Un argentino en Paris: El Castillo de Loches

El Obispo Gregoire de Tours mencionaba ya en el Siglo VI: «El Monasterio de Loches desde la altura domina la fortaleza». Por Jorge Forbes, especial para DiariodeCultura.com.ar.

El Château, bien ubicado en el corazón de la región de Turena, sobre el rio Indre, fue escenario de inumerables batallas. Pipino el Breve lo destruyó, Carlos el Calvo lo reconstruyó y se lo dio a uno de sus condes, Adelande, cuya nieta lo ofreció en dote a Foulques el Pelirrojo, Conde de Anjou. Conde en el 987, Foulques Nerra, hizo de Loches una pieza clave de su enfrentamiento contra el Conde de Blois.

El promontorio es escarpado por todos lados, salvo al sur, por donde una lengua rocosa lo une a la planicie. En ese punto débil, fue establecido hacia fines del siglo XI, por parte de Foulques Nerra o por su hijo, el colosal torreón de planta rectangular , sostenido en tres de sus lados por contrafuertes semicilíndricos embutidos en saledizos (parte de un edificio que sobresale de la pared, como balcón o un tejado chico que sobresale demasiado) a lo largo de los 37m de altura.

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Por el norte, del lado opuesto de la vía de ataque normal, está respaldado por una construcción cuadrada de 25m de altura, que protege la escalera que conduce, a 3m del suelo, a la única entrada al torreón, bajo una capilla que forma el último piso de esta torre anexa; el abside queda a la vista.

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El subsuelo del gran torreón, inaccesible desde el exterior, servía de almacén, y contaba con un pozo. Los tres pisos están marcados por las campanas de las chimeneas, las aberturas estrechas, dos rampas de escaleras en ángulo recto suben dentro del espesor del muro oriental, del primero al segundo piso, terminando en el ángulo sudeste ; era necesario alcanzar el ángulo nordeste para acceder, por una escalera de caracol, al tercer piso.

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En los muros este y oeste del primer piso un corredor abovedado permitía desplazarse secretamente. Durante el siglo XII fueron edificados dos recintos alrededor del torreón, mientras que era cortado el peñón entre el château y la planicie, formando un impresionante foso seco.

Los Condes de Anjou habían accedido a la corona de Inglaterra y estaban en lucha con el rey de Francia. En 1193, Juan sin Tierra, entrega la plaza a Philippe Auguste y un año más tarde Richard Coeur de Lion (Ricardo Corazón de León), en dos o tres horas y en un solo asalto toma y ocupa el torreón ante el estupor general.

Muerto Richard, los lugartenientes de Jean Sans Terre (Juan sin Tierra) vuelven a poner Loches en condiciones y Philippe Auguste necesitará todo un año (de 1204 a la primavera de 1205), y todo un parque de máquinas de guerra para recobrar el castillo. El señor de Mello, que había terminado al asedio, recibió el feudo. Saint Louis, en 1249, lo readquirió a los herederos, e hizo reforzar las defensas, agregando tres torres rostradas, cuya planta está formada por el encuentro de dos curvas que se interceptan hacia afuera, a fin de desviar los tiros y mejorar el flanqueo de las cortinas.

De la misma época data la torre construida en el ángulo sudeste del torreón, al cual la conecta un tramo de cortina con dos corredores superpuestos; esta torre asegura el flanqueo de los muros del torreón y del recinto. Los trabajos de Saint Louis se prolongaron bajo el reinado de Philippe Le Hardi (Felipe el Atrevido); su calidad recuerda la de las fortificaciones que dichos reyes construyeron tanto en Carcassonne como en Aigues-Mortes. Loches pertenecerá, de allí en más, a la Corona; y se tiene conocimiento de trabajos de carpintería realizados para la conservación de las defensas en el siglo XIV.

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En el siguiente siglo (el XV)tuvieron que adaptarse a las nuevas técnicas de defensa como por ejemplo disponer de un pabellón de ingreso y construir la torre redonda y el « Martelet ». El pabellón tenía por encima de la planta baja, dos pisos formados cada uno por una gran sala acondicionada como prisión. La nueva torre construida sobre la cortina del siglo XII; en el ángulo noroeste, se halla en el punto de encuentro de las defensas del torreón, del castillo y de la ciudad. Es un nuevo torreón, que cubre de enfilada el recinto exterior del castillo.

Comprende 4 salas superpuestas, la más baja de las cuales, subterránea y circular, tiene una bóveda de luquete. Una construcción adosada a la torre hacia el sur se derrumbó en 1814. En la sala baja de la torre se colgaba una jaula de hierro (fillette) en donde eran encerrados por la noche los prisioneros importantes, para evitar que huyeran; de reducidas dimensiones impedía a un hombre de estatura normal extenderse por entero y se sacudía al menor movimiento.

El Cardenal Balue, reo de alta traición, fue alojado allí por Louis XI durante mucho tiempo. El prelado sufrió enormemente. El «Martelet» vecino consiste en un piso poco visible desde el patio, más tres pisos de calabozos que descienden por el peñon. En uno de ellos fue encerrado en el siglo XVI, Ludovico Sforza, duque de Milán, hecho prisionero en Novara por parte de Louis XII y Sforza decoró su prisión con divisas y emblemas. Más abajo fueron alojados por François 1.° los obispos de Puy y de Autun, comprometidos en la traición del condestable de Bourbon, pasado al servicio de Carlos V.

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Recorriendo el recinto desde el torreón hacia la punta noreste de la planicie el visitante encuentra la colegiata Notre-Dame, actualmente iglesia parroquial de Saint-Ours, construida en el siglo XII por Thomas Pactitus, capellán del conde de Anjou Foulquet Le Jeune, con su curiosa cobertura de la nave, entre los campanarios, de bóvedas piramidales. Dominando la iglesia y protegidos por todas partes por la roca cortada encima de la ciudad, se levantan los alojamientos reales. Construidos durante los siglos XIV, XV y XVI, están divididos en dos partes : las salas viejas y las nuevas.

En la gran sala del piso bajo estuvo Jeanne d’Arc para recordarle a Charles VII que debía dirigirse a Reims para ser coronado. En ese mismo alojamiento el mismo rey vivió con Agnes Sorel , primera favorita oficial de un rey de Francia. Sorel murió en 1449 a los 28 años; su bella tumba de mármol, tras muchas peripecias está ahora instalada en los alojamientos reales. Las salas nuevas, agregadas en el siglo XV por Louis XI, Charles VIII y Louis XII, están construidas en el estilo del último período gótico con elegante sobriedad. Todo el aparato militar ha desaparecido.Las permanencias de Louis XII y Anne de Bretagne son señaladas por el elegante oratorio de la reina, decorado con armiños bretones y cíngulos franciscanos (vestidura blanca que los sacerdotes se ponían sobre el hábito).

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°Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 es corresponsal en Paris para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandi).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Coleccion y propone visitas en la capital francesa (privadas o en grupo, no mas de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, asi como sitios poco conocidos para turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por mail a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 0033606837915.
Se puede igualmente visitar su pagina web: www.jorgeforbes.com.ar