«La Mississippi» presenta «Criollo»

La MIssissippi volvió al ruedo con nuevo disco, mientras que la cordobesa Sol Pereyra publicó su trabajo «Prendete» y el grupo necochense «El Plan de la Mariposa» muestra una amplia paleta de colores con instrumentos de cuerdas como violín y cello, además de bronces y aerófonos del folclore local.

LA MISSISSIPPI – “CRIOLLO”

Nuevo disco de la banda de blues y rock, que en esta ocasión recupera su gusto por los ritmos bien negros a los que les suma country, western, blues sureño y honky tonk.
“La Montaña” abre el disco con sonido gordo, de rock sureño, con la base grave al frente, los Hammond adornando la melodía y la voz de Tapia es la que si remite al blues, mientras que en “Mala Memoria” dedicada esos amigos e ídolos a los que les fama les cambia la cabeza y le hace perder contacto por la realidad, la banda retoma su estilo más tradicional con un buen trabajo de Gastón Picazo en teclados y de las guitarras de Gustavo Ginoi y de Tapia.
El bajo y la batería van al frente junto al piano en “Promesas del ayer” donde Tapia se pone en la piel de un hombre que olvidad con facilidad sus promesas de amor, mientras la banda le escapa al sonido clise del blues para armar algo más de salón, vinculado más con Nueva Orleans que con Chicago, aunque la guitarra le ponga suciedad a la noche.
“Cuando el corazón te guía” es una muy bien trabajada balada rockera, con un interesante trabajo de las guitarras. En “Criollo” Tapia endurece la voz, la banda mezcla el blues campesino, con el country y lo tamiza con un hard rock leve, con una letra bien rutera, que bien puede calzarle a una zamba o una chacarera, muy bien arreglado con un interesante punteo de guitarra.
“Odioso” es un rockito bluesado de macho domesticado que dejo las noches largas en el pasado y colgó el rock de un perchero, mientras la guitarra busca despertarlo con un buen solo. En “Que onda wey” la Mississippi se mete en un léxico mexicano para contar la vida de un exiliado argentino en el DF, mientras los instrumentos lo meten en un blues bien urbano. La pedalera de la guitarra abre la paleta para un funky rockero con tamiz de blues de salón en “Cuando vos no estas” que tiene desde la mitad de la canción interesantes arreglos de teclados y punteos de guitarras.
“Tarde para hablar de amor” es un blues de amores ferroviarios, bien del Roca o el Sarmiento recorriendo paisajes del Conurbano para darle vueltas a los amores sin la psicosis urbana que supone la gran Capital.
El disco concluye con “Los caminos” otro blues bien rutero, con un gran punteo de apertura de la guitarra.

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SOL PEREYRA – “PRENDETE”

El disco comienza con el beat pegadizo de “La impositiva”, un buen groove del bajo y una guitarra funky escondida y la cordobesa pela una veta más de rock alterlatino bien dura, con buenos arreglos de bronces, con la compañía en coros de Muchachito Bombo Infierno.
Para “Brillar” esta maquina sonora que Sol armo en Mexico se pone más electrónica, maquinosa, más electro, con un medio tempo romántico, dulce y bien pegadizo.
“El elefante” arranca prometiendo baile y la base es puro R&B tamizando hip hop y funky, con una base bien power, mientras Sol va rimando con estilo, mientras que el estribillo lo adornan buenos arreglos de bronces. En “De otro planeta” la apertura esta cargo de los bronces y Sol le mete cumbia de repartiendo un 50 por ciento para argentina y otro 50 por ciento para la mexicana de los Ángeles Azules, con cierto basesita reggae.
El reggae bien alterlatino resurge en “Los zombies” donde Sol invita al pogo, a mover la patita y no aflojar con la cadencia. “Amor imposible” es un funky con el beat bien marcado, juguetón, bien arreglado.
“Flores salvajes” es un himno feminista, bien arreglado en ritmo reggae, pero con Pereyra rapeando y rimando encima como buena hip hopera. “Prendete” tiene ritmo funky, hip hopero y algo de rock alterlatino con Pereyra invitando a no dormirse y a moverse para lograr los cambios necesarios.
“Conejitos” es un rock alternativo bien pegadizo poguero, con una gran melodía de las guitarras y Sol Pereyra sacando la Debbie Harry que lleva en su cartera. “En “Vamos Dale” la guitarra se pone salada chirriante y la base pone un groove bien funky bailable, mientras Sol va jugando más en el estilo alterlatino que tan bien funciono en los 90.

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EL PLAN DE LA MARIPOSA – “DEVORANDO INTENSIDAD”

Proyecto colectivo surgido en Necochea en el seno de la familia Anderson de la cual provienen cinco de sus integrantes Sebastián Andersen en voz, Valentín Andersen Carmody en guitarra y voz, Máximo Andersen Carmody en teclado, acordeón y programaciones, Santiago Andersen en violín y guitarra, Camila Andersen Carmody en voz, Julián Ropero en batería y Andres Nör en bajo.
La primera canción “El riesgo” abre con sonoridad de los 80’s a partir de las bases y los acordes de guitarra, aunque recuerdo a la búsqueda del genero canción rock argentino que lleva adelante Estelares o Ella es tan Cargosa. Esa línea se mantiene con una melodía más pegadiza en “Mar Argentino” con un interesante de la vida en las ciudades de la costa atlántica del país, con un logrado estribillo y un muy buen trabajo de los teclados acompañando todo.
EL grupo además amplia la paleta de colores con instrumentos de cuerdas como el violín, el cello, además de bronces y aerófonos del folclore local.
“Invierno nuclear” tiene otro color más crudo, con la guitarra chirriante, y la letra advirtiendo medio en broma sobre el camino de locura que conduce a la humanidad a un holocausto. “Cómo decir que no” vuelve a las sonoridades de los 80 pero en un caminos más cercano del electro-pop desde las bases y los trabajos de los teclados y el solo de guitarra del final junto a los arreglos de cuerdas.
“Cruz del sur” tiene un inicio a piano, un comienzo bien beatle dedicado a la Estrella que por siglos ha guiado la actividad de los amantes del mar, con un buen acompañamiento de los teclados. “La Vida cura” mantienen el camino pop pero más actual, con un interesante arreglo del acordeón, sobre un beat de música celta y la voz invitando a abrir las mentes y a la apertura cultural. En una línea más cercana a los primeros discos de La Portuaria surge “Semilla del alma” con mezcla de ritmos folclóricos de diversas partes del globo, los arreglos de acordeón y la batería dándole un ritmo de marcha más orgánica. “Niño abuelo” es una canción de cuna. El resto del disco transcurre entre pop, ska, rock y varios melódicas.