Un argentino en Brasil: Turismo en las favelas

OTRA VISION DE RIO DE JANEIRO – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Existen aproximadamente 950 favelas en Rio de Janeiro y la gran mayoría están instaladas en las laderas de los morros o cerros. Un 25% de la población carioca vive en villas de emergencia, aunque la mayoría de estos barrios siguen siendo lugares desconocidos y lejanos para las personas que tienen una vida diferente.

Desde hace unos años, se ha establecido como moda para los extranjeros -sobre todo, europeos o estadounidenses- hacer turismo en las favelas, para conocer este modo de vida de un sector de la sociedad que, por razones de la vida misma, vive en esta condición habitacional y, a través de estas visitas, es que pudo conocerse la verdadera situación de estas comunidades que las habitan.

Participar en estos tours por los estrechos pasadizos que ofician de calles en el interior de estos “enjambres” de casas construidas con restos de distintos materiales, hace que se contrasten las opiniones de la llamada “CidadeMaravilhosa”, y se susciten emociones contrapuestas con comentarios polémicos.

Hay quien piensa que no debe realizarse este tipo de paseos por los barrios pobres de Rio de Janeiro, porque no se ve nada lindo o porque puede resultar peligroso y hasta ofensivo para muchos de los moradores. Consultadas algunas personas que habitan estos sectores, algunos piensan que son observados como animales en zoológicos urbanos.

Sin embargo, existen muchas razones por las que ciertos estudiosos indican que: “conocer una favela ayuda en muchos casos a comprender mejor la realidad social no solo de esta parte del Brasil, sino lo que viven muchas sociedades de sudamericanas o africanas”.

En contrapartida, muchos de los paseos que se efectúan por estos sectores cariocas, son emprendidos por disposición de las mismas comunidades, con el objetivo de generar ingresos que beneficien a sus habitantes, en especial a los niños y jóvenes, para los que se financian escuelas, centros de formación profesional y talleres de educación socio-cultural, entre otras iniciativas.

Observando desde otra posición las diferentes condiciones en que se vive en estos barrios, podemos decir que si bien Rio de Janeiro es una de las ciudades más bellas del planeta, intentar ocultar esta realidad que golpea fuertemente a la gente que habita en distintos sectores de la ciudad, es una utopía, no solo por las dificultades del espinoso acceso a esas zonas, sino también por la gran cantidad de droga existente, motivo por el cual, los narcotraficantes intentan cubrier el rol de asistir a los más necesitados, ante un Estado generalmente ausente.

Las favelas más visitadas en los tours organizados, son la famosa “Rocinha” y la “Santa Marta”, a la que se accede a través del teleférico del mismo nombre. Desde allí, hay una espectacular vista del Cristo Redentor, el Pan de Azúcar y la Bahía de Botafogo.

Los paseos por las favelas pueden durar entre 2 a 4 horas, los más largos pueden llegar hasta 6 horas y les posibilitan a los viajeros compartir más de cerca con los habitantes de las comunidades, conocer sus proyectos sociales o compartir una comida con alguna familia.

Las favelas que se visitan están pacificadas y los paseos se hacen con todas las garantías, lo que sirve para que algunos viajeros cambien conceptos referente al diario vivir de la gente que habita estos conglomerados urbanos.

En su mayoría, quienes residen en las favelas son familias trabajadoras que por situaciones económicas se vieron forzadas a emigrar a la ciudad y coexistir en espacios difíciles, pero que luchan cada día por cultivar un futuro mejor para ellas y para las generaciones futuras.

Si Ud. desea visitar uno de estos sitios, le comunicamos que algunas favelas, como la “Vidigal”, ubicada en la zona sur entre los barrios de Sao Corrado y Leblón en el Morro DoisIrmaos , se ha transformado, lenta pero paulatinamente, en un lugar digno de conocer. Ofrece una variedad de restaurantes y alojamientos, que atraen no solo a extranjeros, sino también a habitantes de otros puntos de Brasil.

[email protected]