La odisea del cuadro que esperó casi un siglo para reencontrarse con sus dueños

Se trata de una obra del holandés Salomon Koninck, que fue restituida a sus dueños legítimos.
Los bisnietos del propietario original de la obra pintada por Koninck en 1639, «A Scholar Sharpening His Quill», y la nuera del dueño de la obra posan junto a las autoridades de EE.UU. y de Francia. (EFE/Helen Cook)

Al parecer, la odisea de la pintura «Un erudito que afila su pala» («A Scholar Sharpening His Quill») llegó a su fin. En una ceremonia en Nueva York, el FBI le devolvió el cuadro del holandés Salomon Koninck a sus legítimos propietarios, 75 años después de que las fuerzas nazis se lo robaran a una familia judía durante la ocupación de Francia.

La historia de la obra se remonta a la Amsterdam del siglo XVII.

Allí Koninck frecuentaba los círculos de seguidores de Rembrandt. Era tal su admiración que, a fuerza de copiar pinturas del gran maestro del Barroco, años más tarde alguna de sus pinturas fue adjudicada erróneamente a Rembrandt.

Durante la ocupación alemana de Francia, en la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas nazis despojaron a Adolphe Schloss (un coleccionista de arte francés que tenía 333 obras) de la pintura, que data de 1639. Desde allí, fue transportada a una de las propiedades de Adolf Hitler en Austria. Más tarde llegó a tierras alemanas, donde –siempre en la oscuridad– cambió de manos tras la muerte del Fuhrer.

Michel Vernay habla después de la restitución de la pintura a los herederos de sus legítimos dueños. (Don Emmert / AFP)

Michel Vernay habla después de la restitución de la pintura a los herederos de sus legítimos dueños. (Don Emmert / AFP)

«Robado en nuestro territorio y trasladado a Múnich con la complicidad de colaboradores franceses en 1943, habíamos perdido el rastro del cuadro», explicó este lunes Jean-Yves Le Drian, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, presente en la ceremonia desarrollada en Nueva York.

Según la reconstrucción realizada por la publicación chilena La Segunda, la obra fue adquirida por Guillermo Stein Moring en 1952. Se la vendió Walter Hofer, mercader de arte relacionado al fundador de la Gestapo, Hermann Goering.

 En 2017, la chilena Renate Stein, hija de Guillermo y entonces propietaria del cuadro, se contactó con la casa de subastas Christie’s con la intención de venderlo en Nueva York. La obra viajó de Santiago a la ciudad estadounidense, pero unos meses más tarde la alarma se encendió y fue confiscada por el FBI.

«Finalmente se está encontrando con sus dueños de nuevo, los herederos de Adolphe Schloss y sus cinco hijos», dijo Jean-Yves Le Drian, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, en la ceremonia desarrollada en Nueva York.

La pintura fue robada por los nazis durante la ocupación de Francia. Recientemente estuvo en manos de una coleccionista chilena. (Don Emmert / AFP)

La pintura fue robada por los nazis durante la ocupación de Francia. Recientemente estuvo en manos de una coleccionista chilena. (Don Emmert / AFP)

Presentes en el acto estuvieron los bisnietos de Schloss, Laurent y Michel Vernay, así como su nuera, Eliane Demartini, que describieron la devolución de la obra como una «pequeña victoria» y recordaron que todavía hay muchas piezas de arte que fueron robadas y no han sido encontradas.

El representante de la administración francesa destacó que su país continúa con sus esfuerzos por acelerar la identificación y restitución de las obras robadas durante el régimen de Hitler, y apuntó que más de dos tercios de las 100.000 piezas usurpadas por los nazis fueron encontradas poco después del fin del conflicto.

El resto, apuntó, no han sido encontradas, pero Francia «nunca se ha rendido en su búsqueda».

«Algunos habrán sido destruidos, pero sucede, con el paso del tiempo, que las obras que fueron escondidas por los ladrones reaparecen en el mercado, como sucedió con la obra de Koninck», concluyó, con una nota de esperanza, el ministro galo.

Fuente: Clarín