Un argentino en Brasil: «Dom Pedro I»

Primer Monarca Brasileño. Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar

 

La historia del Primer Reinado en el Brasil corresponde al gobierno de Dom Pedro I, que inició el 7 de diciembre de 1822 con la independencia del país y que finalizó un 7 de abril de 1831.

Podemos decir que el gobierno de Dom Pedro I enfrentó muchas dificultades para consolidar la independencia debido a que ocurrieron diversas revueltas regionales y también oposiciones políticas internas.

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En algunas provincias del norte y nordeste brasileño, militares y políticos ligados a Portugal no querían reconocer al nuevo gobierno alentando a las protestas. En los estados de Pará, Maranhão, Piauí y Bahía existieron conflictos armados entre tropas locales y oficiales.

En 1823, durante la elaboración de la primera constitución brasileña, los políticos intentaron limitar los poderes del emperador.
Fue una reacción política-autoritaria de gobernar del soberano quien, insatisfecho con la Asamblea Constituyente, ordenó que las fuerzas armadas cerrasen la misma y algunos diputados fueran presos.

Dom Pedro I eligió diez personas de su confianza para elaborar la nueva constitución la que fue autorizada el 25 de marzo de 1824 y en ella estaban manifiestos todos los intereses autoritarios del regente que además de definir los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), creó un poder moderador que le concedía diversos y exclusivos poderes políticos.

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La Constitución definió también las leyes para el proceso electoral en el país. De acuerdo con ella, solo podían votar los grandes propietarios de tierras de sexo masculino con más de 25 años de edad. Para ser candidato era necesario probar una alta renda de 400 mil reis –una verdadera fortuna para la época-, por año, para ser diputado y el doble para ser senador.

Este fue uno de los factores que contribuyeron al descontento general de los opositores del gobierno de Dom pedro I y provocó que, entre los años 1825 a 1828, el Brasil se envolviera en la “Guerra da Cisplatina”, conflicto por el cual esta provincia brasileña (actual Uruguay), reivindicó su independencia.

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El enfrentamiento bélico generó muchos muertos y demasiados gastos para el imperio.
Derrotado el Brasil, tuvo que reconocer la independencia de Cisplatina, que pasó a llamarse República Oriental del Uruguay.

En tanto las provincias de Pernambuco, Paraíba, Rio Grande do Norte y Ceará formaron en 1824 la “Confederación do Ecuador”. Era la tentativa de crear un estado independiente autónomo del gobierno central. La insatisfacción popular con las condiciones sociales del país, el descontento político de clase media y los hacendados de la región unidos al autoritarismo desmedido de Don Pedro I, fueron las causas principales de este movimiento.

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En 1824, Manuel de Carvalho País de Andrade se tornó líder del “Movimiento Separatista”, y declaró la guerra al gobierno imperial.

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La Regencia Central reaccionó rápidamente con todas las fuerzas hacia las provincias
separatistas y muchos bulliciosos fueron apresados y, entre ellos 19, condenados a muerte. La Confederación fue desmantelada y la insatisfacción con el gobierno de la monarquía solo fue en aumento.

Transcurridos nueve años de la independencia del Brasil, el mandato de Dom Pedro I, estaba totalmente desgastado por su manera tirana de gobernar. Se sumó a esto, el descontento social por los perjuicios financieros en la derrota de la Guerra da Cisplatina,  así como también, el sufrimiento de las familias de los soldados muertos que no fueron debidamente sostenidos ni emocional, ni financieramente.

Otro hecho que pesó en contra del emperador, fue el asesinato del periodista Libero Badaró, fuerte crítico del gobierno imperial. Badaró fue asesinado a finales de 1830 y como la policía  nunca encontró  al asesino, aumentó la desconfianza sobre la participación del gobierno en el homicidio.

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En marzo de 1831, después de retornar de Minas Gerais, Dom Pedro I fue recibido en Rio de Janeiro con actos de protesta y sus opositores llegaron a arrojarle botellas, conflicto que se conoció como “A Noite das Garrafadas” (La Noche de los Botellazos), y donde comerciantes portugueses que apoyaban al monarca se enfrentaron a los manifestantes.

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Luego de este acto y sintiendo una fuerte oposición a su gobierno, Dom Pedro percibió que no tenía más autoridad ni fuerza política para mantenerse en el poder y el 7 de abril de 1831, abdicó en favor de su hijo Pedro de Alcántara –por entonces de cinco años de edad-, y luego de abandonar el poder, viajó hacia Europa.

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