El mayor legado de Tato Bores está en su vigencia. El máximo exponente de la historia del humor político en la Argentina nos dejó hace 25 años, pero nos sigue hablando desde sus insuperables monólogos televisivos como si no se hubiera ido.
Tenía 69 años. Fue una de las grandes figuras del cine argentino y supo trabajar con los más grandes comediantes del país. Era «la rubia sexy del cine y la TV». Pero a fines de los 80 se dio un corte abrupto a su carrera, por problemas personales.