Un argentino en Brasil: Roberto Carlos

El mito que emociona multitudes – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Escribí esta nota con el profesionalismo de un periodista y la pasión de un espectador, ya que asistí en representación de Diario de Cultura al espectáculo de uno de los artistas más importantes del mundo: Roberto Carlos, en la ciudad de San Pablo.

Mi itinerario se inició en el aeropuerto Tom Jobim, de Rio de Janeiro, el día 1 de Setiembre, en el vuelo 3685 de la compañía Tam, a las 8,15 y arribé 60 minutos después al aeropuerto de“Guarulhos”, en la gran San Pablo.

De allí hasta el estadio, ubicado en el Parque Ibirapuera, tardamos en taxi unos 50 minutos. Llegada y acreditación en el gimnasio Geraldo José de Almeida, con capacidad para 10.200 espectadores, donde se realizó el concierto.

Cuando decíamos que prepararíamos esta columna con la pasión de una persona más del público, pese a que estaba ubicado en el sector de Periodistas, a pocos metros del palco, y ante la magnitud del show del rey brasileño, es porque no pude abstraerme de viajar imaginariamente en el tiempo cuando se hicieron presentes en el escenario el maestro director y arreglador Antonio Lage con sus músicos y los acordes del tema “Emoçoes” (emociones).

El recinto explotó ante la presencia del cantor más querido e importante de Brasil.
Gente de todas las edades, de pie, aplaudiendo al astro que con la calma y simpatía que lo caracteriza, comenzó a deambular por la historia de sus canciones.

En ese momento, el periodista se tornó en público y retrocedió a sus años juveniles, cuando canciones como: “Detalles”, “Que será de Ti”, “Calambeque” y “Amada Amante”, entre otros, eran los temas de onda en los boliches de la época en que los hombres bailábamos lento con el sexo opuesto.

Los recuerdos no tardaron en emerger, brotaron como le sucedería a cualquier mortal, porque las emociones se multiplicaban entre el artista y su público. No faltó en cada interpretación el acompañamiento en coro masivo de todo el estadio.

Las “viejas” canciones y el repertorio intermedio, así como también los últimos éxitos: “Ese Cara Sou Eu” (Ese Tipo soy Yo), o la reciente grabación de “Sereia” (Sirena), tema central de la novela “A Força do Querer” (La fuerza del querer), de la Red O`Globo de televisión -que vendió más de un millón de placas en la primera semana de puesta en las disquerías-, nos fueron metiendo en el clima que todos esperábamos.

Este ídolo de multitudes, nació en el pueblo de “Cachoeira de Itapimirim”, en el interior del estado de Espíritu Santo y es carioca por adopción. Ese niño, soñaba ser camionero o bombero. Es hijo del relojero Roberto Braga y Doña Laura Braga, quienlo llamaba “Zunga”.

Hoy es considerado un verdadero mito viviente entre el público, con casi 200 millones de discos vendidos en todo el mundo.

Llega de realizar una gira exitosa de cinco presentaciones en Portugal y en sus cuatro presentaciones en San Pablo, con entradas que iban de los 50 reales –casi 300 pesos argentinos-, las más baratas, hasta los 520 reales –unos 3000 pesos argentinos-, se realizaron ante un estadio colmado.

En San Pablo lo verán más de 40 mil personas, sumando otros dos shows, con entradas agotadas, que se realizarán el 16 y 23 del mismo mes.

Es el mismo Roberto Carlos que no deja de sorprender a su gente desde hace casi seis décadas.

El público paulista pudo disfrutar a su ídolo luego de 5 años de ausencia, con la admiración y el cariño con que lo viene haciendo desde el inicio de su trayectoria.

Ese extenso camino recorrido parece no tener techo, no le pesan a sus 76 años de vida y 56 de carrera; continua cargado de proyectos y, según la gente que lo acompaña, es incansable a la hora de preparar sus recitales.

Este ícono de credibilidad artística, que abraza el romanticismo como eje de su cancionero y la religiosidad de la familia, fascinó al público con una exhibición impecable, escoltado por una orquesta y coros maravillosos.

 

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Roberto Carlos subió al palco con casi 30 minutos de atraso y su espectáculo duró 2 horas y media.

Recordó éxitos de sus comienzos con la “Jovem Guarda” (Joven Guardia); pasó por Lady Laura, Jesús Cristo, Mujer Pequeña y muchos más, como tiene acostumbrados a sus fans.

Sobre el final, arrojó rosas rojas y algunas blancas a la platea. Finalizó el show, nos recompusimos de tantas emociones vividas, vimos pasar una película de gran parte de nuestras vidas a través de su música, recordamos momentos muy gratos, volcamos nuestra admiración al cantor con largos aplausos y retomamos la calma.

Cenamos en el restaurante del céntrico hotel, para –ahora si -, como periodista escribir este artículo, todavía emocionado.

Horas después, ya sábado, a las 9,15 hs tomamos el vuelo 3284 de Tam Líneas Aéreas, que nos condujo nuevamente hasta el aeropuerto Tom Jobím conocido como “El Galeao”, a Rio de Janeiro.

Feliz de haber trabajado en un espectáculo de esta magnitud. Aunque con la frustración de no poder hacer una entrevista al artista, porque éste tiene exclusividad con la red O´Globo, con un contrato millonario.

Las fotografías fueron suministradas por el Jefe de Prensa del cantante.

 

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