Hay ciudades que marcan la historia de una manera más trascendental que otras y, dentro de ellas, hay calles que se convierten en mitos y son determinantes, como el caso de la «Avenida 7 de Setembro», en Salvador, Bahía.
La Avda. 7, así a secas, comienza en la ladera de Sao Bento y termina en la Barra, territorio da Vila Pereira; tiene 4600 metros lo que la hace muy particular ya que en muchos trechos pierde su nombre y luego lo recupera.
La primera interrupción ocurre en «Campo Grande», en la famosa Plaza da Bahía. Después, continua por el denominado «Corredor da Vitoria», desciende la ladera da Barra y luego de otra interrupción se llega al Puerto da Barra. Vuelve a interrumpirse y termina en proximidades de una de las postales salvadoreñas: el «Farol da Barra».
Ciertos tramos que van entre «Sao Bento» y «Campo Grande», fueron hechos sobre la base del derrumbe de manzanas enteras, entre los que se encontraban varias iglesias. El impetu reformador del gobierno de turno dejó de lado construcciones históricas en cantidad.
Se cuenta que en la apertura de la calle Miguel Calmón, en el barrio de Comercio, se quería tirar abajo el centenario edificio de la «Asociación Comercial de la Bahía», lo que fue impedido por los comerciante que aportaron el dinero para el mantenimiento de ese palacio.
Concluidas esas demoliciones se estableció que la avenida se llamase apenas «Sete de Setembro», en homenaje al Día de la Independencia del Brasil. Muchos querían que se llamase «2 de JUlho», por ser el Día de la Independencia de la Bahía, incluso porque en varios trechos de la nueva calle ocurrieron hechos de trascendencia para los bahianos.
La avenida fue inaugurada en 1916, por el gobernador José Joaquim Seabra, su impulsor. Fue pensada como parte de los planes de reforma de Salvador, donde se buscaba conectar el centro antiguo con los nuevos barrios que surgían en la zona sur de la ciudad.
En la popular avenida se encuentran comercios de todo tipo, servicios, restaurantes y bares, así como también instituciones diversas y cada uno de sus trechos más importantes posee características bien discimiles.
El más antiguo de los tres y el único llamado de «Avenida 7», es Sao Pedro. Fue el único trecho donde se realizaron las grandes intervenciones urbanísticas. Tiene aproximadamente 1500 metros, y un estilo arquitectónico importante, con edificios que van desde el estilo barroco (Monasterio de Sao Bento, Siglo XVII), eclético: Instituto Histórico y Geográfico, el antiguo Senado del Siglo XIX, moderno: Edificio Sulacap, de los años 40, siglo XX.
A pesar de haber sufrido a lo largo de los últimos 100 años una gran perdida de sus monumentos, como la Iglesia de «Sao Pedro Velho» y el «Convento de la Meced», el lugar sigue teniendo su encanto edilicio.
Quien pasa por la avenida Siete, no imagina que en el lugar donde hoy se halla el tradicional reloj -Reloj de Sao Pedro-, existía una importante iglesia demolida en 1913 por la ampliación de la avenida; en su lugar para compensar la perdida arquitectónica se colocó ese reloj.
Siguiendo el trayecto del antiguo «Caminho do Conselho», donde está la Iglesia de la Victoria comienza el «Distrito da Vitória». Esta extención de poco más de un kilómetro, abriga grandes centros culturales y un arquitectura de privilegio. Finaliza en Campo Grande, antes de la ladera de los Ingleses, que hasta comienzos del Siglo XIX era un subúrbio se Salvador y cambió su fisonomía a partir de la segunda mitad, con una arquitectura de importancia traida por una naciente aristocracia imperial que huía de la calles del centro histórico, entre ellos muchos empresarios y comerciantes europeos recien llegados a la Bahía.
El Distrito «La Barra», tiene 2,5 km/ de extención, nace en el «Farol da Barra», hasta el «Largo da Vitoria». En el inicio de la colonización, el Rey Dom Joao III, donó la Capitañía Hereditaria de la Bahía de todos los Santos a Don francisco Pereira Coutinho, que se instaló en 1534 y construyó unas 100 casas para los nuevos moradores en lo que en principio se llamó «Vila Velha», encontrada 12 años despúes con la fundación de la ciudad, según consta en manuscritos de los Jesuitas.
La Avenida «Sete de Setembro» es la calle más emblemática y tradicional de Salvador de Bahía.
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