Ni moda ni fenómeno: la literatura juvenil consolida su lugar en la Feria del Libro de Buenos Aires

La movida juvenil llega a la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires con un territorio cada vez más consolidado que marca su agenda propia a partir de autores muy leídos como la estadounidense Alexandra Bracken, encuentros de bloggers, bookstagramers y booktubers y mesas de reflexión sobre temas de la actualidad como el lenguaje inclusivo.

Se los conoce como BBB porque son Bloggers, Booktubers y Bookstagramers: lectores con códigos centennials, que utilizan esas plataformas para compartir en red sus lecturas.

Y van muy de la mano con el la literatura YA -de Young Adults, jóvenes adultos-, que en el mercado editorial representa todo un fenómeno, con sellos que incluso llevan colecciones así catalogadas, como V&R.

Hace algunas ediciones que la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires incorporó a los jóvenes lectores, sobre todo adolescentes (pero los años de a poco se extienden más), como público específico con peso propio; como explica Cristina Alemany, editora a cargo de la organización de la movida en La Rural, «no es una moda pasajera» y representa a «los lectores del futuro».

Algunas de las figuras fuertes que desembarcarán son las estadounidenses Mackenzi Lee, Becky Albertalli y Alexandra Bracken, autora de «Mentes poderosas» y de las más vendidas; el escritor Antonio Santa Ana, que abrirá la Convención de Bloggers el 27 de abril; las argentinas Anna K. Franco y Tiffany Calligaris, los mexicanos Benito Taibo y Alberto Villareal, y la española Sara Búho.

Además de los Bloggers, el 4 de mayo tendrá lugar el Encuentro de Bookstagramers con una entrevista a la periodista y escritora Pamela Stupia -tiene medio millón de seguidores en su canal de videos- y otra a la poeta española Sara Búho, autora de un género cada vez más en tendencia entre los jóvenes a partir del boom poético con Elvira Sastre.

Y el 10 de mayo será el turno de la tercera B: el Encuentro Internacional de Booktubers.

También habrá presentaciones de libros como Tiffany Calligaris, que llegará con «Lesath Ever After» (Planeta) y firmará ejemplares el 1º de mayo, y Anna K. Franco que estará el 4 con «Serás» (V&R) .

Además, el 5 se realizará un «silence reading party», una lectura colectiva en silencio, y el 8 se desarrollará una reunión de autoras argentinas que reflexionarán sobre literatura, aborto, violencia de género y cyberbullying.

En línea con temas que hacen a la realidad de los jóvenes, el 3 de mayo habrá una charla sobre lenguaje inclusivo en la literatura para debatir con editores, docentes y jóvenes sobre este fenómeno que tiene sus defensores y detractores; mientras que el 9 se hablará sobre los cuerpos en la literatura juvenil desde la perspectiva de la salud, la estética y la discriminación.

El cruce con otros lenguajes transita por canales diversos, como los cordobeses de Hecatombe!, que se definen como un grupo que hace ficción en Youtube y presentarán el libro «Una promesa infinita» (miércoles 1); y las comediantes Magalí Tajes y Femigangsta que hablarán sobre «Arde la vida», el debut literario de Tajes que copó los rankings del país (domingo 12).

La exitosa serie catalana «Merlí», que se convirtió en todo un suceso entre los adolescentes, tendrá su capítulo el 30 de abril a tono con Barcelona como ciudad invitada, con la presentación de la novela «Cuando Fuimos Peripatéticos» junto al actor Carlos Cuevas, que interpretó a Pol Rubio, y el autor de la serie, Héctor Lozano.

La saga de «Harry Potter», de J.K Rowling, es un emblema para la ficción juvenil aún a más de veinte años de su primera aparición. Con la magia intacta, el 6 se desarrollará una jornada «potterhead» con debates y sorteos; y el 11 uno de los mayores coleccionistas de esa saga, Patricio Tarantino, exhibirá una parte de su colección privada que incluye ediciones limitadas y ejemplares firmados por la autora.

Al margen del canon literario y con nicho propio, «a la literatura juvenil -dice Alemany- se la considera un género menor, pero lo cierto es que no hay ningún libro lo suficientemente malo como para que un chico no aprenda nada de él. Un libro dispara muchas cosas y suma fuerza crítica. Lo preocupante del prejuicio es que puede alejar a los jóvenes de la lectura, y justamente queremos lo contrario».

En este sentido, la editora y especialista explica que los canales que desembocan a este género son «un trampolín a otras lecturas. Es muy difícil iniciar a un chico en la lectura con el ‘Ulises’ pero si le das algo que lo atrapa, lo entretiene, es muy posible que quiera seguir. Los chicos no leen toda la vida esta literatura, van desarrollando otros gustos, aprenden, toman decisiones, leen clásicos y se definen como lectores».