Viaje al corazón de la Sinfónica de Londres, una orquesta legendaria que llega a la Argentina

MIRÁ EL VIDEO. Famosa por sus interpretaciones de la música de Star Wars y Harry Potter, también lo es por su excelencia; el 18 y 19 de este mes estará en el Teatro Colón, con dirección de Simon Rattle.

Todos han escuchado a la Orquesta Sinfónica de Londres en alguna oportunidad y conocen su trabajo muy bien, tal vez sin saberlo. Porque la afamada orquesta británica, es la intérprete de la música de las sagas de Star Wars, Harry Potter, Cars, o películas como La forma del agua y Metegol, de Juan José Campanela, entre otros 200 films. Pero la parte filmográfica es apenas una de las ramas comerciales de esta organización musical que realiza 70 conciertos anuales en Londres y 60 internacionales, visitando más de 40 ciudades al año, incluido el lejano Oriente, donde tienen fuerte presencia desde hace 30 años.

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Esta vez la Sinfónica de Londres llegará al Teatro Colón el 18 y 19 de mayo en el marco de su primera gira latinoamericana en 115 años de historia. Y lo hará dirigida por el no menos famoso Simon Rattle, quien encabezó anteriormente la Filarmónica de Berlín. La gira cubre además Colombia, Perú, Chile y Uruguay y el programa de conciertos incluye obras de Berlioz, Dvorak, Mahler y Britten.

Con residencia en el Centro Barbican desde que se inauguró en 1982, la Sinfónica de Londres planea mudarse a un nuevo Centro para la Música en un futuro próximo. Además de Rattle, cuenta con Gianandrea Noseda y François Xavier-Roth como directores principales invitados, y Michael Tilson Thomas como director laureado (laurate). Unos cien músicos conforman sus filas, y cuenta con 70 funcionarios técnicos y administrativos.

El colectivo musical se cimenta en principios de propiedad artística y societaria de sus integrantes, tiene régimen de autogobierno, aprobando las principales decisiones, trabaja de forma cooperativa, y es extremadamente exitosa como empresa creativa generando un 80% de su financiamiento a través de conciertos, grabaciones comerciales, de videojuegos, donaciones y sponsors. Es propietaria del sello discográfico LSO Live, especializado en grabaciones orquestales en vivo desde 1999, y utiliza todas las tecnologías digitales de vanguardia, publicando, además, contenido en plataformas como Spotify, You tube y Deezer.

Latinoamérica, una prioridad; Argentina, más que un destino

Kathryn McDowell, directora ejecutiva desde 2005 y con un sorprendente curriculum musical y de gerenciamiento, dijo a LA NACION que la OSL es la más internacional de las orquestas europeas y la primera que cruzó el Atlántico hace más de cien años. «Esta gira honra nuestro propósito de llegar a la mayor cantidad de audiencia posible y Latinoamérica era un vacío inconcebible para la orquesta. Hubo conversaciones en el pasado, pero la situación económica en varios destinos lo hacía imposible, sumado al hecho de que planificamos con varios años de antelación. Cuando Rattle se convirtió en nuestro director musical hace tres años, conversamos la estrategia internacional y Latinoamérica se transformó en prioridad. Nos invitan de muchísimos lugares, pero queríamos hacer algo diferente, transitar territorios nuevos. Esta visita nos genera mucho entusiasmo», comentó.

El entusiasmo es más especial aún para Germán Clavijo, el único argentino de la orquesta, y flamante miembro del comité que representa a los músicos en las decisiones empresariales. A cargo de una de las violas, Germán se unió a la OSL en el 2009. Platense, discípulo del famoso Ljerko Spiller, jamás pensó que encontraría un lugar aquí al graduarse de la Escuela de Música Guildhall, donde hoy también enseña, eligiendo foguearse 8 años en España en orquestas de cámara antes de audicionar para esta orquesta.

Germán Clavijo, el único argentino de la orquesta, y flamante miembro del comité que representa a los músicos en las decisiones empresariales
Germán Clavijo, el único argentino de la orquesta, y flamante miembro del comité que representa a los músicos en las decisiones empresariales Crédito: Mark Allan

Le llevó 3 grandes giras y tres meses y medio unirse, aunque eso varía de un músico a otro. «El proceso puede ser largo. Hay quienes están un año y medio y no consiguen el contrato. No es fácil, ni hay una fórmula única y hay pocos casos de gente contratada apenas graduada», dijo Clavijo a LA NACION tras un fantástico concierto dedicado a Ravel.

En sus palabras, la Sinfónica de Londres es «una orquesta pionera, en la que todos empujan para el mismo lado, con un plan de trabajo muy fuerte, en donde los huecos se llenan de un día para otro, con el trabajo comercial. Hay mucha energía y el orgullo está en el ADN de la misma». Destacó que, «si bien cada músico es un individuo, se potencia en el colectivo. La orquesta se enciende al tocar y eso tiene que ver necesariamente con el hecho de que somos los dueños del equipo. Al tocar tanto, la orquesta respira junta, como un instrumento único. La autoexigencia es alta y el resultado es de uno, para bien o para mal, por eso buscamos la excelencia. En cada concierto se juega el que nos vuelvan a invitar. Es un lujo pertenecer y que la orquesta nos pertenezca. No vas a encontrar gente discutiendo en un ensayo, sino el respeto típico de la cultura británica». En cuanto al aspecto artístico, consideró que «su riqueza viene de la diversidad de su gente, de lo que cada persona aporta a través de la música, del vasto repertorio y de lo que cada director imprime. Y aunque hagamos también trabajos comerciales, puedo decir que lo hacemos muy bien».

Cada gran orquesta tiene su propia personalidad, pero para los expertos, la Sinfónica de Londres tiene un sonido propio, distintivo e inimitable. «La sinfónica siempre tuvo un panache especial», explicó McDowell. Un espíritu con fuerte sentido de identidad. Sus miembros están orgullosos de pertenecer y tocan con un estilo muy virtuoso, visceral y excitante para el oído. Un estilo con brillo en el sonido que también viene del hecho de hacer tantas cosas diferentes: su repertorio clásico vertebral, la música de compositores contemporáneos o el trabajo comercial que hacemos en estudio. Todos los directores que tocan con la Sinfónica de Londres coinciden en decir que ésta es una orquesta muy rápida, que absorben una partitura nueva velozmente», continuó. «Tanto Sir Simon Rattle como antes Sir Colin Davies buscaron a través de los ensayos, «ir más profundo hacia lo que construye el sonido de la orquesta, la riqueza y resonancia dentro de ese sonido, de modo que el brillo esté todavía allí, pero encuentre una redondez (roundness), un acabado único. No hay dudas de su sonido distintivo y espero que eso sea percibido en Argentina y en esta gira, porque llevamos un repertorio de piezas virtuosas, llenas de carácter, que hemos desarrollado muy bien con Sir Simon, quien ama esas obras tanto como los músicos, y dan la oportunidad para que el público sea parte de ese sonido», expresó la directora ejecutiva en su oficina donde papeles de la gira pueblas su escritorio.

Simon Rattle trajo aire fresco a la Sinfónica; según los músicos, "abrió un nuevo capítulo"
Simon Rattle trajo aire fresco a la Sinfónica; según los músicos, «abrió un nuevo capítulo» Crédito: Doug Peters

Clavijo recordó que la incorporación de Rattle «se cocinó a fuego lento y el silencio fue la orden. No pude decirle ni a mi esposa», contó sonriendo en un pub ruidoso. Pero, ¿qué trajo Simon Rattle a la Orquesta Sinfónica de Londres? «Abrió un nuevo capítulo. Fue como empezar a escribir un diario personal nuevo. Rattle siempre dice que la Sinfónica no se regodea en su pasado como otras orquestas, no se vanagloria de sus trofeos; mira adelante y tiene una clara visión de futuro, y es cierto», contó Clavijo, quien hace 10 años organiza el «Festival Musical de los 7 lagos» en la Patagonia.

Coincidiendo, McDowell dijo que Rattle aportó dos cosas: «Al tener una gran presencia pública, galvaniza el interés de la gente en la música orquestal. Simon se comunica de una manera tan efectiva con el público que los invita a acompañarlo en un viaje musical. Uno puede sentirlo, y eso es algo que el público latinoamericano va a ver. Por otro lado, el trabajo interno que está haciendo. Simon tiene un objetivo muy claro y serio sobre la forma de encarar los ensayos y cómo la orquesta trabaja. Pidió más tiempo para ensayar y usa ese tiempo de forma efectiva para desarrollar el sonido y la cohesión, pero además, la flexibilidad que en la OSL es instinto natural. Explorar y expandir nuestro repertorio, que de por sí es muy amplio, ha sido un gran placer y al ser tan apasionado, Rattle contagia a todos su entusiasmo, haciendo que la orquesta confíe en su programación», resumió.

Ver un ensayo con Rattle es una experiencia fascinante. El director sabe exactamente lo que quiere y va directo a los pasajes musicales que tiene en mente. Lo pide, los músicos responden probando, hacen comentarios y propuestas, las dos partes acuerdan en segundos, mientras lápices veloces hacen anotaciones sobre partituras o borran notas anteriores; y al 1-2-3 todos tocan, impecables. A veces Rattle tararea, habla por encima de la música, obliga a algunos violines a levantarse en una nota determinada buscando un énfasis específico, siempre moviendo la melena blanca. Cuando está satisfecho dice «ésto sí va a funcionar» y pasa a otro tramo musical. Así hasta completar el repaso de la pieza. El ambiente es de concentración y disciplina, pero distendido.

En el escenario del Barbican, al término de un concierto
En el escenario del Barbican, al término de un concierto Crédito: Mark Allen

«Ya no existe esa sensación de autoridad absoluta de la época de Von Karajan, el trato entre director y músicos es hoy más llano», puntualizó Clavijo en el descanso. Luego ensayarían una obra que harían en Munich al día siguiente.

Al ser una orquesta que viaja constantemente, logística, transporte y organización general son una máquina bien aceitada. McDowell la llama «una operación internacional refinada y admirable», a la vez que «de precisión militar», ya que están acostumbrados a mover la orquesta de forma permanente y con los resguardos necesarios para instrumentos y personal.

La educación es otro trabajo de la Sinfónica de Londres en relación con la comunidad, y una de las pasiones de Rattle. Con el programa LSO Discovery, llegan a más de 60 mil personas por año, tanto en escuelas, motivando el aprendizaje de instrumentos, como en la formación de músicos profesionales, especialmente entre talentos de bajos recursos; y con el público general, proveyendo oportunidades de hacer música coral.

Muchos de los integrantes de la OSL dirigen estos cursos y talleres, para posteriormente, actuar junto a los mejores artistas y en las más respetadas salas del mundo.

Ya en la formalidad de un concierto, se hace difícil recordar al director en zapatillas del ensayo, al músico silbando una frase o las carcajadas del ensamble por un chiste del director; la orquesta vibra unida acaparando el auditorio. Y quieren que eso suceda en Argentina y Latinoamérica.

Fuente: Fátima Nollén-Reardon, La Nación.