Si hubiese una lista de las playas más lindas, seguramente la de “Juatinga”, en “Cairuçu das Pedras”, en inmediaciones de Paraty, Rio de Janeiro, estaría entre las top de Brasil y esto porque una de ellas, la menor, solamente tiene 50 metros de arena y la manera más común de llegar hasta ella es en barco.
Para este representante de Diario de Cultura, llegar hasta “Cairuçu das Pedras” fue toda una aventura, porque estaba haciendo una caminata o trekking por el litoral de Paraty, durante una visita a la nimia ciudad colonial de calles empedradas y casas coloridas y escuche hablar de la agraciada costa de “Juatinga”.
Si bien es una caminata moderada, esta diminuta playa está lejos de ser muy visitada por turistas y, aunque es pequeña, ofrece mucho más que otros lugares concurridos masivamente, porque allí es posible disfrutar de agua salada o dulce, tiene un camping de excelente nivel, con atención cordial y comida con precios bien accesibles. Posee todo lo que un turista necesita.
La playa de “Cairuçu das Pedras” es presentada a uso y semejanza de las mejores riberas de esta tierra. Si bien uno no quiere comparar, es inevitable hacerlo y no está lejana en belleza a la paradisìaca “ Fernando de Noronha, en Recife.
Sin temor a equivocaciones, podemos exponer que la diferencia entre uno y otro lugar -bellos los dos-, es que “Cairuçu das Pedras” es viable a todos los presupuestos, especialmente, a aquellos visitantes que se satisfacen con una calidad hotelera de nivel tres estrellas y que veneran una experiencia única en medio de la más pura naturaleza.
El escenario de una playa aislada es la marca registrada de estas arenas. Para llegar desde Paraty, el viaje en barco demora cerca de 60 minutos y quien lo hace por el camino frondoso, disfrutando del verde natural, depende del ritmo del viaje, pero puede durar hasta cuatro días y ese paseo que es recomendable realizarlo con guía del lugar.
Desde la cima de un pequeño morro, hay una vista privilegiada de la playa de Cairuçu y un vecino del lugar, remanente “Caiçara”, nos cuenta que el turismo no es la fuente de renta principal del lugar. “Si bien la playa es muy bonita -agrega- tenemos que dividir el tiempo con la pesca y el trabajo en las pequeñas chacras… esto solo alcanza para vivir”… nos comenta.
Ud, amigo lector, se preguntará ¿què es un “Caiçara”?. Ese nombre se le dio al pueblo de los descendientes de la unión de portugueses e indios que desde su origen optó por vivir fuera de los centros urbanos, junto al mar, y recogiendo de la naturaleza los recursos necesarios para sobrevivir.
Este es el retrato de “Juatinga”, lugar de admirables y perfectas playas, en su mayoría habitadas y controladas por Caiçaras de buen corazón que, a todo costo, luchan por conservar la región, principalmente de inversionistas que quieren transformar la “Reserva de Juatinga” en complejos de hoteles resorts y otros atractivos.
Es importante disfrutar vacaciones en lugares donde los moradores siempre son protagonistas y es preciso conocer la problemática del territorio para entender que su esfuerzo por mantener estas comarcas bien naturales, no es rechazar el progreso, es defenderse de la polución, el delito y otras problemáticas de las grandes ciudades.
La Reserva Ecológica Estadual da Juatinga, tradicionalmente llamada de “Juatinga”, es un área que posee casi 8 mil hectáreas y abriga 12 núcleos de ocupación de poblaciones tradicionales (Vilas Caiçaras), que se expanden a lo largo de este sector del estado de Rio de Janeiro.
Las comunidades viven de la pesca artesanal y de la agricultura. La fauna y flora también son parte de atractivo en la región; existe una exuberante vegetación compuesta de mata atlántica y viven unas 10 mil especies de plantas, además de mata hidrófila, es decir, variedad adaptada a la humedad.
El control de la reserva está a cargo del Instituto Estadual de Ambiente que, en la actualidad, confecciona un proyecto de reordenamiento turístico en esta área y apunta a asegurar la sustentabilidad ambiental, la calidad de vida de los pobladores y trabaja para que los turistas se lleven un aprendizaje de la experiencia vivida en el lugar, además de que se difunda lo bien que se conserva el ambiente en el estado Carioca.
Paraty, la bella y colonial ciudad del interior de Río de Janeiro es la más próxima y es la base de apoyo para las comunidades que habitan esta reserva de beldad originaria llamada: Cairuçu das Pedras.