Un argentino en Brasil: Luzía

LA PRIMERA BRASILEÑA – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

¿Vos pensaste como era Brasil 10 mil años atrás?

Existió un pueblo que llegó aquí millares de años antes del «descubrimiento». Esos lugareños lo hicieron antes que los indios y pudimos bucear en la leyenda que tiene rostro y nombre:“Luzia”, la primera brasileña.

Cavernas, agua y viento cambiaron esas formas lentamente y la tierra cubre y preserva por millares de anos la historia. Esta que nos cuenta sobre la llegada al continente americano de la especie que conquistó el planeta: el Homo Sapiens, que llegó hasta el Brasil luego de recorrer miles de kilómetros desde África, posiblemente, avanzando sin rumbo definido, o siguiendo animales de caza, buscando frutos, raíces o quizás huyendo del frio y el hecho de no tener arraigo a ciudades ni labores. Tampoco poseían motivos para regresar… De esta manera, se cree que llegaron a América del Sur. Esta última frontera de la humanidad en la increíble jornada de vida.

Nuestra especie surgió en Etiopía hace dos millones de años, el “Homo Eretus”, ya estaba dejando África, fósiles de nuestros ancestros fueron encontrados en Asia y en Europa.

Hace 80 mil años el “Homo Sapiens”, comenzó a expandirse por África y el resto del planeta; ocupó Asia, llegó a Australia y Polinesia. Y en la última era de hielo, Asia y América estaban todavía unidas por tierra; esto le permitió atravesar el estrecho de Bering y expandirse por el continente.

Y aquí -en Brasil- hace 13 mil años ya ocupaban cavernas en “Lagoa Santa”, Minas Gerais, una de las mayores concentraciones de fósiles humanos de las Américas.
Este pueblo tenía rituales y la mayor prueba se aprecia en las inhumaciones directas en la tierra.

Esta región está llena de mensajes dejados por ellos: grabaron en la piedra las escenas de caza de la importante variedad de animales que dejaron diseñados.

Entre los adelantos de esa época se encuentra un canal que se expande dentro de una caverna subterránea, que en la estación de lluvia transborda y forma un lago de preservación de agua para el momento de la seca.

En ese lugar se encontraron fósiles humanos junto a los de animales de la llamada mega fauna, entre ellos, bestias inmensas extintas al menos hace 10 mil años, como el “Perezoso Gigante”, el “Tigre Diente de Sable”, o el “Xenorrinotério”, pariente del caballo con una nariz extraña.

Fueron muchos años de investigación juntando pruebas de vida humana, hasta que se hallaron expandidas las primeras parte del cuerpo y un año después se encontró el cráneo.

Luego de horas de estudio, se comprobó que pertenecían a una misma persona, una mujer que murió y fue enterrada en ese lugar, hace 13 mil años. Es conocida como “Luzia”, la primer brasileña.

“Ella fue parte de la primera población humana que entró en el continente americano“ y, analizando la forma del cráneo, la cavidad de los ojos y los dientes, pudo establecerse que era negroide, bien parecida, similar a los aborígenes australianos y muy diferente a los nativos por nosotros conocidos.

También dicen los historiadores que América habría sido ocupada por dos pueblos distintos y, según esta teoría, el grupo al que pertebnecía “Luzia”, habría atravesado el estrecho de Bering hace 14 mil años y descendido por Alaska hasta llegar a Brasil y, 3 mil años después, el otro conjunto que serían ancestros de las etnias actuales.

Al parecer, “Luzia” podría ser de cabello rizado y de raza negra, pero no está establecido con exactitud.

Cada vez que se encuentran fósiles, herramientas o restos de hogueras de aquel tiempo, se abre una nueva ventana al pasado que permite seguir reconstruyendo la vida de los acompañantes de “Luzia”, una vida dura en la que, según los estudios, esos humanos no vivían más de 35 años.

Ellos no residían en cavernas; eran nómades, cazaban, recogían frutas y raíces, esos eran sus alimentos. En las grutas solamente pasaban algunos días, se protegían de algún temporal y luego seguían su camino.

“Luzia”, era una joven mujer de 20 años de edad y su cráneo fue encontrado en los inicios de la década de 1970, en excavaciones de una cueva en el municipio de Pedro Leopoldo, más precisamente en un lugar llamado “Lapa Vermelha”, en la región metropolitana de Belo Horizonte.

Esta gruta ya era famosa por los trabajos realizados por el científico Peter Lund, que descubrió allí por los años 1835 a 1845, millares de fósiles de animales extinguidos en el Pleistoceno y también halló 31 cráneos humanos fosilizados, que pasaron a ser llamados “Hombres da Lagoa Santa”.

El pueblo de “Luzia” sobrevivió hasta el siglo XIX; en cambio, no hay vestigios de que en la costa brasileña otras poblaciones hayan subsistido tanto tiempo.

En el Museo de Ciencias Naturales de Belo Horizonte, se conservan más de 70 mil piezas de estos pioneros, donde consta entre otros datos que ellos no desperdiciaban carne si encontraban algún animal muerto.

Tuvieron creencias religiosas y tradiciones, se manifestaron mediante grabados en las piedras o pinturas en forma de escritura, esos son parte de los legados del pueblo de “Luzia”.

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