«Caravanas» el nuevo y magnífico disco de Chico Buarque

Además, el gran saxofonista Juani Méndez presentó su segundo trabajo discográfico, el grupo rockero alternativo Cirse editó su nuevo disco, «Karma», donde plasma su crecimiento y evolución, mientras que desde Rosario llega la actitud provocativa y el desparpajo musical de «Muñecas». 

CHICO BUARQUE – CARAVANAS

RP Music lanza CARAVANAS. El nuevo disco de Chico Buarque, seis años después del último trabajo discográfico (también lanzado en Argentina por RP music).

Caravana es, como sabemos, palabra de origen árabe que define un grupo de personas que se juntan para viajar, protegiéndose de los peligros y de la intemperie del desierto. En tiempos de incertidumbre -del mundo, del país y, por que no, de la propia cançción como forma de configurar tal incertidumbre- referencias francamente poco naturales como esa se allegan a la inspiración del compositor.

Las incertidumbres están en todo el mundo, por que no en los versos de la canción: “Ou estas rimas/Não escrevi/Nem ninguém nunca amou” (O estas rimas/No escribí/NI nadie, nunca amó), se cuestiona Chico Buarque, a partir de los célebres versos finales del Soneto CXVI de Shakespeare, al final de Tua cantiga, que abre el nuevo disco, llamado Caravanas por nacer, tal vez, para abrigar nueve canciones que, si no fuera él -el disco- estarían por ahí desprotegidas en el desierto. O mejor, en el bosque de las redes contemporáneas en donde las canciones acostumbran perderse en los días de hoy.

“Ou doido sou eu que escuto vozes/Não há gente tão insana/Nem caravana do Arará” (O loco soy yo que escucho voces/No hay gente tan insana/Ni caravana del papagayo), duda Chico de su propia observación poética al final de As caravanas, canción que cierra e inspira el nombre del disco, delirando al ver las caravanas de refugiados árabes rumbo a las playas del Mediterráneo en los ómnibus tal vez no mucho menos inseguros que llevan “suburbanos tipo muçulmanos do Jacarezinho/A caminho do Jardim de Alá (suburbanos tipo musulmanes de Jacarezinho/ Camino del Jardín de Alá)”. O sea, de la favela del Jacarezinho, en los suburbios de Rio, al pjardín/canal que separa las playas de Ipanema y Leblon con su nombre que homenajea al dios musulmán y su “mar turquesa à la Istambul”, azul como la vida nueva en Europa o el día de relax en Ipanema (“que cenário de cinema, que poema à beira-mar [que escenario cinemoatográfico, que poema a orillas del mar]”, como el propio Chico definió en una antigua canción…). Y el compositor aún oye en tales caravanas “esa zoeira dentro da prisão/Crioulos empilhados no porão/De caravelas no alto mar (ese zumbido dentro de la prisión/Criollos amontonados en el sótano/De carabelas en el alto mar)”. O apenas delira: os niños de la favela del Arará, en el suburbio carioca de Benfica no muy lejos de la del Jacarezinho, no resolvieron aprovechar el domingo de sol en la playa, sus antepasados no llegaron en el navío negrero y no hay manifestaciones anti-musulmanas en los domingos de Copacabana, ni muros para evitarlos en Europa.

Caravanas es así, un disco lleno de canciones actualísimas en la forma y en contenido, pero inspiradas en referencias y formas paradojalmente no actuales (nunca confundir con “antiguas”). Chico no las compuso todas de una vez poco antes de grabar, como acostumbra hacer, sino una por vez, desde el final de 2015, y las fue registrando en el estudio de la grabadora Biscoito Fino, en Rio, a medida en que iba quedando listas, de ahí tal vez la urgencia contenida en ellas. Después, cuando siete estaban terminadas y grabadas, adjuntó otras dos canciones que nunca estuvieron en un disco suyo – Dueto, compuesta para la pieza O Rei de Ramos, de Dias Gomes, y lanzada en el disco Com açúcar, com afeto, de Nara Leão, en 1980; y A moça do sonho, parceria con Edu Lobo para otra pieza teatral, Cambaio, de João Falcão, de 2001, y consagrada por Maria Bethânia – pero que precisaban entrar en Caravanas, como que estaban necesitadas de su protección y de nueva atención del público.

La primera del CD, Tua cantiga, es una canción de amor, como tantas que Chico ya hizo (y eso es una hipérbole). As caravanas es una canción épica como otras tantas del autor de Construção y de semejante voltaje poético y musical. Entre una y otra hay paseos de Chico por los viejos géneros que tanto le (nos) encantan: blues, samba sincopado, samba canción, bolero (en español) o incluso simples e indefinibles canciones. Todas medio urgentes y todavía eternas.

Pues en ese espíritu de trabajar los géneros de la canción, Chico abre Caravanas con una cantiga (canción de cuna). Si, una cantiga, como los más antiguos llamaban lo que nosotros llamamos, tal vez un poco pedantes, como canción o a veces, en un brasileirismo simpático, erróneamente de música.

Siguiendo la ruta de las inspiraciones no-actuales, Tua cantiga es una música del pianista y arreglador Cristóvão Bastos que, además de modernísima en su estructura harmónica y en la fluencia romántica, parece inspirada en alguna danza brasileña del siglo XIX, tiempo de valses, maxixes, polcas, lundus. Si, tal vez sea un lundu, aunque en compás ternario (como normalmente son las valses) pero ciertamente, como revela Cristóvão, nació inspirada en la Polonesa en G menor de Bach, compositor barroco tan influyente en la formación de la música brasileña, de Villa-Lobos y sus Bachianas a Pixinguinha y sus contrapuntos con el saxofón. Sobre la melodia de Cristóvão, su parceiro en la clásica canción de amor Todo o sentimento – compuesta y lanzada hace exactamente 30 años –, Chico construyó una de sus letras típicas, en las que una estructura ultra-compleja de referencias y rimas resulta en una canción (o cantiga) simple, que puede sonar en la radio (o en algún servicio de streaming) y no salir más de la cabeza.

Tua cantiga es, antes que nada, una declaración de amor eterno, que persistirá pase lo que pase. Y está toda construida sobre “falsas” rimas, o rimas aliterantes, que se dan por el sonido, como suspiro-ligeiro, nome-perfume, lenço- alcanço, filhos-joelhos, hasta rimas más distantes en la canción, como “plumas”, que va a rimar allá abajo con la propia palabra “rimas”. Incluso la palabra “cantiga” es de-construida en aliteraçiones y rimas, en uno de aquellos versos para entrar en la Historia: “Quando eu não estiver mais aqui/Lembra-te, minha nega/ Desta cantiga/Que fiz pra ti (Cuando yo no esté más aquí/Acuérdate, mi negra/De esta cantiga/Que hice para ti)”. Noten la falsa rima “nega-cantiga” y la sílaba “ti” transmutándose en pronombres.

De esa notable colección de rimas, el compositor construye lo que sin duda es un clásico de su vasto repertorio de canciones de amor pero que, bien al sabor do nuestro tiempo de incertezas, suscita la duda poética después de la certeza de versos y rimas: “Mas teu amante/Sempre serei/Mais do que hoje sou/Ou estas rimas/Não escrevi/Nem ninguém nunca amou (Pero tu amante/Siempre seré/Más de los que soy hoy/O estas rimas no escribí/Ni nadie nunca amó)”. Estos últimos versos, en otra una referencia no-actual, son “robados” del ya citado verso final del Soneto CXVI de Shakespeare (“If this be error, and upon me proved/ I never writ, nor no man ever loved”), retraducido por Chico para la canción.

Pero si Shakespeare puede suscitar una referencia tal vez demasiado erudita para una simple cantiga, Chico extiende su universo de referencias a historias infantiles, “Se o teu vigia se alvoroçar/E estrada afora te conduzir…”, en una alusión a los versos que Braguinha creó para la canción-tema de Chapeuzinho Vermelho (Caperucita Roja), de la Disney.

De un lundu bachiano en tres con derecho a rimas aliterantes y versos de Shakespeare (y de Disney), pero que resulta en una simple y envolvente canción de amor, comienza el paseo de Caravanas. E tal vez estaba ahí la llave de sa lectura, un compositor pleno de su dominio técnico y de su inspiración, el tiempo todo cuestionando, dudando de si mismo (“Ou estas rimas/Não escrevi”).

En la canción que cierra e inspira el título del disco esto es llevado todavía más lejos: “Ou doido sou eu que escuto vozes/Não há gente tão insana/Nem caravana do Arará (O loco soy yo que escucho voces/No hay gente tan insana/Ni caravana de Arará)”, se pergunta el compositor al final de la canción (y del disco), dudando de sus propias rimas y referencias. As caravanas es, antes de todo, una crónica carioca actualísima, inspirada en un hecho cada vez más corriente en el verano: el conflicto provocado por la policía y algunos muchachos provocadores de la Zona Sur a la llegada de los ómnibus como los de la linea 474 que traen a los muchachos de las favelas y de los suburbios a las playas de la Zona Sur. Siempre sospechados de robos y arrebatos, los muchachos son parados por la polícía e intimidados por provocadores, lo que genera la confusión.

Una vez más, para llegar a un tema tan actual Chico va a recurrir a referencias no actuales. La melodía, del propio Chico y conducida harmónica y ritmicamente por su guitarra, parte de Caravan, un tema clásico del jazz, de Duke Ellington, una especie de beguine, ritmo caribeño (algo como una rumba más lenta o un bolero más ligero) que estuvo muy en boga en la música americana de los años 30. El beguine estilizado de la primera parte va evolucionando hacia una especie de funk (estamos en Rio de Janeiro en un día de calor) y el arreglo grandioso de orquestra del maestro y productor musical del disco Luiz Claudio Ramos comparte espacio con el beatbox ejecutado por Mike, músico del Dream Team do Passinho.

Mientras la música grandiosa y envolvente se desarrolla, la letra se inspirara en las caravanas de refugiados contemporáneos pero también en la situación del clásico romance El extranjero, del escritor “pied noir” (francés nacido en Argelia) Albert Camus, que describe el asesinato de un árabe por un francés en una playa da Argelia y seu posterior juzgamiento. Como en el estribillo de As caravanas – “Sol, a culpa deve ser do sol/Que bate na moleira, o sol/ Que estoura a veias, o suor/Que embaça os olhos e a razão (Sol, la culpa debe ser del sol/Que pega en la mollera, el sol/Que revienta las venas, el sudor/Que empaña lis ojos y la razón)” – el personaje de Camus también le hechó la culpa del asesinato al sol.

Como el personaje de Camus, la clase media asustada (“Filha do medo, a raiva é mãe da covardia [Hija del miedo, la rabia es madres de la cobardía[”) ve en los “garotos suburbanos tipo musulmanes” un peligro inminente: “Diz que malocam seus facões e adagas/Em sungas estufadas e calções disformes/Diz que eles têm picas enormes/E seus sacos são granadas/Lá das quebradas da Maré (Dice que esconden sus facones y dagas/En sungas recalentadas y calzones deformes/Dice que ellos tienen penes enormes/Y sus sus testículos son granadas/Más alla de los quiebres del mar)”. Todo eso bajo el mismo sol de las playas africanas de donde continúan brotando árabes amenazadores.

De cierta forma, As caravanas puede ser vista como continuación de Subúrbio, que abría el disco Carioca (de 2006), y que perguntaba: “¿Que futuro tiene toda esa gente?”. La nueva canción intenta abordar ese futuro distópico que Subúrbio insinúa y As caravanas retrata.

La actualidad de las canciones puede ser más o menos explícita en Caravanas. En el inspiradísimo Blues pra Bia, Chico demuestra su intimidad con el género – que generó lindas canciones de su repertorio, como O último blues (del film A ópera do malandro) o Bancarrota blues, en “parceria” con Edu Lobo para la pieza O corsário do rei – y toca el tema actualísimo del abordage amoroso malsucedido por el hecho de la muchacha ser homosexual “Talvez ela dê risada/Talvez fique encabulada/Talvez queira me avisar/Que no coração de Bia/Meninos não têm lugar (Tal vez ella de ria/Tal vez se quede avergonzada/Tal vez me quiera avisar/Que en el corazón de Bia/Muchachos no tienen lugar)”

A moça do sonho completa una especie de trilogía de canciones de amor que abre el disco: si Tua cantiga trata del amor eterno y realizado, y Blues pra Bia de un amor que quedará irrealizado, A moça do sonho trata del amor imposible, ideal, inalcanzable. Entró en el disco porque Chico quería una canción, digamos, clásica de su inmensa colaboración con Edu Lobo. El arreglo simple, basado apenas en guitarra y violoncelo que realza la riqueza harmónica y melódica de la canção, enmarca la letra onírica de Chico, tan representativa de su producción contemporánea, en la cual normalmente sueño y realidad se confunden: “Há de haver algum lugar/Um confuso casarão/ Onde os sonhos serão reais/E a vida não (Ha de haber alg´un lugar/Un confuso caserón/Donde los sueños serán reales/Y la vida no)”.

Jogo de bola es otro género recurrente en elo universo buarqueano, el samba sincopado – en este caso está, como en tantos otros, lleno de curvas melódicas como dribles, harmonía accidentada como una pelota rodando por paralelepípedos. Si O futebol, samba sincopado de 1989, y sobre el juego profesional, Jogo de bola trata del fútbol amateur, del picado del que Chico es practicante semanal, liderando su tradicional equipo, elo Politheama. Y el samba trata propiamente de fútbol, está claro, pero mal disfraza su verdadero tema, el gesto a la paz, a la democracia, el respeto a las diferencias, de ahí su todavía mayor actualidad: “Há que levar um drible/Por entre as pernas sem perder a linha (Hay que llevar un drible/Por entre las piernas sin perder la línea)”, avisa el samba. Crack de las rimas como los jugadores que homenajea, Chico se inspira en el gran jugador húngaro de 1954 para uno de los versos más virtuosos del disco: “Outrora, quando em priscas eras/Um Puskás eras/A fera das feras da esfera, mas agora/Há que aplaudir o toque/O tique-taque, o pique, o breque, o lance/De craque do centroavante/E ver rolar a pelota nos pés de um moleque (Otora, cuando en priscas eras/Un Puskas eras/La fiera de las fieras de la esfera, pero ahora/Hay que aplaudir el toque/El tiqui-tiqui, el pique, el corte, un disparo/De crack del centro-delantero/Y ver rodar la pelota en los pies de un cihquilín)”.

En el medio de tanta locura, con gente insultándose en las redes sociales donde las canciones se pierden, Jogo de bola es en el fondo una apelación a la razonabilidad necesaria para la convivencia del picado, donde se debe, fundamentalmente, saber perder. Y observar el paso del tiempo, la llegada de la nueva generación, el envejecimiento y percibir en eso la gracia de la vida. O, como revela su verso final, bella definición de fútbol, pero que sirve para la vida: “É ver o próprio tempo num relance/E sorrir por dentro (Es ver el propio tiempo en un relanzamiento/Es sonreir por dentro)”.

Tal vez no por casualidad la canción siguiente sea la grandiosa y fluida Massarandupió, la propia representación del paso del tempo, una coautoría inédita de Chico Buarque con su nieto Chico Brown. Hijo de su hija Helena y del cantor, compositor y músico Carlinhos Brown, el “garoto” de 21 años hace honor, con perdón del cliché, al ADN. Es un músico completo, tiene oído absoluto, toca varios instrumentos (aqui, conduce la base de la grabación en la guitarra, a pesar de haber compuesto la música al piano), estudia producción musical y ya está componiendo al punto de despertar el interés de su exigente abuelo que, como se sabe, tiene en su lista de “parceiros” gente como Tom Jobim, Edu Lobo y Guinga. Con arreglo orquestal de Luiz Claudio Ramos, la letra de Buarque prácticamente describe la música, las aventuras de la infancia del nieto Brown, un chico suelto en la playa. Massarandupió es el sonido que la música le sopló a Chico, el Buarque, que después recordó que Chico, el Brown, pasaba sus vacaciones durante su infancia en aquella playa bahiana.

Si el nieto compositor entró en el disco, la nieta cantante también tenía que tener su pista. Pero la muchacha, de 18 años, tuve que conquistar su espacio. Clara Buarque, también hija de Helena y Carlinhos Brown y que integra el jóven y sofisticado grupo vocal Subversos, invitó al abuelo para grabar con ella alguna canción para su Facebook. Chico fue más allá, grabó Dueto con Clara y otros nietos para el documental sobre él dirigido por Miguel Faria Jr. en 2015, Chico, artista brasileiro. La canción encantadora, de aire jazzístico, una ópera-prima de Chico, trata de una de aquellas pasiones arrebatadoras, adolescentes, que es exhibida en todos los lugares, escrita en todos los medios, ayudada por todas las religiones y que a pesar de eso, es mayor que todo eso. Chico aprovechó la regrabación apropiadamente juvenil para actualizar la letra, incorporando los nuevas medios sociales (donde el amor se escribe hoy en día) al romance arrebatado que describe en la canción.
Es irresistible percibir la carcajada de Clara delante de un abuelo trabado intentando encajar “Instagram”, “Telegram”, “Tinder” y “Youtube” en una canción de la época del Pravda, de las bulas y de los dogmas.

Casualmente es un bolero clásico hecho por Chico en conjunto con Jorge Helder, bajista de su conjunto y su “parceiro” en las sofisticadas Bolero blues (del CD Carioca) y Rubato (de Chico, 2011). En principio se trató de una encomienda para un disco que la cantante cubana Omara Portuondo haría en Brasil y que nunca se concretó. Pero calzó como un guante en este conjunto de canciones actuales y de inspiraciones no-actuales que es este Caravanas. Vamos a convenir que en un momento en que “váyase a Cuba” se convirtió en un improperio constante que intolerantes de derecha le dicen a personas con otras ideas, u bolero clásico como Casualmente, con letra en español es una descripción romántica de La Habana, puede ser una respuesta certera, además de dulce. En verdad, se trata apenas de un delicioso bolero sobre La Habana, lo que lo torna grandioso: “Regressarei, oxalá/Algum dia a la ciudad/Y perdidamente en sus calles voy a buscar/Por la penumbra/El momento fugaz/ Que no puedo olvidar…”.

Un detalle delicioso, tan al gusto de este disco, es la cita que Chico hace de un verso del compositor cubano Silvio Rodriguez, originalmente “No es lo mismo/Pero es igual”, parafraseada en los versos finales de Casualmente en sentido opuesto: “Hasta el mar de La Habana es lo mismo, pero/No es igual”. Ese verso pertenece a la canción Pequeña serenata diurna, de Silvio, que Chico lanzó en 1978, la primeira canción de la llamada Nova Trova cubana a ser grabada en Brasil, todavía en la época de la dictadura militar en la que grabar músicas de Cuba era considerado simplemente subversión, crimen.

La rica telaraña de referencias del disco desagua en el samba-canción Desaforos, elegante en la forma, como pide el género y, así como el bolero, provocador e irónico en el contenido. Escrito aparentemente para una mujer que anda hablando mal de su pareja por ahí, el samba puede muy bien servir de repuesta a las personas que atacan e insultan a las otras en las redes sociales, en las calles, en los restaurantes, en qualquier lugar y por meras diferencias ideológicas. “Sou apenas um mulato que toca boleros/Custo a crer que meros lero-leros de un cantor/Possam te dar tal dissabor (Soy apenas un mulato que toca boleros/Me cuesta creer que meros lero-leros de un cantor/Te puedan dar tal dis-sabor)”, aguijonea Chico, con la elegancia de una melodía que nació inspirada en un samba-canción de Cartola, refinado y dulce. el propio verso inicial del samba emula esa tradición de la elegancia popular – “Alguém me disse/Que tu não me queres (Alguien me dijo/Que tu no me quieres)”- citando explícitamente el samba-canción clásico Alguém me disse, de Jair Amorim y Evaldo Gouveia.

La verdad, todas estas sofisticadas canciones agrupadas en este Caravanas nacieron espontáneamente, melodías que pedían letras. Si ellas fueran transformadas en testimonios del tiempo en que estamos viviendo, es por las mañas muy propias de la canción popular y sus urgencias y por los ojos y oídos siempre atentos del cantor – lo mismo, pero nunca igual.

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JUANI MENDEZ  – «OTRA PARTE DEL TODO»
 
«Es una alegría escuchar el segundo disco de este gran saxofonista, que confirma con este trabajo su claridad conceptual como instrumentista y como compositor (…). Como educador siento una enorme satisfacción de poder apreciar la aparición y afianzamiento de nuevos valores del medio jazzístico argentino. Juani sin dudas es uno de ellos y me enorgullece haber podido colaborar en su formación como artista», dijo el prestigioso trompetista Juan Cruz de Urquiza sobre «Otra parte del todo» de Juani Mendez. 
Desde mediados del 2013, el saxofonista y compositor oriundo de San Nicolás lidera su cuarteto formado en sus orígenes con la idea de interpretar composiciones de grandes referentes del jazz como Lee Morgan, Charles Mingus, Charlie Parker entre otros. Desde esas bases, el grupo que lidera comenzó a abocarse a composiciones originales ancladas en la tradición del Bop y el HardBop.
Desde entonces, se ha presentado en diversos Festivales y clubes de jazz del país y el exterior mostrando la música de su primer disco, «Diez Construcciones Fáciles», grabado en 2014″.
Otra parte del todo»,su nuevo álbum editado en 2017, fue grabado en noviembre de 2016 junto a Ernesto Jodos en piano, Mauricio Dawid en contrabajo y Sebastián Groshaus en batería. El disco está integrado por composiciones propias más una versión de » Portrait» de Charles Mingus, con arreglos de Mendez.

PRÓXIMA PRESENTACIÓN DE «OTRA PARTE DEL TODO»:

Miércoles 8 de noviembre en CCK, Sala Argentina, Sarmiento 151, CABA . 19hs. ENTRADA GRATUITA. CAPACIDAD REDUCIDA. Retiro de entradas y reservas, a partir del jueves 2 de noviembre: http://www.cck.gob.ar/reservas

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CIRSE – “KARMA”

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Quinto disco de estudio de esta interesante banda de rock alternativo liderada por Luciana Segovia, una de las voces femeninas más interesantes de la movida rockera, que en este caso trabajó con Oscar Mediavilla, ex La Torre, como productor para darle un gran audio a las canciones.
Tras el DVD en vivo del 2016 “Sinergia” y luego de encadenar una gran cantidad de shows, Cirse continúa nutriéndose del rock alternativo más maduro y alejándose de aquel punk melódico cargado de angustia adolescente que plasmo en sus primeros discos.
La banda integrada también por Gabriel Leopardi en guitarra, Ziva Leopardi en bajo y Martín Magliano en batería, continúa evolucionando con un disco cargado de buenas canciones y con una paleta de colores más amplia.
El disco abre “Consecuencias” donde las guitarras de Gabriel Leopardi y la voz de Luciana Segovia, que se montan sobre una melodía más cruda con cierta carga de angustia que mantienen el espíritu tradicional de la banda. Esa línea se mantienen en Otra vida”.
Mientras que en “Desaparecer” Ziva Leopardi desde el bajo y Martín Magliano desde la batería arman un groove bien alternativo, la guitarra busca nuevos climas del rock alternativo para una canción que muestra la constante búsqueda sonora de la banda, en una logradísima canción con muy buena letra de Segovia.
Cirse muestra su línea dura en la canción que da titulo al disco donde Segovia comparte las voces con Corvatta de Carajo, que en su letra castiga a los líderes mesiánicos. El tema arranca con buen groove de Ziva Leopardi y Magliano, sobre el que se monta la guitarra ardiente de Gabriel Leopardi. Corvatta le pone una cuota de rap en su fraseo y la banda muestra su lado más Faith No More, con un tema que es furia desatada.
“Un intento más” tiene un notable trabajo instrumental con la banda tejiendo una melodía dark, oscura en la línea de The Cure o en los Deftones influenciados por Robert Smith, con una letra bien existencialista de Segovia, que se luce junto a todo el equipo.
En “Rutero” la banda lleva a Segovia en caminos de los primeros Queens of the Stone Age con mucha rabia, velocidad y potencia. En “La Respuesta” vuelve a primar la velocidad y Cirse se convierte en una maquina arrolladora sin desperdiciar una nota para lograr una buena canción.
“Placebo” que cuenta la historia de una chico cuya madre lo entrega adopción porque no tienen como mantenerlo y dinero para vivir, es una veloz canción, con una trabajada melodía, y Segovia desde la letra hace que las aristas se toquen con las historias de los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo.
Mientras que en “Seguir peleando” la banda vuelve a la melodía sin perder un ápice de potencia, con un lucimiento del groove de la base, para darle el cuerpo de un himno a una canción que Segovia cierra con una letra optimista en la que invita a no aflojar y a no desmoralizarse.
Cirse vuelve a mostrar que la búsqueda para ampliar su paleta sonora le da resultados positivos como en “Dame un motivo” que tiene un atmósfera del mejor ñü metal, un rock alternativo melódico, donde Segovia es muy bien acompañada en una romántica canción por el rapero argentino Emanero.
“Remolinos” también arranca acústica con interesante trabajo de teclados y sintetizadores y sobre ellos la voz de Segovia coloreada con tonos dramáticos, mientras la guitarra va colando una suave melodía.
El disco cierra con la hermosa “Demonios” a dos voces entre Gabriel Leopardi y Luciana Segovia con muy buen trabajo de la base y de los teclados llevando una melodía lenta, mientras la acústica teje arpegios.

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MUÑECAS – “MUÑECAS”

Segundo trabajo de esta banda rosarina, que comenzó con desparpajo metiendo pizcas de glam rock, brit rock y que ahora de la mano de Tuta Torres como productor, bucea en aguas del pop y el rock al estilo de Babasónicos, banda en la que el ingeniero de sonido toca el bajo.
El primer tema es “Un robot” que abre con un riff primitivo enloquecido, sobre la cual se monta la voz procesada de Fabricio Zero que además junto a Marcos Ribak meten unas guitarras provocativas, cachondas, sucias, con toques de glam rock sobre la base armada por Manuel Camarasa en bajo y Daniel Menegozzi en batería.
Los teclados de Pablo Cravzov se suman en “Al aterrizar” que tiene las guitarras unos pasos atrás, la base bancado la canción con un buen groove, mientras Zero canta provocativo en un retrorock con aires bien british.
“Tu lugar en el espejo” arranca con música de calesita, que luego se convierte un beat bien sixties que recuerda los primigenios Gatos con un buen trabajo de voces y lindos arreglos de teclados que recuerdan a un farfisa.
Los punteos de la guitarra que abren “Acto de fe” tiene airecitos western a lo Ennio Morricone y sobre él se apoya la voz durante casi un minuto hasta que el resto de la banda entra en un rock más chirriantes, bien a lo White Stripes, con melodía. Los teclados juguetones abren “Alma Divina” que se convierte en una espacial balada que recuerda a Babasónicos.
La influencia del grupo liderado por Adrián Dárgelos también se percibe en “Marejada”, más pop, mientras que “Pepona” es una canción a guitarra y teclados, casi sin acompañamiento del resto de la banda. El influjo rockero regresa en “Cowboy (Superstar)” que recupera la línea más glam, con un riff bien pegadizo y la voz avanzando en estilo provocativo.
En “Reina” el grupo tienen un clima más latino, romántico que luego se torna pop en un clima cercano a la etapa solista de Bryan Ferry. El clima más romántico continua en “Tanto Glamour” apoyado por una batería bien ochentosa. Muñecas cierra su disco con un electro funk con un pegadizo groove “Aleli”.