Una cierta mirada al cine nacional

¿Reflejo de la realidad? Reseña sobre la película «4×4», de Mariano Cohn. Por: Osvaldo Beker

Desde que el reconocido semiólogo Eliseo Verón, hacia el año 1986, en su clásico prólogo del libro Construir el acontecimiento sostuviera que las empresas periodísticas apelan a una retórica particular para dar cuenta de una realidad mediática, una legítima pararrealidad, que dista sensiblemente de la empírica, coincidentemente la inseguridad se ha ido instalando en nuestra sociedad paulatinamente como una temática (un flagelo) que se ha puesto en discusión en innumerables oportunidades. ¿Es tal la ola de delitos en nuestro país (fundamentalmente en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano)? ¿O la hiperbólica operación de los medios contribuye al armado de una supuesta “sensación”? Como sea, «4×4» (2019), la historia imaginada por Mariano Cohn -el realizador de “El hombre de al lado” (2009) y “El ciudadano ilustre” (2016)- una diégesis cruda, potente, vertiginosa, muestra al personaje encarnado por Peter Lanzani envuelto en una situación desesperante: un “pibe chorro” (que ostenta su cabello teñido de rubio y luce una camiseta de Boca) ingresa fácilmente en una camioneta de alta gama, roba lo que encuentra allí adentro y, cuando se decide a salir, queda atrapado porque el vehículo se cierra herméticamente. Son absolutamente infructuosos los intentos por escapar de esa “cajafuerte” con ruedas. A partir de allí serán múltiples las eventualidades que se irán sucediendo. De todos modos, cabe formularse una pregunta: ¿este castigo teledirigido al delincuente se constituye en una metáfora de la justicia en tiempos en los que los poderes del Estado se encuentran altamente cuestionados? La respuesta no puede dejar de ser afirmativa, aunque la metodología puesta en juego constituya una manera a todas luces cuestionable. El personaje interpretado por Dady Brieva, el dueño de la camioneta, ansioso por llevar adelante una forma de justicia “por mano propia”, y el que visibiliza Luis Brandoni, un oficial de las fuerzas de la seguridad cuyo deseo es el de aquietar las aguas, representan asimismo arquetipos de una sociedad en la que son múltiples las voces que claman por una mejor forma de vida, cada uno con su particular modus operandi.

Película que hace recordar rápidamente los hechos violentos de “Relatos Salvajes”, aquella gran factura de Damián Szifrón, como un cuento atravesado por una diégesis cruel o como una instantánea de estos paisajes citadinos impetuosos, “4×4” representa un texto que articula una historia que desafía el vértigo de la claustrofobia y que cuenta con tres interpretaciones que, si bien no son las mejores de sus vidas para estos grandes actores nacionales, sí se traducen en una garantía de confianza.