En la rica ciudad comercial de Amiens, la cual en el transcurso de su movida historia fue anexada alternativamente a Flandes y a Francia, el obispo y el cabildo religioso de los canónigos, en 1218, decidieron construir una catedral que tenía que superar en magnificencia todo lo que un ser humano podía imaginar.
Efectivamente, Notre Dame de Amiens es un edificio que merece todos los superlativos. Con una superficie general en el suelo de 7.700 métros cuadrados, los 133,5 métros de largo y la altura de su bóveda de 42,3 métros, es la catedral más grande de Francia. Es, igualmente, la que fue mejor conservada y milagrosamente salvada de la posible destrucción durante la revolución y las sucesivas guerras.
Su construcción empezó en 1220 y se inició, no por el coro como era la costumbre, sino por la nave. El cabildo, o consejo de los canónigos, disponía entonces de la pequeña iglesia de Saint Firmin, construida al este de la catedral. Muy excepcionalmente llegó hasta nuestros días el nombre del arquitecto, Robert de Luzarches. Se lo encuentra inscripto en el medallón del «laberinto» fechado en 1288.
La nave fue terminada en 1236 y en 1247 tanto el coro como las capillas laterales estaban finalizadas. Pero los trabajos, que avanzaban a buen ritmo, se interrumpieron en 1248, lo que ocasionó un sensible cambio de estilo. Las formas clásicas, copia de las de Chartres, dieron lugar a un estílo gótico resplandeciente. Se buscó cada vez más el movimiento y las estructuras horizontales desaparecieron.
La parte mas importante de la catedral fue terminada hacia fines del siglo XIII, pero los trabajos de finalización duraron algunos siglos más. El campanario sur recién fue terminado en el siglo XIX por Eugéne Emmanuel Viollet-le-Duc.
La fachada parece flotar como un velo de encaje entre los poderosos contrafuertes. Esa impresión se ve acentuada por la profundidad de los pórticos; allí se destacan las esculturas con mucho relieve y el espectacular estilo del multicolor rosetón. Los personajes esculpidos se conservaron en su integralidad tal como fueron concebidos. Es así que se distinguen diferentes fases. Dichas esculturas forman una unidad de una armonía asi como de un raro equilibrio.
Dos estatuas se distinguen particularmente: la Vírgen Dorada y el Buen Dios. La Vírgen Dorada, en la entreventana del pórtico de la derecha, es una de las más bellas esculturas del siglo XIII. El Buen Dios, estatua de Cristo que ocupa majestuosamente la entreventana del pórtico principal, es el testimonio de la misma maestría artística.
Protegida por una burguesía próspera, la catedral fue salvada, tanto de la Guerra de los 100 Años como de la Revolución y, contrariamente a muchas otras, no fue dañada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que si sufrió, fue de los grandes trabajos de restauración iniciados en el Siglo de las Luces, pero no la dañaron en su belleza original.
La catedral de Notre Dame de Amiens es la más grande de Francia, sobre todo, por sus volúmenes interiores (200.000 métros cubicos). Con las catedrales de Chartres, Reims, Bourges y Beauvais, aunque la nave de esta última jamás fue construida, es considerada como el arquetipo del estílo gótico clásico. Comprende, igualmente, las siguientes fases: el gótico radiante (especialmente en el consejo de los canónigos) y las lunetas. Monumento histórico de Francia desde 1862, fue inscripta en 1981 en el Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El «laberinto» de la Catedral de Amiens o, simplemente, «laberinto de Amiens», es octogonal, formado por las piedras de la nave. Se trata de uno de los más destacados elementos de la catedral católica del norte de París.
Según la mitología griega, el primer laberinto fue construido en la isla de Creta por el arquitecto Dédalo.
Hecho de zigzags y de lazos, ese laberinto servía de modelo para dibujar los suelos de palacios y de las catedrales. Se convirtió en un símbolo religioso para los católicos.
Los laberintos de iglesias son adoquinados polícromos que simbolizan la subida de Cristo hacia el calvario. Los fieles, lo seguían de rodillas, como una peregrinación simbólica o para obtener una indulgencia.
En el siglo XVII se destruyeron una gran cantidad de laberintos de iglesias, tales como las de Arras, Poitiers o Sens…
El camino hacia el paraiso
El laberinto de Amiens es de forma octogonal y su piedra central es una copia de la conservada en el Museo de la Picardie.
De una longitud de 234 métros, el camino del laberinto debía ser realizado de rodillas por los fieles, lo que constituía para ellos una especie de peregrinaje a la Tierra Santa. El centro del laberinto era llamado «paraiso» o «Jerusalen Celeste».
Un laberinto similar, se encuentra en el suelo de la nave de la basilica de Saint-Quentin. Existen otros en varias otras catedrales como, por ejemplo, Chartres, que tiene una forma circular. El dibujo de la catedral de Reims, destruido en 1779, sirve hoy de logotipo del servicio de Monumentos Históricos de Francia.
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*Jorge Forbes es un periodista argentino que, desde 1982 es corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandi).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas en la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, asi como sitios poco conocidos para turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por mail a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 0033606837915.
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