Rodrigo Dominguez muestra su excelente relación entre lo escrito y lo improvisado en «Limón»

Además, Paula Maffia, integrante de Las Taradas y de la Cosa Mostra, descolla como solista en «Ojos que ladran»; los HuecoCielo reunen un disco y un ep en un CD doble donde se mezclan el rock stoniano, el glam y el country más alternativo; Cuatro.Tres.Dos, en su primera producción, optan por un rock elaborado con elementos del folclore y de la psicodelia y el power trío chileno «Sangre de Toro» también edita su primer trabajo: «Uno».

RODRIGO DOMÍNGUEZ – «LIMÓN» 

Rodrigo Domínguez es uno de los músicos más activos e influyentes de la efervescente escena jazzística de Buenos Aires. Miembro fundador del Quinteto Urbano, grupo que marcó un antes y un después en la escena argentina, participó de innumerables proyectos: Mariano Otero quinteto y orquesta, Juan Pablo Arredondo quinteto, Fernando Tarrés, Lucía Pulido y La Raza, Santiago Vázquez y La Grande, Juan Pablo Hernández quinteto, Hernán Mándelman sexteto, entre otros. Habiendo sido elegido varias veces Mejor saxofonista del año por la prensa especializada argentina,Dominguez lleva editados los discos Presencia ( junto a Rodrigo Dominguez Cuarteto), Soy sauce ( de la agrupación homónima, interpretando música de Luis Alberto Spinetta),Tonal ( junto a Ernesto Jodos y Sergio Verdinelli), Drop Dogs ( junto a Hernán Hecht y el legendario contrabajista norteamericano Mark Helias) y recientemente ,su quinto álbum, Limón, editado por el sello Kuai Music.

Integrado por nueve composiciones originales, el eje de este nuevo trabajo es la relación entre los escrito y lo improvisado. El cuarteto está formado por músicos de reconocida trayectoria: Ernesto Jodos, Jerónimo Carmona, Carto Brandan, con quienes Domínguez comparte proyectos y escenarios desde hace varios años. En palabras de Domínguez, el grupo ha logrado «una comunicación casi telepática». Esa fluída interacción se refleja a lo largo del disco, donde se advierte una cohesión notable.

«Limón» fue presentado el Viernes 27 de Noviembre en Thelonious Club y hay nuevas posibilidades de ver a Rodrigo Domínguez, el Jueves 3 de Diciembre en el Festival Mar del Plata Jazz, el viernes 4 de Diciembre en CCK y el viernes 18 de Diciembre en Virasoro Bar.

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PAULA MAFFIA ORGÍA – “OJOS QUE LADRAN”

Una voz de mil colores y sin límites, sumado a una gran variedad de sonidos y composiciones, es lo que Paula Maffía presenta en su nuevo trabajo «Ojos que ladran», esta vez bajo la denominación de Orgia a su nuevo combo, mientras sigue participando de Las Taradas y la Cosa Mostra.
La Paula Maffía Orgía esta integrada también por Carla Nicastro en batería, percusión y coros, Lux Pérez en trompeta, corno y coros, Natalia Sabater en acordeón y coros y Clara Testado en bajo.
Pero además tuvo como invitados a Lucy Patané en guitarra eléctrica y bombo leguero, Nahuel Briones en guitarra eléctrica y de nylon, Ignacia Etcheverry en guitarra eléctrica, Jazmín Esquivel en voz, Rosario Baeza en violín, Santiago Martínez en violín y Florencia Generaen cello.
Desde un comienzo, y a lo largo de los once temas que componen la placa, el disco no se despega del rock, pero agregándole varias tinturas de otros estilos, aportados, en su mayoría por el saxo barítono de Ignacio Czornogas.
Aires jazzeros, de world music y foxtrot soplan en «Ojos que ladran», sobre todo en la canción que abre la placa, «Palo de amansar», donde un bajo juguetón le hace de base a los juegos vocales, al borde del desgarro en los estribillos, que grita una letra en la que Maffía se planta.
Por momentos, el disco va hacia canciones que se presentan intimistas y en los que la melodía se lleva todo por delante, como en «Córcega», en donde la caudalosa voz juega con falsetes y pega saltos de octavas que le agregan estridencias a la guitarra.
En otros pasajes («La fina línea», por ejemplo), Maffía parece estar rodeada de una big band balcánica, en la cual el acordeón de Natalia Sabater se entremezcla con la trompeta de Marina Pérez y las infinitas armonías vocales.
«Ojos que ladran» es una sumatoria de texturas, sonidos y estilos que cierran la vuelta que siempre termina en el rock, con una voz arrolladora y una banda que acompañan a la perfección el color que Paula Maffía le da a las canciones.
El grupo es completado por Carla Nicastro, Pérez, Sabater y Clara Testado y el disco fue grabado en Estudio Urbano y masterizado por Braian Iele en Santa Cecilia.

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HUECOCIELO – “RESILIENTE-EP”En su quinto disco, esta banda que mezcla el rock de garaje con la psicodelia, la actitud glam de los primeros Stones, los Faces y los New York Dolls despide un álbum que tuvo formato digital y le agrega nuevas canciones en un EP, y todo en una caja doble.
La línea a mitad de camino de los Stones más irreverentes y garageros pasados por el tamiz de Johnny Thunders y David Johansen ganan la vidriera en “Nada más”, mientras que “Te voy a esperar” tiene airecitos más country rock, de acuerdo a lo trazado por el grupo integrado por Nicolás Lugano en guitarra y voz, Roberto Soriano en guitarra acústica, teclados y voces, Ezequiel Wilion en Guitarras y slides, Pablo Quiñonez en Bajo y coros y Javier Pizarro en batería.
La apertura es prometedora, buenas canciones, un gran trabajo instrumental y una voz con personalidad, con la actitud necesaria para este estilo, utilizando cierto desgano, o a veces un tonito a reviente.
El piano y una slide embellecen “Sensacional”, que toma un cariz más rockero con una estela a los Heartbreakers de Tom Petty, por la senda del perdedor con un final enriquecido por un solo de guitarra. “El Dique” es un puro rock sureño de buen gusto, con buenos arreglos de piano, la base bien acomodada en ese genero, y las acústicas marcando el tiempo, mientras la eléctrica y la slide entran y salen en buenos arreglos. Con Lugano sin sacarse los pantalones de ese estilo de cantar como al pasar, de madrugada cargadas de puro costo para pagar por una noche agitada.
“Huir del mundo” es puro alt. country con las guitarras aullando como gatos, el piano machacando como en una cantina, Lugano ronroneando hasta que una guitarra ensucia sanamente la canción con un solo.
“León” tiene un inicio acústico, Lugano sigue cantando en un tono parecido al de Facundo Soto de Guasones, en juego a dos voces con Héctor Camaño en una canción que vuelve a mezcla el country con el rock sureño, con un buen trabajo de la slide y del piano. “Error” recuerda por momentos al disco “Exile on Main Street” de los Rolling Stones, con la slide dándole un aire campestre.
Este álbum se cierra el rockero “Raro” bien arreglada con un riff de eléctrica al que lo sucede un interesante solo de una acustica. El EP que viene en otro CD, siempre dentro de la misma caja, abre con el caótico “Todo esta por caer”, más rockero, bien stoniano y sucio. “Nunca me fui” es una balada, un lamento rockero, con un estribillo épico, con un solo enardecido, doliente.
En “Escudo” los HuecoCielo buscan un camino más lento, más nocturno con interesantes arreglos del piano, siempre en una línea de muy buen gusto que los emparenta también con los Tindersticks, con un estribillo con aires épicos. “Pájaro azul”, basada en un poema de Charles Bukowski recupera los aires country, con la slide y las acústicas ganando el protagonismo, la base sosteniendo esos aires y la voz cargada de Whisky. “Vete de mi cuervo negro” compuesta por Luis Alberto Spinetta para el disco “Almendra II” tiene su versión bien country-western spaghetti, con una atmosfera que recuerda a Sergio Leone y te sitúa en uno de sus films.
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CUATRO.TRES.DOS – “ANIME”Primer disco de este trío de la Boca que mezcla el rock, el folclore, la psicodelia, el blues acústico con letras existenciales, paisajes urbanos en un interesante trabajo debut que fue producido por Hernán García, bajista de O’Connor.
El disco se inicia con la acústica en “Balsita”, un aporte suave de percusión, y las voces del guitarrista Javier Cibotti mezclándose en un canon con la de la bajista Jesica Abate en un lento andar hasta que la guitarra eléctrica se mezcla y la canción adquiere otros colores. “Animé” es un grunge acústico, con un gran trabajo de las voces y la fuerte presencia de la batería de Gustavo Barragán, hasta que la intromisión de la eléctrica le da visos de rock alternativo, con un colorido solo.
En “Floriendo», la percusión a cargo de Martín Pérez le da un color folclórico a una canción que suena desolada, solitaria, la historia de alguien que sostiene sus convicciones y su forma de vivir sin caer en modas y tendencias que rondan la ridiculez.
A lo largo de todas las canciones, el arreglo a dos voces de Cibotti y Abate es una de las características positivas de Cuatro.Tres.Dos como en “Interminable” donde la batería cobra protagonismo y la guitarra va dándole electricidad a un tema con claras señales alternativas.
“Persignando” es más rockero, la base va al frente y en el estribillo la banda gana en poderío, mientras que “Iguales” es un reggae con buen trabajo de la percusión, con la voz procesada y una letra con fuerte compromiso social. Un riff poderosos entrador marca el inicio de “Gigantes” que es puro rock alternativo seco y esa línea sigue en “Similares”, donde la banda se sube a la guitarra eléctrica que va marcando un camino más oscuro, más áspero, incomodo.
Cuatro.Tres.Dos decidió cerrar el disco mezclando el folclore con el rock, gracias a una percusión bien criolla y una eléctrica que va metiendo riffs y acoples en “Mantra”, con las voces de Cibotti y Abate haciéndose cargo de la canción.
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SANGRE DE TORO – “UNO”Primer disco de este power trío chileno que ya visitó la Argentina en varias ocasiones, con ese estilo en el que parten de un rock setentista, con base en el blues, para despegar hacia formatos para alternativos como el grunge o el stoner, con una gran producción sonora.
Con Felipe Toro en guitarra y voz, Johan Pasten en bajo y Andrés Silva en batería y producción, los Sangre de Toro arranca enojados y rabiosos con “Ruta Alternativa” donde se suman al pedido de la juventud chilena para que la clase política abandone la matriz que el dictador Augusto Pinochet les dejó trazada desde la Constitución.
Buenos y pegadizos riff, una base poderosa y groovera conforman “Carnaval” que habla de una fiesta a escondidas del sistema que los controla para que recuperar el control de las primaveras chilenas.
“Corazón de Hierro” recuerda a Alice in Chains, con esos riffs crudos, salvajes y demoledores de Jerry Cantrell y su juego de voces con el fallecido Layne Staley y ahora con con William DuVall, nuevo vocalista y segunda viola del combo de Seattle. La base es una maquina de hierro enloquecida que corre por el desierto norteño chileno.
“Sale corriendo” es una balada con un romanticismo a la antigua, el de los grandes cantautores románticos latinos como Agustín Lara, Armando Manzanero y Chico Novarro, entre ellos, bien cuidada por los arreglos de viola y el trabajo de la batería y la percusión.
“Me voy de la chimba” tiene un tinte folclórico aportados por los violines que recuerdan al folclore irlandés al estilo de los Pogues y es pura fiesta nocturna, de una peña al costado del Mapocho, a pisco, vino barato y amor por las mujeres y los cielos estrellados.
La banda chilena decidió incluir una versión bien rockera y valvular de “Exodus” el clásico de Bob Marley. El folclore eléctrico, bien tamizado por el rock le sirve a Sangre de Toro para cuestionar al establishment chileno en “Cada día seremos más” con ritmo a cueca, con una base bien poderosa.
“Dime” tiene un inicio blusero, y esta vez la balada es más rockera, puro romanticismo de la más pura cepa del rock, con un interesante apoyo coral y un buen trabajo de las guitarras. Los riffs rockeros vuelven en “La Jaula de Oro” con un ritmo demoledor de la base, con metáforas cargadas de compromiso social.
EL romanticismo más clásico lo recuperan de la mano de un clásico del compositor Manuel Alejandro, que fuera consagrada por la voz de Raphael, pero los Sangre de Toro le dan un toque de rock orquestado con un gran acompañamiento de bronces y cuerdas, además de un solo de guitarra dulzón, cargado de dolor.
“Tu carita” arranca con la voz bien al frente, desnuda y cuidada, aullando sobre la luna, con un sonido de balada bien rockera, con otro gran trabajo de la base y de las guitarras al estilo de las baladas de pop y rock de los años 50. Los bronces reingresan de manera notable den un bonito reggae, mimoso, playero, surfer en “Excesivas libaciones”, que cambia a mitad de camino cuando la guitarra y los bronces le dan un toque swing. Y esta línea se mantiene en “Me Sali” que también mezcla el ska, el reggae con el swing, con mucha frescura.
La línea rockera, alternativa regresa en “Puñal liberador” y en “Para ganar hay que perder” donde los riffs cobran protagonismo y otra vez la base avanza arrasando cabezas.