La catedral de Saint Etienne de Bourges forma parte de esas grandes iglesias francesas que, construidas la mayor parte de ellas a fines del siglo XIII, marcan el apogeo de la arquitectura gótica francesa.
Su construcción habia comenzado bajo los mejores auspicios, ya que fueron varios los obispos que alentaron la realización del edificio. Desde el inicio del siglo XII la ciudad de Bourges, unos 250 kms al sur de Paris, era parte integrante del dominio real, lo que significaba que el arzobispo era un vasallo del rey. La armonía reinaba igualmente entre la burguesía, el clero y la monarquía, lo que equivalía a que el financiamiento de la construcción de la iglesia no significaba ningún problema.
Más allá de la antigua muralla romana, los trabajos fueron iniciados en 1195, con la construcción del coro. Para poder paliar la diferencia de niveles, fue edificada una cripta, como se hizo en Le Mans, cosa que era inhabitual en la arquitectura gótica. Al mismo tiempo, las reliquias ya no fueron escamoteadas a la vista de los fieles, sino que fueron expuestas en magnificos relicarios.
Terminado el coro en el norte y el sur, se erigieron las naves laterales. La catedral fue dotada de cinco naves de alturas progresivas. Hacia 1250 las obras mas voluminosas estaban casi terminadas. Lós porticos de la facahada occidental fueron realizados con el correr de los años siguientes, pero la edificación de la torre norte fue interrumpida arpoximadamente en 1260. Las ventanas de las torrecillas que coronan una cúpula, fueron pintadas con una tonalidad de grises y únicamente las rosetas fueron ornadas de vítreos polícromos. El paso de los grises a la policromía es en este caso muy neto.
A comienzos del siglo XIV se notaron ciertas resquebrajaduras en la torre sur que comenzaba a inclinarse y amenazaba los abovedados de la nave. Se desbloquaron nuevos fondos para la construcción de un contrafuerte y el 13 de mayo de 1324, la catedral pudo -finalmente- ser consagrada.
Entre el siglo XIV y el XVI se le agregaron las capillas, al igual que un rosetón gigantesco encima del pórtico occidental. Fue la obra de un arquitecto especialmente recomendado por el duque de Berry, quien se había convertido en uno de los grandes mecenas de la catedral. Pero lo no que pudo ocurrirle a la torre sur, le aconteció a la torre norte el 31 de diciembre de 1506: se derrumbó y ocasionó la perdición de una gran parte de la bóveda. Los trabajos de reconstrucción duraron hasta 1542.
La catedral de Bourges no escapó tampoco a los pillajes, incendios y devastaciones. Durante la Revolución fue incluso amenazada de destrucción. El siglo XIX fue para la iglesia un periodo de restauración, cuando se le agregegaron, por ejemplo, pequeños campanarios sobre las cúspides de las torres y los contrafuertes lo que, desgraciadamente, le quito lustre a la sobria belleza del edificio.
Entre las joyas de la catedral pueden admirarse los «vitraux», que por su belleza son comparables a los de Chartres, al igual que el tímpano del pórtico occidental, que representa el juicio final.
No se debe olvidar tampoco, la tumba del duque de Berry que reposa, sólo, en su sarcofago de mármol blanco, en el centro de la cripta. La catedral de Bourges, inscripta por la UNESCO en el Patrimonio mundial en 1992, monumento mayor de la capital de la region de Berry, es una de las mas bellas de Francia.
Pueden admirarse sus bovedas y las tumbas de sus criptas y descubrir, desde la torre norte, un panorama único de la ciudad.
Al igual que todas las catedrales construidas antes de la separación de las iglesias y el Estado, pertenece ahora al Estado francés y, desde 1862, está clasificada entre los Monumentos históricos por la lista de ese mismo año.
#Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 es corresponsal en Paris para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandi).
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