Los discos de Mora Garcia Medici, «Güacho» y Valentina Cooke

«Chispa», el buen album debut de la cantante y compositora Mora Garcia Medici junto a su grupo; el trío stoner de La Plata «Güacho» con un nuevo trabajo de alta calidad con el título de «Volumen III: La Persistencia de la memoria» y la vocalista Valentina Cooke mixtura su gusto por el hip hop, el R&B, el soul y el funk con el poder de un combo rockero para cambiarle la ropa a sus canciones en el disco «Instinto Animal».

MORA GARCIA MEDICI GRUPO – «CHISPA»

Nacida en abril de 1992, la joven cantante, pianista y compositora Mora Garcia Medici formó parte de los dúos Viento Silocuento y JuandeMora y del ensamble femenino vocal Baluma Trío. Colaboró con el Cuarteto Argentino de Saxofones (C.A.S) en el proyecto “ Con Aire al Cuchi, ” que contó con arreglos de Lilián Saba, Pollo Raffo, Guillermo Klein, Juan Quintero y Fernando Tarrés. También participó en el Coro “Carlos Lopez Buchardo” (UNA). Actualmente integra el Grupo de Canto Coral (GCC) dirigido por Nestor Andrenacci, agrupación con la que recientemente ha presentado en el CCK la ópera de Mariano Vitacco » El Sueño de Úrsula»; también participa como vocalista en la orquesta de música argentina y latinoamericana Juan Izkierdo Grupo y se desempeña como tecladista en el grupo Fenómenos Naturales.
En 2015 formó Terrario, proyecto musical que, con el tiempo, sumando saxofones a la instrumentación, pasó de cuarteto a sexteto, dando así origen al Mora Garcia Medici Grupo. Las composiciones – ocho de las nueve que integran el álbum son de Garcia Medici – y arreglos originales juegan entre la mixtura de distintos lenguajes sonoros, dándole un rol protagónico a la palabra que se expresa en forma de canción.Las letras de los temas, según Mora, » surgen de la necesidad de compartir una visión acerca del mundo y tienen entre sí un hilo conductor lleno de preguntas e inquietudes: qué hacer, cómo aportar, cómo develar nuestra esencia y que ella se refleje en todo lo que hacemos». Aparece, para enfatizar esta concepción, un breve poema de Juan Gelman, como también una letra de J.M.Castilla con música del Cuchi Leguizamón.
“Chispa”, su disco debut, es un claro reflejo de la fusión o el encuentro de varios estilos: canciones con aires de folklore, sumando espacios para la improvisación; la música como una sola.
El disco está co-producido por Alan Plachta y fue grabado por Pablo López Ruiz .Mora Garcia Medici Grupo lo completan Isaac Cevallos (piano), Juan Ignacio Sanchez (saxo alto), Camila Nebbia (saxo tenor), Joaquín Fridman (bajo) y Javier Fourcade (batería).

«CHISPA», PRIMER DISCO DE MORA GARCIA MEDICI GRUPO, PRESENTACIÓN: Sábado 23 de Septiembre en Oliverio Girondo, Vera 574, villa crespo, CABA. 21hs.
Más información en: https://www.facebook.com/Mora-Garcia-Medici-Grupo-262445624239100/

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GÜACHO – “VOLUMEN III: LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA”

Nuevo material de este notable trío de rock stoner de La Plata, una de las bandas de mayor crecimiento en la ciudad de las diagonales, que nuevamente vuelve a plasmar una obra atractiva, casi en formato conceptual con su amor por el rock bien setentoso, valvular y saturado, con ciertos toques psicodélicos.
Güacho está ricamente vinculada a bandas de la escena argentina como Los Antiguos, Las Sombras, la Patrulla Espacial, los Picaporters, Poseidótica, Ararat y otras que conforman una generación de grupos que mezclan su gusto por las bandas de los 70 británicas como Black Sabbath, que hicieron de los riffs, la saturación y el cuelgue un espacio para jugar.
El álbum comienza con “Días pasados” valvular y saturada con un groove que engancha del bajo y la guitarrea riffeando sobre todo el cúmulo instrumental con la voz procesada bien a los 70, un poco más baja que todo el resto del audio. Un gran tema de apertura.
Un riff pegadizo, casi idiota, abre “El idioma de los bosques”, con una gran labor del bajo de Joaquín Castillo colgado sobre la batería de Hernán Torres, mientras Shaman Herrera se suma a la voz Lisandro Castillo para entregar una hermosa canción bien hard rockera, cercana al viejo Black Sabbath con un vuelo mitológico en su letra con momentos de calma que le dan paso a los azotes de la guitarra y a la furia de la naturaleza encarnada en esta canción, una de las más largas del disco.
“Las almas dormidas” se inicia con riff pegadizo, la banda convertida en una máquina que avanza sin ceder un centímetro, con el bajo saltando encima de la guitarra y la batería sonando bien setentas pero demoledora, una fuerza que queda demostrada en el transcurso de la canción cuando un notable pasaje instrumental te envuelve en una locura rutera.
La furia y la velocidad y búsqueda rutera se mantienen en “Problemas sin solución”, que arranca con un riff demoledor y la banda se vuelve a lucir notables pasajes instrumentales, valvular, con olor a madera bien saturado.
La cadencia es más lenta y tortuosa en “Luz mala”, donde la base se luce con un groove siniestro, mientras la guitarra dibuja arabescos. El trovador patagónico Shaman Herrera, platense de adopción, vuelve a aportar su voz grave para “La Guerra grande” en un tramo de la canción en que todos se apoya en la percusión para darle paso al cuelgue de la guitarra.
Güacho trae de los setentas las canciones divididas en dos partes con “Droga del anochecer: No te dejes engañar” que abre bien colgada con la voz procesada que se queda solo, mientras el resto de los instrumentos bajan su volumen. En esta canción aporta su voz Lucas Finocchi, guitarrista y vocalista de Mostruo, otra interesante banda de la Plata, lo que le da a la canción aires bien setentistas. La segunda parte es “Droga del anochecer: No nos deja olvidar” que arranca con un cuelgue psicodélico aportado por la base y los teclados de Julián Rossini en un interesante instrumental bien delirante.
Este interesante disco se cierra con “El espinazo de la noche” que arranca con aires de zambas, con un punteo muy bien trabajado de acústica y luego va virando al blues más antiguo y valvular en un final calmo y relajado pero no por eso menos oscuro.

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VALENTINA COOKE – “INSTINTO ANIMAL”

Nuevo trabajo de esta vocalista que mezcla el soul, el funk, el hip hop y el R&B y que en esta ocasión acompañada por un power trío se anima a arrojarle pizas de furia punk, metalera y rockero a su gusto por la música negra con letras de un interesante contenido social.
El disco abre con una “Como el fuego” que por momentos tiene a la instrumentación cerca del rock industrial aunque las voces de Cooke remiten inmediatamente al hip hop y al R&B, aunque las guitarras bien poderosas y distorsionadas recuerdan a la primer época de Linkin Park.
Cooke se acompaña por Lobos, un trío bien groovero y rockero que conforman Karim Benegas en guitarras, Lucas Honingham en batería y Guido Duran en bajo, con el apoyo de guitarras y sintetizadores de Gaspar Benegas, quien produjo el disco.
“Niña” abre bien rockera con la batería sosteniendo un buen groove con la base y arabescos de la guitarra junto al piano y la voz de Cooke seduce nuevamente con en un R&B que la tiene recitando en plan hip hopero. Con un interesante intermedio de funky duro con el bajo copando la escena y la guitarras entrando y saliendo hasta que sobre el final solea y acompaña un gran despliegue de la voz.
En “La Respuesta” las voces negras copan el centro de la escena y sobre maquinas y una base bien poderosa, Valentina mezcla rima con entonación, mientras la guitarra amenaza con la distorsión, mezclando el rock con el hip hop. En su letra, Valentina recuerda su vida en el la Patagonia, dura, con momentos de desocupación y dolor.
En “Rojo” las frituras recuerdan al disco de vinilo, la guitarra copa todo con un estilo reggae, Valentina pone una pronunciación mas dub, mientras una segunda guitarra va aportando toques de distorsión. “Vivir y dejar vivir” tiene el estilo bien R&B cruzado con el hip hop con una base a tracción humana con un buen groove, con una letra sobre lo inhumano de la vida moderna y con un estribillo que vuelve a cruzar a Cooke con las bandas que a principios del Siglo XXI mezclaron el metal con el hip hop.
“Dioses Sin paz” arranca con la criolla, la voz suave y encantadora de Cooke, mientras una eléctrica dibuja arabescos con locuras de fondo, hasta que la base se sube a la canción en una muy linda balada. “Instinto Animal” tiene a Valentina Cooke siendo la versión femenina de Zach de la Rocha y toda su banda transformada en Rage Against The Machine crudísima, poderosa, enojada, rabiosa, con la base sosteniendo todo con un groove descomunal. La que le da titulo al disco, es una gran canción. Más melódica y lenta, “Despierta” sigue esa línea, mientras la voz de Cooke vuelve a una línea más hip hopera.
El disco se cierra con la hermosa “Canción para Lucía” dedicada a la joven marplatense Lucía Pérez de 16 años, secuestrada, violada y asesinada en 2016, y se que convirtió en un símbolo de la lucha del “Ni una menos” y de todos los colectivos femeninos. Acompañada por cuerdas, Cooke elige que su voz transmita todo el dolor y la angustia de esta canción.