Robbie Williams regreso en gran forma con «The heavy entertainment show»

MIRÁ EL VIDEO. Mientras, en la Argentina el trío Las Diferencias confirma su perfil de gran banda con su segundo disco «Al borde del filo».

ROBBIE WILLIAMS  – “THE HEAVY ENTERTAINMENT SHOW”

El exitoso artista británico Robbie Williams regresó a las bateas con “The Heavy Entertainment Show”, un disco que se encuentra más cerca de su lado más pop, con ciertos toques modernos que de aquellos discos más rockeros de los comienzos de su carera.
Con esta nueva placa, el ex Take That se mantiene en el podio de los líderes de la música moderna, pero lejos de ser un paquete sin contenido, le agrega letras y mensajes personales a la música mainstream.
“Soy hermoso, soy increíble, amo a mi vida”, canta en “Love my life”, una pieza que bien podría ser considerada narcisista, pero que, alejada de esa primera impresión, desnuda el alma de un hombre que se sumergió en lo más oscuro de los excesos.

Con “Mutherfucker”, el niño dorado del pop británico retoma el camino trazado con el inolvidable “Come Undone”, en el que pone blanco sobre negro la destrucción de su propio cuerpo a través de las drogas, el alcohol y las noches de lujuria.
Hoy padre y marido, la soulera “Pretty Women” dedica su letra a esa mujer por la que él deja todo y a la que enamora con el carisma y la galantería que un ser tan enamorado de sí mismo puede mostrar.
El disco arranca con la canción homónima del título del álbum, en el track más similar a la etapa más rockera de cantante, reconocible por “Let Me Entertain You”, el clásico con el que entró, en el show récord de Inglaterra, en helicóptero ante 120.000 personas.
A través de estos años. Williams pasó por etapas de ostracismo, despegues triunfales y discos que juntaron grandes éxitos con canciones olvidables.
Es difícil que pueda conseguir reproducir sucesos como los de sus primeros álbumes, sobre todo en un estilo musical que se encorseta a sí mismo.
Además, Williams escribe y compone sus propias canciones, lo cual lo diferencia de las grandes estrellas pops, que culminan siendo la imagen de un producto pensado y armado en un estudio por un ejército de productores.
Sin embargo, este cantante amigo de los hermanos Noel y Liam Gallagher acude a varios amigos y músicos para cerrar sus canciones, como el notable cantautor canadiense Rufus Wainwright, el estadounidense John Grant, Brandon Flowers de los Killers y su eterno colaborador Guy Chambers.
Esto le aporta una mirada más flexible y no tan acartonada, como suele suceder en otros artistas del género que, por lo general, se transforman en un “one hit wonder”.
Así, “Heavy Entertainment Show” se pasea por el soul, el funk, las baladas (no tan bien logradas como “Feel”) y la canción estadounidense al mejor estilo Frank Sinatra (“Hotel Crazy”, junto a Waingwright), dejando un disco conciso y muy superior a los que el cantante inglés en los últimos seis años.

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LAS DIFERENCIAS – “AL BORDE DEL FILO”

“Al borde del filo” es el muy buen segundo disco de la banda stoner y garagera Las Diferencias, ese trío de chicos de apenas veintitantos que apareció en 2013 con su elogiado disco debut “No termina más” que los puso en el centro de la atención como una de las gemas más atractivas de la nueva escena rock era argentina.
La primera canción del álbum es “Morder el Polvo” que empieza con el baterista Nicolás Heis iniciando un groove desde los platillos, luego el bombo a los que se suma el bajo de Alejandro Navoa y sobre ellos Andrés Robledo monta un riff pegadizo, casi idiota y su voz se escucha en los vacíos musicales recordando algunos momentos de los White Stripes con momentos muy setentosos que bien podrían estar incluidos en el compilado “Nuggets” donde aparecían las bandas del garaje rock y de un seminal punk estadounidense.
“Emoción y Velocidad” es puro Black Sabbath con guitarra y bajo saturados, un riff pegadizo, la voz de Robledo recordando al joven Ozzy, mientras Heis le da un toque bien setentas a su batería, con un final cargadísimo y pesado.
El disco no da tregua, Robledo mete unos teclados espaciales al inicio de “Al borde del filo” y grita irreverente y provocador sobre una batería aporreada en un estilo más Maureen Tucker que el estilo más tradicional, para luego cargar con un riff tormentoso, con una letra rutera que invita a caminar por el lado salvaje aunque sea en medio del campo.
“En “Otro destino” el riff te lleva a saltar, mientras la base grovea y Hais vuelve a realizar un trabajo notable desde las parches conduciendo a la maquina enloquecida que es Las Diferencias por un camino alejado de los clishes y los lugares comunes junto al bajista Navoa.
“Imaginación” tiene sintetizadores espaciales acompañando la voz de Robledo y al resto del grupo que van por una balada blusera, donde justamente los teclados reemplazan a la guitarra y la base sostienen toda esta gran canción de apenas un minuto y 36 segundos. Pura celeridad garagera.
La línea más calma sigue en “La llama que abre con un punteo country y desértico y la muy buena idea de que a Robledo lo acompañe la voz de la cantautora y bajista Nathalia Cabrera en una balada muy bien trabajada, alejada de los cánones tradicionales de las canciones lentas. Además Robledo se luce con un trabajo magistral en la guitarra.
“Solo queda la azar” tiene un riff blusero y un clima que trae climas del mejor rock argentino de los ’70, al que Las Diferencias le rinde un especial homenaje, en una canción de gran factura en la que Robleda vuelve a usar el tonito provocativo para cantar. “Pierdo el control” mantiene ese clima de blues semi stoner, sin tanta saturación con la voz bien al frente y un cierre con un duelo entre la base y la voz con los riffs de Robledo hasta el final.
“El futuro” es un blues lento, con un gran trabajo de la guitarra, el bajo y buenos arreglos vocales con una letra en la que Robledo se envuelve en ruegos y la desazón por un amor perdido.
La saturación y la escuela stoner vuelven en “Privado de la Libertad” donde Las Diferencias vuelven a ser una maquina veloz enloquecida avanzando como esas construcciones automovilísticas apocalípticas que se ven en Mad Max, pero no en un desierto australiano sino en Plena Purmamarca, en una afiebrado y delirante trip frente al cerro de los siete colores, en el tema más largo del disco, con apenas 5 minutos.
Robledo saca a relucir la sinergia entre sus dedos y las seis cuerdas en la apertura de “Misterio” una atípica y romántica balada, cargada de emoción y pasión, con un gran punteo, pero con la base marcando distancia de las empalagosas melodías que se escuchan en los rankings de las FM tradicionales. De esta manera, Las Diferencias le da un gran cierre con un par de minutos finales a puro brillo instrumental.