Ricardo Iorio lanzó su tercer disco solista con muchas sorpresas

El líder de Almafuerte, editó «Atesorando en los cielos», donde mezcla homenajes a bandas claves del heavy metal, covers de V8 y Hermética, canciones y varias perlas. Además, «Máquina del tiempo», el álbum debut de Juan Forche junto a Los compañeros del vino llega en una edición artística de lujo, con un formato sorprendente de 20 x 20 cm; los chicos de Al Queen debutan con «Hotel Paraíso», un disco provocativo, rockero, que camina entre el glam y sonidos más modernos y «Dorado», banda del sur del conurbano, presenta su segundo álbum, con un pop delicado.

RICARDO IORIO – “ATESORANDO EN LOS CIELOS”

Tercer disco solista del líder de Almafuerte, que en esta oportunidad decidió asociarse con la virtuosa guitarrista de heavy metal Carina Alfie para lanzar un álbum donde se mezclan clásicos del genero, reversiona canciones de V8 y Hermética, canciones propias y varias perlas.
El disco abre con “Guitarrera” una canción de ese estilo que el propio Iorio ayudo a crear que es el heavy metal nacional, en el que mezcla el ritmo más duro con una letra muy criolla, bien campera, resaltando a su co-equiper en este disco la guitarrista Carina Alfie y sus orígenes.
Iorio se pone en la piel del metal más clásico con ”Preguntando lo que todos saben”, su adaptación del tema “Wondering What Everyone Knows” del grupo británico Budgie, uno de los pioneros del genero y contemporáneo del primer Black Sabbath.
Iorio busca un tono parecido al de León Gieco, mientras la base conformada por Bin Valencia en batería y Marcelo Bray en bajo, sostienen los arpegios y armonías de Alfie, que luego despliega un solo clásico estupendo.
Hermética, uno de los grupos fundamentales del heavy local que Iorio formó, recupera nuevos aires con la versión de “Robo un auto”, donde el ex líder de la banda anta en ese tono aguardentoso que lo caracteriza, mientras Alfie hace tronar las seis cuerdas con mucho poder para meter, inclusive, un solo casi depredador.
Con la participación de Joana Gieco en teclados, aparece la primera gran sorpresa del disco, Iorio interpretando al exitoso dúo pop sueco Roxette al tomar “I Don’t Want To Get Hurt” y convertirlo en “Quiero ser como usted”.
La canción tiene un inicio de metal clásico con la base marcando con mucho poder la marcha, la guitarra de Alfie arrancado acordes bien fuertes, Iorio canta amansado, sin perder un ápice de su garra, mientras la guitarrista comienza a tejer una armonía y melodía en torno a la voz del cantautor rockero, hasta darle un final épico a la canción.
La veta más metalera vuelve con un tema bien Iorio, “The Krochik”, que compuso junto al veterano del rock nacional Miguel Krochik, donde el ex bajista de V8 rescata el valor de la amistad y la lealtad, mientras Alfie y el resto de la banda visten a la canción con un gran despliegue, mucho poderío y una gran melodía.
“Justo que te vas” tiene un arranque más progresivo en la guitarra de Alfie, Bin aporrea su batería unos segundos, y todo vuelve a la calma cuando Iorio la canta encendido con toda su garganta, con aires de balada, ya que el rockero cantautor parece dedicarla a un familiar o un amigo que viaja a otro país.
Luego aparece Black Sabbath una banda esencial para Iorio en su carrera y el líder de Almafuerte canta “No Me Cambiarán” adaptación de “You Won´t Change Me”, tema del disco “Technical Ecstasy”. La banda suena ajustada, pone mucho en juego y Alfie se hace cargo de los climas creados por Tony Iommy, mientras Iorio le pone dramatismo a la interpretación en una versión, densa, oscura, pero bien metalera, en uno de los temas más largos del disco.
La pasión de Iorio por la inmensidad geográfica y paisajista de la Argentina se pone en evidencia en “De mi rumbear al sur” donde homenajea a la Patagonia con un comienzo a guitarra criollo y eléctrica entre Alfie y Alvaro Villagra, ingeniero de sonido del disco.
La canción tiene aires bien de fogón folclórico y muestra a ese Iorio al que todos sus amigos suelen elogiar y ponderar, un músico que emociona en los momentos más calmos, cuando la noche ya cayó y el vino acompaña la velada.
Beto Zamarbide, otra de las figuras del heavy metal local, le pone voz a un clásico de V8, banda que compartió con Iorio, “Ideando la fuga”, que suena arrasadora y demoledora, en un estilo muy speed y trash metal.
Hermética vuelve a aparecer en el camino que recorre esta disco y es con la canción “Otro día para ser” en una versión poderosa, bien lenta pero solo de su intro, y así poder darle paso al cierre del álbum con la versión instrumental del tango “Uno” de Mariano Mores.

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JUAN FORCHE y Los compañeros del vino – «MÁQUINA DEL TIEMPO»

«Máquina del Tiempo» es el álbum debut de Juan Forche junto a Los compañeros del vino.
Nacido en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, el cantautor, docente y productor Juan Forche, es miembro fundador de la banda de rock Sai Amet desde su adolescencia. Continuando con las presentaciones de ese proyecto, en 2014 decidió, paralelamente, registrar en estudios un primer trabajo solista; así nació Máquina del Tiempo.
Conformado por trece canciones originales, este primer álbum de Juan Forche fue grabado junto a Los compañeros del vino: Juan Martín Zícari, Leandro Vargas, Carla Vazzana y Ariel Gayoso.
Editado a fines de 2014 y grabado durante ese mismo año en Resiéntelo Estudios, bajo el trabajo técnico de mezcla y masterización de Alejandro Pugliese y Salvador Ballesta, el disco cuenta con la participación de Tomi Lebrero, Alejandro Balbis y Peyo Campoliete, más el Set de cuerdas integrado por Mauro Turone, Daniela Bernat y Emiliano José Leiva.
Esta opera prima llega en una edición artística de lujo, en un formato de 20 x 20 cm, ilustrado y diseñado por el artista Nicolás Corcos.
«MÁQUINA DEL TIEMPO» será presentado en vivo el domingo 7 de Junio, en Café Vinilo, Palermo, CABA.

https://www.youtube.com/watch?v=HfDgqB2thbM

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AL QUEEN – «HOTEL PARAÍSO»

Los Al Queen sorprendieron a todos en 2012 con su EP «Transmutable» que tendía puentes entre el glam rock, ciertos elementos punk, sonidos a los Iggy Pop, los New York Dolls, algunas cosas de Hanoi Rock y los primeros Guns N’ Roses, pero le daban una patina moderna con mucha participación de las maquinas.
Tras recorrer los principales locales de rock de la Capital y el Gran Buenos Aires, Al Queen se metió a estudios a grabar su primer disco y salio de ella con un puñado de canciones que sorprenden, invitan a bailar, poguear ya rock en sus shows, caracterizados por la excelente puesta en escena, el maquilla y el gran vestuario que lucen.
«Noche» abre bien riffera, rockera, pegadiza, con una base más trabajada, con jugueteos glam, y acordes de guitarra de Alky Alkaraz más chillones, mientras la voz de Ariel Paradiso busca la provocación y el cachondeo.
Las máquinas, una base procesada al igual que la voz surgen en «Bikini», donde la banda elude el sonar como una repetición del soft metal de los ’80 y prefiere jugar con la modernidad, mientras las guitarras se mete en acordes pegajosos sobre un buen groove y el cierre es con acordes de teclado a lo «Blah Blah Blah» de Iggy Pop.
«Culito» tiene aplausos desde el inicio un riff que te hace mover los pies y un juego circular, porque las colas latinoamericanas son las mejores del Mundo. Las más turgentes y cachondas y la canción puede darle banda de sonido al mejor Bikini Open o al Premio Bum Bum que otorgan los brasileños a las mejores nalgas.
Rock cachondo, hedonista como hacia rato no se generaba es que el que trae Al Queen que pide piste y aterriza y te invita a poguear y saltar en el mosh con «Inconsciente». «Linda Drogada» es puro desparpajo e irreverencia con una base bien rockera, más lenta, más cadenciosa y corta.
Mientras que «Cuidade» abre con un rulo de batería, la guitarra aguda arrancado chillidos, y la base que va ganando cadencia en un medio tempo más romántico. «Nos queda cuidarnos» es más post-punk, más new wave desde su riff y el sonido de la guitarra que recuerda a algunas viejas cosas de Blondie.
La base se torna más gorda y grave con arreglos de los teclados en «No hay paz», que recuerda cierta atmosfera a Virus, pero también cositas del Iggy Pop que destrozaba las noches de los 80 tocando con el Sex Pistols Steve Jones.
En «Besos a todos» las maquinas primerean, la guitarra busca el funky y la banda se pone más dance y deja el rock para minutos más tarde. Ese clima menos rocanrolero pero siempre con la presencia de la guitarra sigue en «Ya no queda nada» en donde la base conformada por Fernando Goncalves en batería y Alvear Ferreira en bajo arman un groove bien pegadizo, y le dan sustento a Paradiso y Alkaraz para armar un rock bailable.
«Hotel Paraíso» abre a piano y a guitarra acústica y la voz de Paradiso susurra mimosa, con la banda jugueteando en ciertas ciertas estrofas para armar una balada vestida de manera diferente

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COMO DIAMANTES TELEPÁTICOS – “DORADO”

Segundo disco de esta banda del sur del conurbano bonaerense que elabora un pop delicado, cuidado, que te envuelve en mucho ensueño y en climas lúdicos, y hasta fílmicos, con mucha prestancia.
CDT esta formado por Fernando Centurión en guitarra y voz, Ignacio Brizuela en batería, Lola Linares en teclados, Mariela Centurión en voz y teclados y Paul Ock en bajo y en el 2011 editaron su primer CD que puede escucharse en el bandcamp de la banda.
El disco abre con la más electro-pop “Aviador” con la voz de Fernando Centurión al frente que narra un encuentro romántico en la casa de un piloto. Más guitarrera es “Soñar Soñar” que abre bien brit-pop con la voz de Mariela Centurión, que toma colores bien indie, con una base bien presente al igual que la guitarra.
CDT trae en sus canciones esos paisajes otoñales de la zona sur del conurbano bonaerense, siguiendo la línea del Ferrocarril Roca, zonas arboladas, de empedrados, casitas estilo chalet, poleras y bufandas.
“Reloj de arena” se inicia con un melancólico piano, pero le da paso a una base bien pop para generar una bonita canción, una gema del disco, bien pegadiza, con un estribillo a dos voces bien armado.
En “Avión Dorado”, Mariela Centurión le pone una voz bien indie al estilo de al olvidada Suzanne Vega, mientras rasguean una acústica, y a la eléctrica le arrancan acordes oceánicos, casi marinos, con algunos juego de percusión que la llevan a un final en donde aparece el resto del grupo.
“Todos ellos” es de lo más rockero del disco, con un riff bien pegadizo, la base bien marcada y la voz de Mariela Centurión cantando procesada cerca del grito y la provocación, para meterse en un estribillo con ciertos toquecitos glam.
“Radioflash” tiene un comienzo con mucho acople y distorsión, bien shoegaze, mientras los sintetizadores juegan y la voz femenina le cambia el color a la canción y la convierte en una pieza casi beatlesca, siempre en el marco de la lectura que suelen hacer los Teenage Fanclub, con un estribillo bien pegadizo y un impecable cierre.
El disco cierra con “La Música” que tiene un largo inicio instrumental que va de lo progresivo a lo noise, hasta que sobre una base con un groove bien al frente y los acoples arrojando rayos y centellas, se suben las voces, para armar un par de estrofas, que se vuelven a repetir al final de los casi 8 minutos que dura la canción que ya viro a un tono decididamente psicodélico.