad. Se admiten visitas todos los días en horarios fuera de las ceremonias religiosas y la mezquita es limpiada cinco veces al día para recibir a los fieles.

La mezquita no fue pensada como atracción turística, sino como un espacio de recogimiento para los fieles. No cuenta con cantina, ni tienda de recuerdos, por lo que se constituye en un paseo fuera del esquema habitual del turismo convencional.

 

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