Un argentino en Brasil: «Chica» da Silva

“Nació esclava y vivió como reina». Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Quien visita Diamantina tiene la oportunidad de conocer la historia de uno de los personajes más famosos de la época colonial del Brasil: “Chica» da Silva, la esclava que se transformó en reina.

Francisca da Silva de Oliveira, la ilustre “Chica” da Silva, quien fue una esclava alforriada *, que vivió en “Arraial do Tijuco”, actual Diamantina, en el estado de Minas Gerais, durante la segunda mitad del Siglo XVIII.

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Nacida en una fecha incierta, entre los años 1731 y 1735, auge da la fiebre de los diamantes en “Arraial do Tijuco”, donde “Chica” da Silva llevo una vida muy cerca de las señoras blancas  de la sociedad minera de entonces.

Fue una mulata linda, con gran presencia, estéticamente distinguida. Era hija de una mujer de raza negra, María da Costa, y del portugués Antonio Caetano de Sá.

Francisca nació esclava, y era propiedad del sacerdote José da Silva e Oliveira Rolim, hasta ser libertada por éste a pedido del exitoso empresario de diamantes, João Fernandes de Oliveira.

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El hecho de que una esclava alforriada estaba en condiciones de alcanzar una posición de destaque en la sociedad local durante el apogeo de la exploración de diamantes dió origen a diversas historias y mitos.

“Chica” da Silva era la concubina del hombre más importante de Diamantina, João Fernandes de Oliveira, con quien tuvo 13 hijos.

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Este financista era un hombre rico, dueño de una significativa cantidad de casas en el barrio de “Chiado”, en Portugal, además de varias posesiones. Por estas tierras, y por el cargo que ocupaba, aumento mucho su fortuna lo que le atribuyo el mote de ser más trascendente que el propio Rey de Portugal.

La esclava era semi analfabeta, aunque de todas maneras se convirtió en una mujer económicamente poderosa, se trasladaba a la iglesia en una litera cargada por esclavos, acompañada por mucamas bien vestidas y luciendo joyas con importantes diamantes. Esta dama nacida cautiva llegó a poseer más de 100 esclavos, una cantidad considerada exagerada para los padrones de la elite de raza blanca de aquellos años.

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El contratista João Fernandes edificó para su esposa “Chica” da Silva, un palacio con 21 habitaciones, con un jardín colmado de plantas exóticas, cascadas artificiales y otras ornamentaciones.

Como “Chica”, no conocía el mar, su esposo mando a construir un lago artificial e hizo fabricar un navío a vela, que recorría la amplia extensión de agua transportando a los convidados que concurrían a las grandes fiestas que se brindaban para la alta sociedad local, reuniones éstas que eran animadas por una orquesta particular y se disfrutaba, también, de espectáculos teatrales.

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Cuenta la historia que el empresario de diamantes se desentendió con los miembros de la “Orden Religiosa Terceira do Carmo”, -que iban a cimentar la Iglesia del Carmo, (Iglesia del Carmen)-, por la construcción de la llamada “Torre Maestra”, un sector ubicado en los fondos del edificio eclesiástico y corrió con todos los gastos del templo en su totalidad.

Ahora, usted se preguntará ¿porqué de la insistencia en construir esa torre?: Bien, es que los esclavos, aun habiendo sido liberados no podían concurrir a la iglesia y de esa manera, su amada “Chica”, no podía asistir a las misas a no ser que se ubicara en la torre erigida por su marido. Cabe destacar que en esa época los esclavos  emancipados debían presenciar las homilías en la parte de afuera de los templos.

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Por si todo esto fuese poco, João Fernandes, mando a pintar con oro los altares laterales, el altar mayor y mando a construir un lindo y potente órgano, un auténtico instrumento musical para la época.

La casa de “Chica” da Silva figura entre las más importantes edificaciones residenciales del período colonial minero, siendo su historia vinculada directamente a la propia tradición de “Arraial do Tijuco”, en la fase áurea, de diamantes y otros minerales.

Actualmente, el edificio es propiedad del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional -IPHAN-, adquirido en 1984.

El inmueble está abierto al público, donde se expone su grandeza y se brinda  informaciones sobre la casa, y sobre “Chica” da Silva y su esposo João Fernandes de Oliveira.

Estampas de la vida de los protagonistas que marcaron parte de la época post-esclavista, y pese a haber nacido tiranizada, “Chica” da Silva tuvo mayor suerte que otros cautivos luego de liberados…

(*) Liberada, emancipada.

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