Las artes, gran impulso para ingenieros, matemáticos, científicos y expertos techie

Lejos de los compartimentos estancos, los perfiles de carreras duras que se complementan con actividades creativas llevan el signo de la innovación que tanto interés genera en las compañías.

 Una nueva letra se «coló» en la sigla que hace referencia a los profesionales más demandados del mundo laboral. La A logró posicionarse entre la E y la M, y con esto, se le dio un inédito protagonismo al arte y al diseño en lo que se considera hoy un CV estrella, marcado por las carreras STEM (ahora Steam). Se trata de especialidades relacionadas con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática por sus siglas en inglés: science, technology, engineering mathematics, a la que ahora se agrega la A de arts.

Una nueva letra se «coló» en la sigla que hace referencia a los profesionales más demandados del mundo laboral. La A logró posicionarse entre la E y la M, y con esto, se le dio un inédito protagonismo al arte y al diseño en lo que se considera hoy un CV estrella, marcado por las carreras STEM (ahora Steam). Se trata de especialidades relacionadas con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática por sus siglas en inglés: science, technology, engineering mathematics, a la que ahora se agrega la A de arts.

«Durante los tiempos de crisis económicas, aquellos que están a cargo de los fondos públicos muchas veces eliminan el presupuesto para las artes… con la idea de que no son fundamentales. Sin embargo, distintos estudios han demostrado que estas acciones tienen consecuencias negativas que alteran la posibilidad de formar científicos innovadores e ingenieros que inventen productos patentables, y que logren fundar compañías nuevas y valiosas», dice un informe de la Universidad de Michigan. Algunos resultados que encontró la casa de estudios y que llaman la atención son:

  • Los estudiantes que se recibieron con honores en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas tienen más habilidades en artes que el promedio de los norteamericanos.
  • Ellos son más proclives a crear productos patentables y a fundar nuevas compañías.
  • Aseguran que el desarrollo de las artes estimuló sus habilidades creativas y recomiendan a los estudiantes STEM que estén más expuestos al arte.

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«Por lo tanto, la música, la danza, las artes visuales son consideradas esenciales a la hora de la recuperación económica no solo de Michigan sino de los Estados Unidos en general», es la conclusión del informe.

El arte en el CV

En posiciones ejecutivas, ¿tiene valor que el candidato se refiera a actividades que no tienen que ver con el puesto al que aspira relacionadas con las artes? «Las actividades creativas tienen un valor importantísimo, aunque el pedido de que sea parte de una cartera de habilidades no se manifiesta tanto en las búsquedas», dice Gonzalo Mata, managing partner para América Latina en Wall Chase Group. «Sin embargo, con la búsqueda en marcha, si las empresas ven en el CV del postulante que estudió teatro o pinta, por ejemplo, suelen comentar que es bueno que tenga esa veta creativa».

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De hecho, hay posiciones para las cuales es todavía más relevante tener una veta creativa, aunque a primera vista parezca que esta cualidad no tiene nada que ver con el trabajo. «El hecho de haber estudiado teatro ayuda en posiciones comerciales, por ejemplo. Hay talleres de teatro que hacen las compañías para sus empleados, para que los perfiles más duros se ablanden un poco más», explica Mata.

La propuesta de Jorge Sardi, líder de la consultora de Recursos Humanos que lleva su nombre, es el llamado «teatro corporativo», una herramienta que trajeron a través de una alianza con Visión Gerencial 21, de Venezuela. Con obras cortas, de unos 15 minutos, realizadas por actores profesionales, se trata de manera customizada una problemática de la empresa (como el acoso laboral o la atención al cliente, por ejemplo). «Vista de esta manera, la capacitación tiene mucha más llegada que referirse a un problema y tratar de encontrarle una solución a través de un PowerPoint», dice Sardi. A continuación suele proponerse un debate y también se comunican ciertas pautas de acción o de conductas.

Innovación, creación

Desde Spencer Stuart, Juan Pablo Simon Padros, líder de Tecnología, Medios & Telecomunicaciones en América Latina, comenta que «la innovación es lograr la realización de algo nuevo y productivo, y se genera a través de la capacidad creativa. Las personas que tienen una orientación hacia lo artístico más definida suelen intervenir en este tipo de acciones. Lo interesante de este concepto es la importancia de perfiles que puedan reunir estos dos mundos, lo artístico, lo creativo, con el mundo más duro de la tecnología, la matemática, las ciencias».

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Al igual que Mata, que habló sobre la importancia de añadir habilidades a perfiles que suelen estar definidos en una sola dirección, Simon Padros se refiere a un área dura, como programación, donde «tener habilidades de diseño y creatividad son críticas para que el programador sea un líder de producto que pueda crear plataformas amigables y consumibles, con una belleza implícita en el diseño del producto».

Hace referencia también a quienes trabajan en las industrias del entretenimiento, desarrolladores de juegos y contenidos audiovisuales, y gente que diseña en el campo de la tecnología. Todos, en general, con habilidades creativas.

El talento para escribir también es importante. «El escritor técnico, por ejemplo, es una persona con todo el conocimiento técnico, pero que también es responsable de que las explicaciones sean entendibles para todos. Quienes escriben los manuales también tienen que estar conectados con los dos mundos para que el cliente tenga una buena experiencia. Si un candidato tiene un perfil tecnológico y además es amante de la lectura es un valor. Falta mucho para que dejen de existir los manuales».

Cambios en la formación

Desde las universidades hay un planteo con respecto a la posibilidad de implementar nuevas formas de enseñanza y el «desencasillamiento» de las personas que concurren a las aulas para formarse. «Hace mas de 10 años hicimos reformas en los programas de estudio de ingeniería, agregándoles disciplinas humanísticas», dice José Luis Roces, rector del ITBA. «Es un tema de desarrollo de competencias. Una base de una carrera de ingeniería tiene un total de 4000 horas. Aproximadamente un 60% de ellas son de tecnología y hay un 10% de contenidos humanísticos, como la formación general en torno a ciertos aspectos del comportamiento humano. El 30% restante son temas que hacen a la gestión. Para nosotros es muy relevante el hecho de que sabemos que cada vez más las competencias claves para el siglo XXI no se relacionan solo con los conocimientos, sino con habilidades como pensamiento critico, capacidad creativa, poder aprender y desaprender, la colaboración, la empatía, la iniciativa».

Agrega que «estas habilidades no son ‘inyectables’. No se puede dar Empatía I y II como materia. Son habilidades transversales a todas las materias. Esto se refleja no solo en la currícula sino también en la metodología. Nos ha costado trabajar estos aspectos con los docentes, pero si no lo hacíamos dejábamos de ser atractivos para los alumnos. Las estructuras rígidas, tradicionales difieren del mundo real». Agrega que «cada vez que impulsamos la participación de grupos donde lo artístico está presente tenemos una gran respuesta» . Y agrega que «la oferta universitaria argentina es un poco rígida para adaptarse a lo nuevo».

«Los líderes más sensibles que captan las necesidades del negocio y los requerimientos e ideales de una organización tienen muchas veces una motivación artística y un estudio de alguna disciplina, como la música, el teatro etcétera», cierra Simón Padrós. «Conectan mejor con la necesidad de la organización que quiere transformarse y su negocio. Un líder idóneo en disciplinas duras que también tiene estas competencias relacionadas con el arte es muy valorado. Para posiciones de liderazgo nos interesa conocer a la persona más allá de su experiencia ejecutiva y que nos diga cuáles son sus vocaciones más artísticas, sirve, por supuesto que sirve».

Fuente: Por Paula Urien – La Nación