El argentino Juan Sasturain, premiado en el Festival de Gijón por su novela sobre Hammett

Literatura policial. “El último Hammett” imagina los últimos años del escritor y se mete con el libro que el estadounidense trató de escribir.

Alegría para Juan Sasturain: la Asociación Internacional de Escritores Policíacos acaba de darle el premio Hammett a la mejor novela negra escrita en castellano en 2018. El título premiado es, justamente, El último Hammett. Y comparte la distinción con el español Carlos Bassas del Rey por Justo, en el contexto de la Semana Negra de Gijón, un encuentro internacional dedicado al género policial.

El libro de Sasturain es una especie de biografía de otro escritor de novela policial: Dashiell Hammett. E imagina cómo pueden haber sido sus últimos años, en los que sufría una «sequía literaria» y había tenido que dejar el alcohol.

Dashiel Hammet. Un clásico

Dashiel Hammet. Un clásico

En esas circunstancias, lo acosa un escritor argentino le quiere hacer leer a toda cosa una continuación de El halcón maltés, la novela más famosa de Hammett.

El argentino -que lo molesta pero también le está haciendo un homenaje- se va colando en la vida de Hammett.

«Un texto como El último Hammett participa jubilosamente y adhiere a una larga tradición de gestos apropiadores a la hora de escribir y fabular: reescribir lo escrito, repensarlo, mostrar las costuras del propio texto hecho de rastros y referencias», ha dicho el autor sobre el texto que ahora se lleva el premio.

Sasturain nació en la provincia de Buenos Aires en 1945. Es autor, entre otros, de Manual de perdedoresPerramusLa mujer ducha y El día del arquero.

El libro ganador, según Juan Sasturain

«En las postrimerías de la dictadura, publiqué en la revista Feriado Nacional, un cuento, «Versión de un relato de Hammett«, en el que está el germen de todo lo que vino después: en este caso, la apropiación y la reescritura son ficticias pero el ademán es una genuina anticipación de lo que se me impondría como tarea de escritura.

El disparador final y definitivo fue la publicación -por parte de Lillian Hellman en edición de mediados de los sesenta traducido por Bruguera años después- del fragmento conservado, sesenta páginas, de la inconclusa Tulip, la última novela que intentó escribir Hammett. Cuando la leí «supe» que, alguna vez, la iba a concluir yo.

No sólo continué la historia sino que segmenté e intervine sin pudor ni escrúpulos el texto original. Primero, pasándolo de primera a tercera persona y luego intercalando nuevas historias y personajes, históricos o de pura ficción, e insertando relatos originales.

En algún momento se irrumpió la escritura, para sumarse al texto de Tulip, un segundo disparador: la enigmática historia de Míster Flitcraft, que aparece -como un insert luminoso- en boca de Sam Spade, en un recodo de la acción de «El halcón Maltés».

Así, recién después de terminar mi extensa novela anterior, Dudoso Noriega, pude encarar la escritura con cierta certeza de vislumbrar la luz al final del túnel: fueron tres años. Luego de parciales recortes que quedaron listos como material narrativo de una novela ulterior, puse el punto final en el otoño del 2017.

Fuente: Clarín