Un argentino en Brasil: El segundo robo del siglo

ASALTO AL BANCO CENTRAL – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Entre el 6 y 7 de agosto de 2005, un grupo de ladrones profesionales cometió el robo al Banco Central en Fortaleza, el más importante de la historia de Brasil.

El hecho recién fue percibido el día lunes 8, cuando los funcionarios se presentaron a iniciar sus tareas como era habitual. El robo, fue el segundo en importancia en el mundo y con la característica de que no hubo víctimas, ya que se trató de un hurto durante un fin de semana con el banco cerrado.

El modus operandis fue el siguiente: en el mes de mayo el grupo alquiló una vivienda en las inmediaciones con el fin de abrir -hipotéticamente-, una empresa quecomercializaría cesped.

Desde ese inmueble, los delincuentes comenzaron a cavar un tunel de 78 metros de longitud en diagonal al banco, de 70 centímetros de ancho y a 4 metros de profundidad, que corria debajo de las cañerías de desagüe. En el final -en una obra digna de quien conoce este tipo de excavaciones-, lograron atravesar por debajo del metro de expesura de concreto macizo que tenía la base del piso del banco.

El tunel fue revestido con lona y enteramente apuntalado con vigas de madera para evitar derrumbes, contaba con un sistema de aire acondicionado e iluminación eléctrica.

Tuvieron la facilidad para realizar la excavación, de que el suelo de Fortaleza es arenoso, lo que posibilitó un trabajo menos dificultoso. Cabe destacar que los ladrones poseian sobrados conocimientos del trabajo que realizaban, además de la ayuda de una persona allegada al banco y contaban con una ruta de fuga muy flexible para complicar a los investigadores.

Hasta el dia de hoy, se sabe que el dinero recuperado son 20 millones de dólares, dejado a propósito por uno de los integrantes de la banda, con el fin de ganar tiempo para administrar lo restante. Este delincuente, vivía en las inmediaciones donde el dinero fue encontrado.

De las 36 personas involucradas en el robo, 26 acabaron detenidas.

Como se Planeó el Robo: «tres meses después de recibir informaciones detalladas sobre cómo funcionaba el Banco Central y su planta subterranea, la banda alquiló la propiedad antes mencionada, cita en la calle 25 de Marzo N° 1071, en el centro de Fortaleza, distante unos 80 metros del predio bancario.

La vivienda fue totalmente caracterizada como una empresa que fabricaba cesped sintético y natural. Fue la mejor manera de pasar inadvertidos ante los vecinos, quienes indicaron que el grupo de «trabajo», estaba compuesto por unas 10 personas y se observaba a diario salir camiones cargados de tierra y grama, aceptando que era una actividad legal.

La perforación debajo de tierra, fue una verdadera obra de ingeniería, que atravesó la Avenida Dom Manuel, una de las arterias más transitadas de la ciudad. Se estima que unas 30 toneladas de tierra fueron retiradas del lugar. La policia indicó que el costo de esa construcción fue de aproximadamente 200 mil dólares.

Después de cavado el corredor, los ladrones vencieron un desafio más: «atraveszar el cofre blindado, con una expesura en el piso de 1,10 mts. de concreto y acero. Para este logro utilizaron una máquina para cortar cerámicos con discos de diamante (revestida para evitar ruidos), y martillos neumáticos. Con el sigilo y presición que trabajaron no se disparó ninguna alarma, las camaras de seguridad no registraron movimientos porque consiguieron bloquearlas».

El hurto llevó cerca de 7 horas para ser ejecutado entre las 18 del día 5 y las 12 del día siguiente. Se descubrió el faltante a las 08,20 horas del lunes 8 de agosto. De esta manera, los delincuentes tuvieron 44 horas para huir antes de ser descubierto el atraco.

Cuando dejaron la propiedad, que aparentaba ser una empresa, pintaron las paredes con cal blanca y también expandieron el polvo blanco sobre el piso y los elementos utilizados en el «trabajo», de este modo taparon las huellas digitales de los actuantes en la maniobra delictiva.

El dinero fue transportado en vehículos Vans, que luego fueron abandonados. Todo lo retirado fue en billetes de R$ 50, pesó tres toneladas y media, y eran billetes sin sellar porque estaban para ser evaluados segun su estado de conservación. Algunos serían incinerados y otras retornados al circuito de cambio».

Luego de ese accionar, los ladrones se dividieron el dinero y viajaron a diferentes regiones del país; un grupo fue para Ceará, otro para San Pablo y los restantes a Goiás, Piauí y Pará, entre otros destinos.

Esta inmensa fortuna robada ascendió a 164 millones de reales, en la época del hecho eran aproximadamente 150 millones de dólares.

La Policía Federal comenzó su investigación con la identificación de José Marleudo, de quien se encontraron impresiones digitales en la casa que sirvió de fachada, este posteriormente delató a más personas envueltas en el robo.

Días después otro de los ladrones cometió un error: compró 10 automóviles de una sola vez, con dinero en efectivo en billetes de R$ 50. El nombre de la persona era José Charles Morais, dueño de una transportadora. El individuo fue preso en Minas Geráis, cuando transportaba 11 autos en un camión de los llamados cigueña y en tres de esas unidades, la policía encontró 6 millones de dólares de lo sustraido al Banco Central.

 

Este hombre fue quien dió a la Policía Federal los nombres de los restantes participantes:

Antônio Jussivan Alves dos Santos, alias: «el Alemán», apuntado como el mentor del atraco, fue preso en febrero de 2008 en el Distrito Federal, en su declaración admitió haber participado y recibido 5 millones de reales, pero negó ser el lider de la banda, su condena fue de 49 años y dos meses de prisión.

Luis Fernando Ribeiro, «Fernandinho»: Considerado por la Policía Federal como el financista de la operación, fue secuestrado y muerto en octubre de 2005, en Minas Gerais, luego de que su familia pagase 2 millones de reales por su rescate.

Moisés Teixeira da Silva, o «Tatuzão», fue preso en julio de 2009 en San Pablo. Considerado uno de los jefes del bando, era el excavador. Para su captura un agente de la PF se infiltró en una panadería que el ladrón frecuentaba diariamente. Fue condenado a 17 años de prisión, más salió a los dos años.

Marcos Rogério Machado de Morais, «el Cabezón», fue apuntado como el ingeniero del túnel. Fue preso en agosto de 2007, en San Paulo. En febrero de 2011, huyó de una prisión en Itaitinga, Ceará. Atualmente continúa prófugo.

Jose Charles Machado de Morais: hermano de Marcos Rogério, era dueño de una transportadora. Fue preso em 2005, por lavado de dinero y asociación ilícita. Tuvo una pena reducida de 36 a 18 anos de prisión.

Jorge Luiz da Silva, con el uso de documentos falsos, abrió una empresa de fachada para encubrir su participación en la excavación del túnel utilizado en el hurto. Fue preso el 25 de setiembre de 2008.

Deucimar Neves Queiroz, ex guardia de seguridad del Banco Central de Fortaleza, que informó sobre la exacta localización del cofre, juntamente con los posicionamientos de las cámaras de seguridad, las alarmas, los sensores de movimiento y las jaulas de dinero. Recibió R$ 2 millones del dinero robado. Fue detenido en 2006.

Antônio Argeu Nunes Vieira: Ex intendente Municipal de la ciudad de Boa Viagem, Ceará. Fue preso por la sospecha de haber sido parte de la financiación de la construcción del túnel y resto de la operación. Segun la PF, Vieira aportó R$ 100 mil al grupo y recibió R$ 4 millones.

Edésio Batista das Neves Sobrinho, detenido en el 2008, fue rescatado con otros nueve delincuentes en febrero de ese mismo año de una prisión en Itaitinga, Ceará. Aunque en junio fue recapturado en San Pablo.

Según fuentes de la Policía Federal, si se apilaran los billetes de R$ 50 que robaron, tendrían una altura de 33 metros.

Existe una versión no oficial, de que los ladrones además del dinero extraido, se habrían llevado matrices para emitir dinero… Fue otro verdadero robo del siglo.

 

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