Un argentino en París: Gabrielle d’Estrées de la felicidad a la muerte

Por Jorge Forbes, desde Francia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Embarazada de su cuarto hijo, la favorita de Henri IV se aprestó a vivir en abril de 1599 un sueño esperado desde hace varios años; casarse con el rey el cual acababa de sellar su divorcio con Margerite de Valois.

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

  • Henri IV  y Gabrielle d’Estrées

Una sombra, sin embargo, se cierne sobre este cuadro idílico. Con pasos febriles Gabrielle d’Estrées iba y venía entre las cuatro paredes de su habitación, sin lograr calmarse. En ese comienzo de abril de 1599 no dejaba de acariciar el anillo que le acababa de regalar Henri IV como señal de su amor indefectible.

Sus habitaciones decoradas con preciosos objetos reflejaban la influencia que obtuvo desde hacía algunos años en la corte.

Se dice que fue ella la que lo empujó a firmar el edicto de Nantes hacía un año. Su joven hermana, Julienne-Hippolyte d’Estrées, duquesa de Villars, intentaba calmarla tomandole la mano para obligarla a sentarse. «Gabrielle deberías calmarte, le decía su hermana mayor, a quien rechazaba. Es cierto que estas embarazada? y que además es tu cuarto hijo!…  prosigue Julienne-Hippolyte, cada vez más inquieta.

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

Apoyándose contra la ventana, y poniendo sus manos sobre su vientre que deformaba apenas su vestido de seda claro, Gabrielle miraba a su hermana de reojo angustiada por la mirada falsamente protectora. Obsesionada por el poder y el dinero Julienne-Hippolyte no cesaba de vigilarla, sobre todo desde el inicio de su relación con Henri IV para asegurarse de que nada en su comportamiento amenazara esta augusta relación.

Su familia, es cierto que no se podía quejar de las ventajas de las donaciones que el rey tuvo la bondad de entregarle a Gabrielle. «En tanto no haya oído una predicción que provenga de una astróloga que no me conozca, contestaba la hermana mayor, no estaré tranquila. La verdad, este casamiento me parece demasiado bello para que sea posible».

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

Julienne-Hippolyte se ponía de pie y dejaba escapar una risa jubilatoria. «Y sin embargo, mi querida hermana! Nosotros escuchamos hace dos meses al rey en el palacio del Louvre anunciar que se iba a casar contigo en la sainte Quasimodo, el domingo después de las Pascuas. Es decir en menos de 3 semanas. «Tal vez tengas razón», murmuró Gabrielle, mirando el cuadro que su hermana le regalara cuando esperaba al primer hijo del rey, legitimado por Henri IV.

De eso hacia 5 años. Ese cuadro realizado por un pintor de la Escuela de Fontainebleau estaba colgado, como un talismán, arriba de su gabinete que le servía de bureau secreto. Se veía a Julienne-Hippolyte, a la hora del baño, pellizcarle el pezón derecho, mientras que ella misma tenía en su mano izquierda el anillo simbolizaba el amor del reino.

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

Detrás de ellas una sirvienta cosía la ropa de un niño. La escena simbolizaba a ese infante que estaba por nacer, César, que sellaría definitivamente su amor por el rey. Rubia, de tez blanca, la silueta muy femenina. Inmediatamente le gusto. Como su propia madre que fue amante de Henri III, ella se convirtió en amante oficial de Henri IV, 18 años mayor que ella. Pero su amor no era más que un simple idilio, ya que ella le dió un heredero cuando él todavía estaba casado con Marguerite de Valois. Henri IV legitimo a su hijo César, y le concedió el título nobiliario de duque de Vendôme. Luego ella tuvo otros dos hijos, igualmente legitimados.

Gabrielle miraba hacia el Louvre desde su hotel, justo enfrente. No podía borrar un mal presentimiento sobre todo cuando su sueño estaba a punto de realizarse. Desde el anuncio del casamiento el odio se desencadeno en su contra. Los parisienses, que odiaban al rey la detestaban, al igual que la aristocracia como consecuencia de los gastos que realizaba y de los regalos que recibía. Sin hablar del papa Clemente VIII el cual deseaba ver a Henri IV casado con Marie de Médicis.

Por su parte, Margueritte de Valois recientemente divorciada del rey la consideraba como una «ramera». Gabrielle ya no tenía en cuenta los odiosos panfletos que la bautizaban «condesa de basura». Pero, peor: según un funesto presagio que le hicieron llegar, no llegaría a pasar de los 28 años y que ese año no vería las fiestas de Pascua. En momentos en que su hermana se retiraba, un tal Emiliano se hizo anunciar: «Madame, quiero felicitarla por su próxima unión. Que espera de mi»?, preguntó un tanto incómodo.

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

Gabrielle observaba la mueca de este astrólogo enviado por uno de sus sirvientes. «Amigo mío, le dice, me gustaría saber si ve un evento que podría perturbar este proyecto». El hombre empezó a ponerse colorado: «Madame, se atrevió a contestar, es razonable buscar buenos o malos signos a tan pocos días de ese gran evento?». De repente la puerta se abrió. Gabrielle se dió vuelta. Dos niños aparecían y corrían hacia ella seguidos de su gobernanta. Se sintió más segura con la presencia de Catherine, su hija de más de 2 años y de Alexandre, nacido hace justo un año. «Tiene razón. No tengo acaso otra elección que confiar en los astros?».

Unos días más tarde Gabrielle d’Estrées respondió a una invitación a cenar de un amigo banquero. Luego de haber tomado un sorbete de limón, Gabrielle se desplomó. Con espasmos violentos perdió a su bebe y murió el 10 de abril de 1599 sin haber visto al rey. Durante un cierto tiempo se sospechó que su muerte, providencial para los que condenaban esa unión, fue un envenenamiento. Se sabría más tarde que fue debido a una eclampsia, una complicación relacionada con el embarazo.

Resultado de imagen para Gabrielle d'Estrées

Trastornado, Henri IV, al día siguiente de la muerte de su adorada amante decía apesadumbrado: «Mi aflicción es tan incomparable como lo es el tema que me atañe es decir Gabrielle! El pesar y los gritos lastimeros me acompañaran hasta mi tumba!». Ofreció a Gabrielle los funerales reales y llevó el luto, a pesar de la prohibición a los monarcas.

Imagen relacionada

  • Henri IV y Marie de Médicis

En 1600 se casaría con Marie de Médicis, la que le daría 6 hijos, uno de ellos el futuro Louis XIII, y se consoló en los brazos de su nueva amante, Heneriette d’Entragues.

___________________________________________________

*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 es corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).

Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas en la capital francesa (privadas o en grupo, no mas de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.

Se puede igualmente visitar su pagina web: www.jorgeforbes.com.ar