Un argentino en Brasil

Shindo Renmei: Organización Nacionalista en Brasil a fines de la Segunda Guerra Mundial – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Los primeros japoneses que llegaron a Brasil, lo hicieron en el barco ¨Kasato Maru¨, en el año 1908, con la sola intención de hacer fortuna rápido y regresar a su país.

Los recién llegados se toparon con una tierra muy desigual a su patria; las costumbres, lengua, nutrición, clima y religión eran distintas a las que estaban acostumbrados.

Debido a estas diferencias, se recluyeron en comunidades cerradas, con poca relación con los brasileños, lo que hizo que los asiáticos fuesen vistos con sospechas. De todas maneras, en la década de 1930, Brasil poseía la mayor colonia nipona del mundo.

Debido a la ruptura diplomática con Japón, en 1942, fue prohibido el ingreso de ciudadanos oriundos de ese país. Las proscripciones fueron muchas ya que no podían circular por el territorio brasileño y no tuvieron acceso a ciertos locales junto con otras reservas.

Es en esa situación donde nació la organización de carácter nacionalista creada por los japoneses llamada ¨Shindo Renmei¨. Fue el excoronel del ejército japonés: Junji Kikawa, quien fundó este grupo, que en el idioma asiático significaba: “Liga del Camino de los Súbditos». Algunos cristianos japoneses crearon, con la aprobación de la Iglesia católica y el gobierno, una caja de beneficencia llamada ¨Pía¨, cuyo objetivo era prestar ayuda a los miembros pobres de la colonia.

En este grupo benefactor trabajó Junji Kikawa, quien se alejó luego de una confrontación entre brasileños y japoneses en la ciudad de Marilia.

Kikawa adujo también que la directoría se oponía a que imprimiese panfletos en los que llamaba a cometer actos de sabotaje a los agricultores nipo-brasileros, donde además se estimulaba a abandonar o destruir la producción de seda, usada en la construcción de paracaídas e impedir el cultivo se menta, cuyo derivado era utilizado para potenciar la nitroglicerina.

¨Shindo Renmei¨, tenía su sede en la calle Paracatú Nº 96, del barrio da ¨Saude», en San Pablo. La organización clandestina llegó a tener 64 filiales en los estados de San Pablo y Paraná y se mantenían con las donaciones de sus afiliados.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial, muchos integrantes de ¨Shindo Renmei¨ se rehusaron a creer en las noticias que advertían la rendición del Japón en el conflicto bélico y sus objetivos fueron atacar a los derrotistas y divulgar que Japón había vencido para defender de esta manera la honra del emperador.

Esta actitud dividió a la comunidad nipo-brasilera a partir de las amenazas de los fanáticos de la organización y se formaron los Kachigumi, que eran los que creían que la beligerancia continuaba o que había vencido Japón.

Los Makegumi, llamados ¨Corazones Sucios¨, aceptaban que Japón había perdido la guerra y formaban el grupo más próspero; se adaptaron e hicieron culto de la comunidad.

Algunas personas mal intencionadas, conocidas como ¨lero-lero¨, dieron forma a la idea de la gran victoria del país, en las revistas de Japón,  para vender fincas en los ¨territorios conquistados¨. Otros traspasaron yens –la moneda japonesa- que ya no tenían valor, a precios altísimos para quienes querían volver a su tierra.

Otras mentiras expandidas por los estafadores profundizaban más la confusión en la colonia, causaron enormes perjuicios a los ¨Kachigumi¨ e, incluso, llevaron a muchos a cometer suicidios.

Los integrantes de ¨Shindo Renmei¨ creían que las informaciones de la derrota japonesa eran una farsa y crearon una red clandestina de comunicación, para divulgar la ¨verdad, que se había ganado la guerra¨, diarios y revistas circularon divulgando esa idea y estaciones de radio secretas fueron colocadas en el aire. Incluso, la organización elaboró listas con los nombres de los Makegumi, que debían morir por traición al emperador.

Según la policía política de San Pablo, Kamegoro Ogasawara, dueño de la tintorería Oriente, era el coordinador de las acciones. Los asesinos –jóvenes- salían del comercio para ejecutar a los ingratos. Esos sicarios eran llamados Tokkotai y antes de matar entregaban cartas solicitando un ¨Seppuku¨ –suicidio ritual- para recuperar la honra perdida, o inmolarse mediante el «harakiri» o corte de su abdomen y en el lugar se colocaba una bandera japonesa limpiando su honor.

Quienes se negaban a estos métodos, eran ejecutados en presencia de familiares.

Entre enero de 1946 e inicios de 1947, según datos oficiales, ¨Shindo Renmei¨ mató a 23 personas e hirió a 147, todas de origen japonés.

Los Tokkotai se entregaban frecuentemente a las autoridades policiales brasileñas y explicaban que nada tenían contra Brasil o contra los ciudadanos del país, pues mataban por estricto cumplimiento del deber.

Finalmente, los líderes de¨Shindo Renmei¨ y buena parte de los Tokkotais fueron apresados.

Cerca de 155 inmigrantes japoneses fueron expulsados del territorio brasileño, en el año 1946, catorce Tokkotais cumplieron penas por asesinatos.

Pasadas varias décadas, muchos miembros de la comunidad nipo-brailera, todavía consideran que cuestiones relativos a ¨Shindo Renmei¨, no deben ser divulgadas.

[email protected]