Un argentino en Brasil: «Pomerode»

Mirá la galería de imágenes. LA CIUDAD MAS ALEMANA DE BRASIL – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.
En el inicio de la colonización a mitad del siglo XIX, Pomerode formaba partede Colonia Blumenau, fundada por Hermann Bruno Otto Blumenau, conocida por entonces como «Linha Colonial del Rio Testo».
Podemos mencionar que poblar el valle del Río Testo y las propias márgenes, fue estratégico para construir el acercamiento terrestre entre «Colonia Blumenau», y «Colonia de Dona Francisca» -acual región de Joinville-, fortaleciendo los medios de comunicación y el comercio entre los nacientes poblados.
El inicio de estas colonias se remonta al año 1863, cuando el inmigrante Joao Fernando Luebke, su esposa y sus cinco hijas, se establecieron en la localidad de Ribeirao, próxima a la división con el municipio de Blumenau.
En los años subiguientes llegaron muchos inmigrantes, en su mayoría pomeranos y tiempo después vinieron italianos y polacos. El origen del nombre Pomerode, está directamente ligado con el lugar natal de sus fundadores, migradores venidos de Pomerania, en el norte de Alemania.
Los inmigantes cuando se establecieron en esta tierra, tuvieron que adaptar el terreno para el cultivo agrícola y se sustentaron con los productos que sembraban.
Desde 1865, el nombre Pommeroda -antiguamente se escribia así-, está en los mapas de distribuición de lotes coloniales de esta región central del Valle del Río Testo.
Depués de la emancipación política y administrativa de Blumenau, en 1883, Pomerode, continuó integrada al municipio blumenauense hasta que en 1934 fue elevada a la categoría de distrito y la sede de este suburvio fue denominada Vila de Rio do Testo.
La vida de los radicados europeos se fue manifestando con la construcción de las primeras casas que eran rústicas, de palos y cubiertas con hojas de palmeras.
Los habitantes juntaban troncos de madera para construir sus viviendas. Cuando reunían más recursos financieros, comenzaron a producir en tierras brasileras la técnica enxaimel, bien típica de la arquitectura alemana.
Los primeros extranjeros se establecieron a lo largo del río con el sistema de minifundios -pequeños propiedades rurales-, donde cultivavan arroz, caña de azucar, maíz y porotos. Los colonos también se dedicaban a criar ganado vacuno lechero y porcino, cuyas matrices las trajeron de Europa.
Estos moradores organizaron su vida comunitaria en armonía y una de sus primeras actividades fue la de construir escuelas para los alemanes que profesaban la religión luterana. Estos edificios educacionales también sirvieron para pregonar la palabra de Dios hasta que la iglesia propiamente dicha fue creada en el año 1884 y los teutones católicos construyeron su templo allá por 1870.
Hasta final del siglo XIX, esta pequeña aldea era una colonia agrícolO-ganadera de subsistencia, con pequeños puntos comerciales en las áreas centrales del poblado.
Con el correr e los años, se crearon pequeñas empresas familiares de laticinios, embutidos, cerámica, muebles y otros, que impulsaron el inicio de la industrialización en la región.
En 1946, se instaló la industria de la porcelana que se tornó en la más importanTe de la economía local.
En la actualidad, la ciudad es considerada un fuerte pólo textil y metal-mecánico, con características que marcan los trazos culturales heredados y preservados de los antiguos pioneros, donde se destacan la actividad culinaria y sus fiestas típicas, que la constituyen en la ciudad más alemana de Brasil.